Los profesores de segundas lenguas extranjeras, en pie de guerra: "La situación es alarmante"
La Comunidad de Madrid ha dejado en una hora semanal el tiempo de enseñanza de esas asignaturas de cara al curso 2021/22.
Con la incertidumbre de cómo será el próximo año escolar y si se podrá organizar presencialmente o se tendrá que dar de forma telemática, los profesores que imparten la segunda lengua extranjera viven también pendientes de cómo será su futuro y de si, en algún momento, serán considerados como una asignatura obligatoria.
Ahora mismo en España la segunda lengua (siempre por detrás del inglés) está en manos de las comunidades autónomas. En la actual ley educativa nacional aparece que las distintas autonomías deben incluirla como optativa de oferta obligada en 1º, 2º y 3º de la ESO y como optativa total en el resto de cursos, pudiendo incluso no llegar a ofertarse.
“La situación es fea y en algunos sitios es alarmante. Nosotros entendemos que deberían ser obligatorias en todo el recorrido, así lo han firmado los tratados europeos”, asegura Julián Serrano Heras, presidente de la FEAPF (Federación Española de Asociaciones de Profesores de Francés).
Este docente manchego, con más de 35 años a sus espaldas dando clases, cita acuerdos europeos relacionados con la materia: “La Unión Europea, con nuestro país incluido, ha definido el plurilingüismo como el dominio y uso de una o dos lenguas maternas y dos lenguas extranjeras, salvando incluso el argumento de que una segunda lengua propia pueda impedir que se generalice una segunda lengua extranjera”.
Mismo parecer tiene su colega presidente de la Federación de Asociaciones de Germanistas de España (FAGE), Daniel F. Hübner. “España está firmando acuerdos y resoluciones europeas en las que indican que es parte de una competencia básica y que debe implantarse una segunda lengua extranjera en todo el territorio, por eso pensamos que tiene que regularse a nivel nacional afirmando que sea obligatoria. Las autonomías deben permitir el aprendizaje de una forma más o menos razonable”, asegura.
El pasado mes de marzo, justo antes de que estallara la crisis por el coronavirus y se decretara el estado de alarma, distintos colectivos y profesores de francés, alemán, portugués o italiano llenaron la madrileña Puerta del Sol reivindicando una mayor consideración.
Serrano ve otro problema relacionado con uno de los pilares básicos de la economía española: el turismo. “Un país que vive del turismo y que no promueve la comunicación con sus visitantes es un país que gestiona mal su empresa”, se resigna este docente, que además añade que no estás dando buen ejemplo cuando a nivel internacional promueves el español como segunda lengua extranjera y en España no lo cumples.
“Además, en nuestros ciclos superiores de Comercio Internacional solo tienen el aprendizaje del inglés y cuando tengan que negociar con británicos, no van a saber tanto inglés como ellos y no van a tener otros recursos”, señala.
Para tratar de mejorar la situación de la segunda extranjera, estas federaciones junto a otras organizaciones se han puesto en contacto con el Ministerio de Educación que encabeza Isabel Celaá para proponerles una serie de enmiendas al proyecto de la LOMLOE.
Desde el Gobierno, cuenta Hübner, les comentaron que tenían intención de hablar sobre este tema pero más adelante, no en la actual ley Celaá. También hablaron con la diputada del PP Sandra Moneo y obtuvieron palabras similares. “Nos dijo que les parecía importante impulsarla y que tenía que ser obligatoria junto a las lenguas internas”, remarca este profesor de ascendencia alemana.
Sin embargo, ni el Gobierno ahora ni el PP en las autonomías que manda han puesto el foco en este tema. “No terminamos de creérnoslo. En las políticas últimas no se ha plasmado en absoluto”, afirma Serrano.
La Comunidad de Madrid, a la cola
Si hay una autonomía que destaca para mal es la Comunidad de Madrid que preside Isabel Díaz Ayuso. Este pasado miércoles, todavía empeoraron más las condiciones de la segunda lengua, ya que la Comunidad aprobó un decreto para la modificación del currículo de la ESO que casi las sentencia.
En él se afirma que en los tres primeros cursos de la ESO, de cara al curso 2021/22, comenzará a haber una tercera hora en Educación Física en detrimento de la optativa, en la que se incluye los segundos idiomas, quedando esta con una única hora a la semana.
Con esta aprobación, el Gobierno de Díaz Ayuso completó un decreto que lleva moviéndose desde el principio de año y que llevó a los profesores a esa manifestación en la Puerta del Sol el pasado mes de marzo. En las últimas semanas, colectivos de Madrid han hecho campañas de concienciación por las redes sociales reuniendo a personalidades del mundo de la cultura.
“Nos dejó perplejos, no lo entendemos. Los alumnos si quieren aprender van a tener que pagar una academia para ir por la tarde en detrimento de la educación pública. No sabemos qué interés hay, en ningún país europeo es optativa la segunda lengua, siempre obligatoria... 55 minutos no da para nada”, critica enfadada Lidia Roma, la portavoz de la Plataforma de profesores de segunda lengua extranjera de la Comunidad de Madrid.
Esta profesora de francés de un instituto de Leganés sigue pensando que es “un sueño y no la realidad”: ”¿De verdad hay alguien pensando en favorecer al alumando? Desde nuestro punto de vista favorece el negocio de las academias y no a una educación pública plurilingüe”.
Además, igual que su colega Puri Gómez, docente en un instituto de Guadalix de la Sierra (Madrid) y presidenta de la asociación de profesores de francés Madrigalia, no se muestra contraria al aumento de las horas de Educación Física, sino a que sea el idioma y las clases de refuerzo los perjudicados.
“Entendemos que la Educación Física y los hábitos saludables son importantes, pero es ridículo pensar que cualquier idioma se puede estudiar con 55 minutos a la semana... ¡Yo ya sabría muchos!”, dice con ironía Gómez.
Tampoco han gustado la formas de aprobarlo (un 29 de julio, a dos días de irse de vacaciones). “Me parece además un poco aberrante y de una actitud nada abierta al diálogo”, opina Serrano.
Gómez, que cuenta que tienen el apoyo de bastantes asociaciones de padres, destapa que han escrito cartas a la Comunidad de Madrid y a la Consejería de Educación, que dirige Enrique Ossorio. “No ha habido ninguna respuesta”, detalla.
Retroceso en Andalucía
Serrano, resignado ante la desigualdad en este tema entre comunidades, tacha de “alarmante” la situación en Madrid y se va más al sur hasta llegar a Andalucía para buscar otro caso de “claro retroceso”. La autonomía que preside Juanma Moreno se ha visto estancada dentro de la excelente tendencia que llevaba.
“En Andalucía se han desarrollado distintos proyectos que, hasta las últimas elecciones, incluyeron la segunda lengua extranjera como obligatoria en bachillerato produciendo unos beneficios muy importantes porque ya la elegían en secundaria. Aumentó la conciencia y la competencia en lenguas extranjeras”, comienza.
Eso les llevo, prosigue, a aprobar un plan de la generalización de una segunda lengua extranjera en Primaria, en un primer momento en segundo y tercer ciclo. “Hace dos años estaba previsto aumentarlo también al primer ciclo, pero con el nuevo gobierno se ha parado y solo se ha mantenido en los últimos cursos de Primaria”, denuncia a la vez que se muestra preocupado con cómo puede quedar la situación de ese profesorado afectado.
“Podrían explicar otras materias afines, pero que no son su especialidad”, resume.
Tanto el propio Serrano como Hübner, aunque catalogan como “tibias las políticas del resto de autonomías”, destacan por el número de horas a Galicia, Cataluña, Aragón o Castilla y León.
Los cuatro coinciden en que esperan una reacción para que los jóvenes empiecen a terminar la ESO con capacidad para hablar dos idiomas. “Los alumnos españoles no son ni más tontos ni más torpes que los alemanes, austriacos, suecos o finlandeses, por ejemplo, que manejan cuatro o cinco lenguas al llegar a la universidad”, finaliza Serrano.