Cómo sobrevivir a tu jefe si es un político
Muchos de los políticos legítimamente elegidos en elecciones democráticas y de sus personas de confianza se convierten, de la noche a la mañana, en directivos y ejecutivos cualificados de departamentos técnicos, de corporaciones e incluso de centros de investigación públicos, lo cual produce no pocas distorsiones en el funcionamiento diario de la Administración.
A pesar de que en los últimos tiempos se ha criticado de todas las maneras posibles a nuestros políticos, hay una dimensión no suficientemente explotada, una faceta que afecta directamente a millones de empleados públicos e indirectamente a todos los ciudadanos; nos referimos a su condición de jefes en la Administración.
Muchos de los políticos legítimamente elegidos en elecciones democráticas y de sus personas de confianza se convierten, de la noche a la mañana, en directivos y ejecutivos cualificados de departamentos técnicos, de corporaciones e incluso de centros de investigación públicos, lo cual produce no pocas distorsiones en el funcionamiento diario de la Administración.
Algunas de ellas recaen directamente sobre los empleados públicos, tal y como se ilustra abundantemente en El Manual de supervivencia del empleado público o como defenderse del político de turno que ponemos a disposición de los lectores interesados aquí.
El empleado de la empresa privada, que tantas ventajas ve en la pública, puede consolarse pensando lo que significaría en su vida laboral diaria tener como jefe a algunos de los personajes electos de nuestro panorama político o, lo que es peor, a algunas de las personas elegidas por ellos como politécnicos.
La intención inicial no era la de escribir un libro de autoayuda serio. Más bien se trataba de una burla de este género de libros. Pero según testimonio directo de algunas víctimas, el humor puede contribuir a sobrellevar situaciones difíciles. Por eso sería muy recomendable que se les hiciese llegar a los damnificados.