La ciberseguridad es un elemento esencial en una compañía
En general, son muchos los emprendedores que no prestan atención a esta temática. Consideran que es algo que sólo afecta a las grandes multinacionales, organizaciones que cuentan con millones de usuarios y por lo cual son un objetivo más tentador. Pero esto no siempre es así, ya que cada día se están produciendo cientos y cientos de ataques en la red.
En general, son muchos los emprendedores que no prestan atención a esta temática. Consideran que es algo que sólo afecta a las grandes multinacionales, organizaciones que cuentan con millones de usuarios y por lo cual son un objetivo más tentador. Pero esto no siempre es así, ya que cada día se están produciendo cientos y cientos de ataques en la red a pequeños y medianos negocios.
De ahí que no se pueda mirar hacia otro lado, pretender que no está pasando. No tener constancia de que algo ocurre no implica que no esté pasando. Emprender es un proceso que requiere mucho esfuerzo. Llegar a alcanzar el éxito no es fácil por lo que no se puede tirar todo pensando en que nada va a pasar.
Antes el control era más fácil debido a que la mayoría de datos y funciones tenían lugar en un espacio físico. Además algunas empresas se aprovechaban de grandes servidores con fuertes sistemas de seguridad para estar más protegidos. Pero en la actualidad estamos viviendo una auténtica revolución tecnológica donde las aplicaciones móviles así como los sistemas de cloud computing están a la orden del día, dejando a la compañía en una situación más vulnerable.
Los hackers conocen completamente la nueva situación y también que las personas encargadas no son precavidas, dejando atrás muchas facilidades para poder obtener lo que quieren. Se estima que más de un 50% de las empresas mundiales han permitido alguna vez a lo largo del año una brecha de seguridad.
Protegerse es fundamental, pero también hay que explicar que no existe una fórmula mágica. En la ciberseguridad nadie cuenta con un 100% de protección. Si alguien lo comenta alguna vez, no está diciendo la verdad. Se trata de complicar las cosas lo máximo posible a los atacantes, que se apliquen lo máximo posible, descifrando los pasos a seguir. Cuando existe un buen nivel de seguridad suelen desistir en el intento, porque no quieren perder días y días en ello. Por eso centran sus miradas en los más vulnerables, aquellos que piensan en que nunca serán atacados, bajando la guardia.
Detectar y prevenir
La prevención debe ser un factor clave, un pilar básico que tiene que estar siempre presente. Hacer todo lo posible para que los ataques no sean fáciles. Como se comentaba anteriormente, no existe una perfección en ello por lo que evitar que pueda existir una brecha es imposible. Los hackers se han vuelto muy sofisticados y utilizan herramientas para intentar colarse sin ser detectados.
Y ahí es donde radica la segunda parte del juego. Cada compañía debe tener una monitorización constante de lo que está pasando. Ver en todo momento si se ha producido algo anómalo o si algún sistema no está funcionando correctamente. Y no importa si estás en una oficina o en tu hogar, ya que son numerosas las personas que ahora trabajan desde casa y tienen éxito.
En caso de visualizar un posible daño o error, intentar corregirlo lo más rápidamente posible. Y analizar en todo momento la lista de posibles objetivos y el riesgo potencial que pueda existir. Hay que tener una solución para cada problema.
Cultura de seguridad
De nada sirve realizar los pasos anteriores si luego dentro del propio negocio hay personas que fomentan la aparición de ataques. Se cae en el error de que con una buena seguridad en los propios datos y sistemas se ha conseguido solucionar una posible amenaza. Esto no es así debido a que factores externos pueden tirar todo por tierra.
Un ejemplo muy claro es cuando un miembro del equipo decide trabajar en una cafetería, librería o espacio con red pública. Está manejando información y utilizando software relacionado con la empresa a través de un sistema lleno de vulnerabilidades. Otra situación se da cuando se lleva un equipo de uso personal para trabajar en la oficina. ¿Qué puede tener ese dispositivo? ¿En qué redes ha sido utilizado? ¿Qué programas maliciosos puede contener?
Dentro de la empresa, todo el mundo tiene que tener claro una serie de patrones sobre seguridad. Han de cumplirse a rajatabla pues de lo contrario la vulnerabilidad toma presencia. Una buena cultura y educación desde el primer momento ayuda a que todo el mundo lo tome como algo natural y luego no exista ese riesgo. Forma parte de uno de los tantos valores que diferencian al negocio de los demás.
Es necesario tener siempre todos los programas y sistemas informáticos actualizados. Ya sea el software más básico o el más sofisticado. Nunca se debe descargar o instalar algo de una fuente desconocida. Si no se está seguro, mejor no hacerlo, ya que a veces hay ligeras confusiones. Para ello puede ser bueno conocer el aval de la comunidad.
Y aunque sea algo obvio y muchas veces mencionado, hay que prestar atención a lo que aparece en pantalla, leyendo detalladamente. La famosa costumbre de pulsar sí a todo puede acarrear malas consecuencias. Los nuevos programas maliciosos pueden activar archivos cuando se pulsa "no", buscando jugar con la trampa dentro de la pregunta formulada, sabiendo que ya muchos conocen lo de pulsar repetidamente. Incluso como particular hay que evitar ser hackeado lo máximo posible.
Protección en la nube
Según la tecnología se va desarrollando y expandiendo, los ciberataques también. Los objetivos van cambiando en este proceso. Por lo tanto, la información en la nube es muy valiosa para los hackers. Estamos en la era de los dispositivos móviles y la eliminación de barreras físicas por lo que la seguridad ya no radica exclusivamente en los elementos clásicos de una oficina. Se trata de proteger a los objetivos, donde sea que se encuentren. Como existe una tendencia a ser traspasados a la nube los ciberataques se trasladarán a este espacio para seguir obteniendo lo que buscan.
Los proveedores de Cloud Computing suelen tener unos sistemas de alta calidad donde se dificulta enormemente el acceso pero llegar allí es tan fácil como obtener el nombre de usuario y la contraseña que utilizan los responsables dentro de la empresa. Ahí es donde radica la vulnerabilidad. Por eso se realizan ataques masivos de phishing, conexiones http hackeadas o contenido malicioso. No se ataca directamente al sistema sino a la forma de llegar a él.
Realmente, estar protegidos de una forma adecuada no cuesta nada si se establece una cultura y se siguen unas pautas. El daño que se puede producir tras un ataque tiene una repercusión más grande tanto a nivel de marca como financiero, llevando incluso al cierre de la empresa. Por eso es importante no dejarlo pasar de largo.