Errores comunes que se cometen en el 'marketing 'móvil
Las grandes empresas pueden asumir riesgos en temas de marketing. Aunque no hagan las cosas de la forma más adecuada, siempre tienen la infraestructura y la financiación para compensarlo o solucionarlo. En cambio, las pymes no pueden permitirse fallos, pues tienen que maximizar su inversión. Por eso es fundamental evitar los errores, algunos de los cuales son muy comunes.
"El acceso móvil a internet superará al fijo en el año 2014" fueron las palabras en 2008 de Mary Meeker, uno de los más importantes analistas del sector tecnológico. No se equivocaba. A principios de 2014 se produjo la paridad en el número de usuarios en todo el mundo, superándolo en los siguientes meses, una cifra que sigue aumentando en la actualidad y no parece tener fin.
Hay que tener en cuenta que en ese año 2008 el número de usuarios que se conectaban a través de un dispositivo fijo era el doble que en móvil y la tendencia es que en torno al 2017 o 2018 sea justo lo contrario, lo móvil doblando a lo tradicional. Y no por un descenso de estos últimos, sino por el abrumador crecimiento de los primeros.
La mayoría utiliza estos dispositivos para estar conectados con sus amigos, trabajar, consultar el correo, interactuar en las redes sociales y navegar por internet. En una media que se estima en torno a las 3h diarias, con una proyección más amplia de cara a la próxima vez que se realice una evaluación. Los millenials han provocado una parte del cambio. Por lo tanto, no es de extrañar que las empresas hayan invertido más de 30 billones de dólares en el año 2015 para sus campañas de marketing móvil.
Las grandes empresas pueden asumir riesgos en este departamento. Aunque no hagan las cosas de la forma más adecuada, siempre tienen la infraestructura y la financiación para compensarlo o solucionarlo. En cambio, las pymes no pueden permitirse fallos, pues tienen que maximizar su inversión. Por eso es fundamental evitar los errores, algunos de los cuales son muy comunes.
Limitar las tácticas que incluye una campaña
Un gran número de personas responsables de las estrategias consideran que sólo es necesario enviar un mensaje de texto o mostrar publicidad a través de una app. Al final nos encontramos con un uso masivo de las tácticas que emplean SMS, como por ejemplo los micropagos, obtención de descuentos para una compra, concursos, sorteos o alertas publicitarias. La desventaja de este sistema es que todavía genera mucha inseguridad y rechazo en el consumidor.
Pero hay muchas más posibilidades, las cuales son más eficientes. Por ejemplo, Gmail cuenta con más de 900 millones de usuarios en todo el mundo y los datos reflejan que un 75% de ellos lo consulta a través de su dispositivo móvil. Además estas personas son más abiertas a recibir publicidad a través del correo que por mensaje. Por lo tanto, el email marketing es una herramienta clave.
Y, por supuesto, se debe realizar un enfoque hacia las redes sociales, mostrarse en las más populares o aquellas cuya audiencia encaja mejor con el negocio. Estas plataformas se han vuelto el canal más directo que existe, donde no aparece ningún tipo de intermediario. La empresa se juega mucho más porque está más expuesta a su naturalidad y sus posibles fallos, pero también gracias a ello es capaz de recibir un feedback con el que mejorar notablemente, conocer mejor a su audiencia y crear una serie de vínculos con su comunidad.
No debe olvidarse que los sistemas tradicionales de marketing son un buen canal para promocionar lo móvil. De esa forma el cliente puede sentirse menos desconfiado ya que conoce una nueva fuente de publicidad a través de un sistema con el que se siente a gusto.
No hacer una transición continua entre los canales
Si el objetivo final de tu campaña es incrementar el compromiso con las páginas en las redes sociales, dirigir tráfico hacia la página web, conseguir futuros clientes o canalizar ventas, la experiencia de usuario móvil debe ser lo mejor posible.
Los consumidores que reciben un correo electrónico para consultar en su dispositivo móvil deberían ser llevados a una plataforma de m-commerce que sea sencilla para ellos a la hora de navegar y pagar.
Para que esto sea posible es necesario que el sitio esté completamente optimizado para móvil y no sea sólo la versión habitual de PC. Además debe fomentarse la accesibilidad, como el acceso o registro a través de credenciales ya existentes en una de las redes sociales, establecer una forma de contacto directa con el negocio, poder poner códigos promocionales con sólo tocar un botón de la pantalla y que todo resulte lo más cómodo posible.
No utilizar tácticas creativas que atraigan a la audiencia móvil
Las pantallas de los dispositivos móviles suelen ser pequeñas y la mayoría de sus usuarios están distraídos o tienen impaciencia cuando las usan. Pero ello no debe llevar a una limitación de la creatividad a la hora de crear una campaña.
Por ejemplo, los nuevos datos reflejan que más de la mitad de las personas se sienten más atraídas por un contenido cuando ya existe un vídeo. Por no mencionar el uso de imágenes cuyo impacto visual y de captación es mucho más grande que el propio texto. Se trata de crear un entusiasmo, una motivación que mantenga viva a la comunidad, que les permitan sentirse cómplices de las campañas, que algo les llame la atención, sin que consideren que se trata sólo de una compraventa o números a final de mes.
Hay empresas que aprovechan este factor para realizar juegos en los que los participantes consiguen descuentos. Una forma sencilla pero atractiva es mediante adivinanzas o pistas, incluso enfocadas al mundo real. De esa forma quien complete todos los pasos podrá obtener el precio que se le ofrece. Es algo que funciona muy bien en las plataformas sociales. No sólo se genera ese interés o se promociona el producto, sino que además se consigue crear un vínculo positivo entre la compañía y la persona que está al otro lado de la pantalla. Se valora lo que ofrece la empresa a través de cómo se comporta en otros campos.
El marketing móvil es una estrategia que todavía no ha sido dominada a la perfección, por eso muchas veces se basa en la prueba y el error. La ventaja es aprender de esos fallos que ya cometieron otros o que se cometen por cuenta propia y aprender de los mismos, para así seguir progresando y encontrar las estrategias que mejor funcionan.