De iPhone5, Eurovegas y Desengaño
El Ministerio de Industria prevé que las TIC sean el segundo sector que más contribuya al PIB en los próximos 15 años. Pero al final, lo cierto es que los ingenieros están haciendo las maletas y se están marchando del país, y los que se quedan están aprendiendo alemán para poder irse.
En mi pueblo hay una calle del Desengaño. Nunca he sabido el por qué de este nombre, si será debido a una decepción amorosa que tuvo lugar allí, o porque donde el visitante espera encontrar una calle amplia se topa con un callejón estrecho donde hoy solo viven dos vecinos. Mi casa no está ahí, pero últimamente tengo espíritu de domicilio en esta calle. Les diré por qué.
En estos días se suceden las noticias sobre Eurovegas: que finalmente se establece en Alcorcón, las expectativas de atraer a 11 millones de turistas en 15 años que gastarían unos 15.500 millones de euros, la generación de empleo y puestos de trabajo para construir este megacomplejo... Como en la pugna entre Madrid y Barcelona el señor Adelson se ha decantado por Madrid, en Cataluña responden con el anuncio de la construcción no de ni uno, ni de dos, sino de ¡seis! parques temáticos en Tarragona, invirtiendo 4.500 millones, que aseguran atraerá a 10 millones de turistas al año y creará 20.000 empleos.
Como parece que la cosa va de apuestas, apostemos. Apostaría a que en los últimos años habrán oído decir a dirigentes de uno y otro signo en multitud de ocasiones algo así como: "Esta crisis nos da la oportunidad única de cambiar el modelo productivo, obligando a cambios drásticos en los modelos de negocio. Uno de los desafíos más importantes que tenemos como país/región/ciudad es instalar temas de futuro en la agenda, haciendo especial hincapié en la innovación, emprendimiento y las nuevas tecnologías". Seguro que este discurso les suena, por viejo y por manoseado. Pero al final, lo cierto y verdad es que el tira y afloja no es para atraer a España una filial del Tecnológico de Massachusetts, sino para traerse Eurovegas y sucedáneos por el estilo.
En el XXVI Encuentro del sector de las Telecomunicaciones celebrado hace poco en Santander, seguíamos defendiendo la importancia creciente de las TIC en la economía española, con una aportación directa en estos momentos del 3,7% en el PIB. El Ministerio de Industria prevé que las TIC sean el segundo sector que más contribuya al PIB en los próximos 15 años. Pero al final, lo cierto y verdad es que los ingenieros están haciendo las maletas y se están marchando del país, y los que se quedan están aprendiendo alemán para poder irse. El Encuentro de Santander tenía por título "El puente hacia el futuro". Lo único que tengo claro es que el puente sí que lo mandarán construir. Yo digo que se lo encargarán a Calatrava. Se admiten apuestas.
Soy de las personas absolutamente convencidas de que las tecnologías deben jugar un papel decisivo en la reindustrialización de España. Creo que no caigo en el autoengaño si afirmo que España puede aspirar a mucho más que al sempiterno binomio de contrucción+turismo. Nietzsche en La Gaya Ciencia definía así el autoengaño: "Los hombres ante la incertidumbre dan a menudo por verdadera una realidad que saben falsa, luego, actuando en virtud de ésta, se convencen de su efectiva veracidad". Somos el país europeo que en la última década más centros de I+D ha recibido de multinacionales extranjeras por detrás de Reino Unido y Francia y por delante de Alemania e Italia. Somos el país de Europa dónde más porcentaje de usuarios han accedido a internet a través de un smartphone en el último año, por delante de Reino Unido, Alemania o Finlandia. La inversión realizada por las operadoras de telecomunicación españolas en sus redes en los últimos años en relación al PIB es la mayor de los principales países europeos, sólo superada por Italia. Amén de profesionales sobradamente formados y preparados y ciudadanos que usan la tecnología de forma natural y cotidiana.
Así que no hay autoengaño. Pero sí caigo en el más profundo desengaño cuando constato que, a pesar de estos excelentes mimbres, la presión fiscal recae sobre las telecomunicaciones y se le aligera a Eurovegas; las incertidumbres regulatorias nublan el horizonte para el sector TIC y se le despeja a Eurovegas, y la financiación llega con cuentagotas para emprendedores innovadores, pero fluye a borbotones para Eurovegas. El desengaño es darte cuenta de que si seguimos así, sólo seremos lo que éramos y nunca seremos lo que podemos llegar a ser.
Todo esto lo escribo siendo hoy 12 de septiembre, día en el que se acaba de presentar oficialmente el iPhone5. En estos días podemos leer un informe de JP Morgan Chase publicado en BusinessWeek en el que se analiza cómo el iPhone5 será un dinamizador de la economía estadounidense, pudiendo aportar 12.800 millones de dólares al crecimiento anualizado del PIB. Pásmense: las ventas del iPhone5 pueden impulsar un crecimiento del 0,5% en el PIB de EE UU. Considérense aparte y súmense en cuenta separada el flujo económico generado por el universo de aplicaciones, servicios, accesorios, etc. Pero no. Aquí no. Aquí seguimos jugándonos nuestro futuro a los dados. Literalmente.
Mañana seguiré defendiendo enérgicamente el potencial de las TIC en España. Discúlpenme si hoy me cuesta trabajo salir de c/ Desengaño, s/n.