La crisis política de Trudeau se agrava con la dimisión de otra ministra
La titular del Tesoro se marcha ante la "evidencia" de las presiones a la Justicia para que no procesara a una empresa sospechosa de pagar sobornos en Libia.
La crisis política del Gobierno de Canadá se agravó hoy con la dimisión de una segunda ministra del gabinete de Justin Trudeau en protesta por las supuestas presiones ejercidas para favorecer a la mayor constructora de país.
La hasta ahora ministra del Tesoro, Janet Philpott, una de las personas más respetadas del Gobierno canadiense, anunció hoy de forma inesperada su dimisión y ahondó de forma inesperada la grave crisis que sacude al gabinete de Trudeau desde finales de enero. En su carta de renuncia, Philpott dejó claro que ha perdido la confianza en el Gobierno dirigido por Trudeau.
"Desgraciadamente, la evidencia de esfuerzos por políticos y funcionarios para presionar a la ministra de Justicia para que interviniera en el caso criminal de SNC-Lavalin, y la evidencia del contenido de esos esfuerzos, me han provocado graves preocupaciones", señaló Philpott.
"Los principios solemnes en juego son la independencia e integridad de nuestro sistema de justicia. Es una doctrina fundamental del imperio de la ley que nuestro fiscal general (y ministro de Justicia) no deba estar sujeto a presiones o interferencias políticas con respecto al ejercicio de su discreción procesal en casos criminales", añadió.
La carta, dirigida al primer ministro pero que en ningún momento menciona a Trudeau ni para mostrar el habitual agradecimiento por haber sido elegida ministra, se refiere al caso de la también ya exministra Jody Wilson-Raybould.
Wilson-Raybould hizo historia en noviembre de 2015 cuando un triunfal Trudeau, tras haber ganado las elecciones generales el mes anterior, la nombró como ministra de Justicia y fiscal general, la primera mujer y la primera indígena en ocupar esos cargos en Canadá.
Pero el 14 de enero de este año, de forma sorpresiva, Trudeau aprovechó una pequeña remodelación de su gabinete para sustituirla al frente de Justicia y nombrarla ministra de Veteranos, un cargo considerado menor.
Poco después, un artículo aparecido en el influyente periódico canadiense The Globe and Mail señaló que durante meses Wilson-Raybould había sido presionada por la Oficina del Primer Ministro para que diese un trato de favor a SNC-Lavalin, la mayor constructora canadiense y que está acusada de corrupción.
El 2 de febrero, Wilson-Raybould dimitió de su cargo como ministra de Veteranos y el 27 de febrero lanzó una carga de profundidad contra Trudeau al acusarle, junto a sus principales asesores y otros ministros, de presionarla durante cuatro meses para que interfiriese en el caso de SNC-Lavalin.
Trudeau quería que la Fiscalía ofreciese a la constructora un acuerdo de enjuiciamiento diferido para evitar los tribunales y que a SNC-Lavalin no se le pudiera prohibir participar en contratos públicos por haber pagado sobornos al Gobierno del asesinado Muamar al Gadafi para conseguir contratos en Libia.
La directora de la Fiscalía se había negado a ofrecer el acuerdo y Wilson-Raybould, tras evaluar el caso, respaldó a su subordinada en contra de los deseos de Trudeau.
El primer ministro canadiense ha negado desde que estalló el escándalo que presionase a Wilson-Raybould y ha atribuido el conflicto a diferencias de interpretación. Pero la dimisión hoy de Philpott, que es amiga personal de Wilson-Raybould pero también una persona considerada de gran integridad, añade más peso a la idea de que la presión sobre la exministra de Justicia fue excesiva.
Hoy Trudeau quitó importancia a la dimisión de Philpott. Durante un mitin celebrado en las cercanías de Toronto ante decenas de seguidores liberales, el primer ministro canadiense declaró que sabía que "desde hace algún tiempo" la desde hoy exministra de Tesoro no se sentía cómoda en el Gobierno.
"Y aunque estoy decepcionado, entiendo su decisión de dimitir. Le quiero agradecer sus servicios", afirmó Trudeau ante decenas de seguidores del gubernamental Partido Liberal.
El discurso de Trudeau fue interrumpido en varias ocasiones por individuos situados entre el público que criticaron al primer ministro o las políticas de su Gobierno.
Trudeau también quiso convertir la polémica, que se produce siete meses antes de que se celebren elecciones generales en el país, en algo positivo. "Este asunto ha generado un importante debate. Es fundamental para todos nuestros principios como se comportan las instituciones democráticas", declaró Trudeau.
Pero como apuntaron hoy numerosos analistas políticos, será difícil que Trudeau sobreviva si continúa el goteo de ministros que dimiten de su Gobierno.