La Villa y Corte de Arrimadas
El día que saltó a la política nacional: Madrid castizo, voz temblorosa y su amigo Rivera
"Buenos días, Madrid". El sol molesta en los ojos. Es más primavera que febrero. De blanco y negro, Inés Arrimadas da el salto a la política nacional. Sobre una tarima naranja, con la voz y las piernas temblando y desde la Plaza de la Villa. Welcome to the jungle!
Por detrás la mira atentamente el marinero Álvaro de Bazán, uno de los cabecillas de la victoria de Lepanto. En versión escultura de Benlliure. Y delante la aplauden y siguen la plana mayor de Ciudadanos: Albert Rivera, Fran Hervías, José Manuel Villegas, Fernando de Páramo, Begoña Villacís e Ignacio Aguado.
Arrimadas, símbolo de la resistencia frente al independentismo en Cataluña, se ha cansado de Barcelona. Y ya desde este sábado es parte de la Villa y Corte. Y deja el Parlament rumbo al Congreso de los Diputados porque España vive un "momento dramático", según ha confesado. "Jamás" pensó que llegaría hasta aquí.
Todo estaba muy estudiado, con una puesta en escena en mitad del Madrid más antiguo, al lado de la calle Mayor y del Palacio Real. En esas callejuelas casi medievales, en esa plaza coqueta y llena de historia en la que se han reunido cerca de 1.500 personas.
Entrada triunfal, paseíllo, música épica. Acostumbrada a debates parlamentarios de alto voltaje, hoy estaba más nerviosa, casi emocionada. Madrid es Madrid. Y lo ha confesado: todavía le tiemblan la voz y las piernas.
Se ha hecho de esperar. La dirección de Cs ha llegado media hora tarde. Para amenizar: canciones de Los Nikis, Mecano, MIguel Bosé, Shakira, Alejando Sanz, Rosalía. "Y como un lobo voy detrás de ti", "fue una torturaaaa", "mira como gana la selección", "tra tra"... Estribillos a tutiplén.
El rumor sobre el salto de Arrimadas a Madrid era recurrente en la política española en los últimos años. Ahora ya es una realidad: todo con un halo de convencimiento de Rivera y ella de que esta vez sí pueden pisar moqueta monclovita. Huelen el poder.
Una historia familiar y una mañana de banderas
El speech era de historia personal. Hija de unos padres nacidos en un pequeño pueblo de Salamanca, criada en Jerez de la Frontera, una madre que tuvo que dejar de estudiar a los 14 años, cinco hermanos, historia de superación y Erasmus en el extranjero...
Y defensa de la España constiucional. En Amer limpiaron el suelo con lejía por donde había pasado ella. Por cierto, que en el road show hoy tocaba Madrid y mañana Waterloo. Su relato: el Gobierno de Sánchez ha vendido a España y los llaman "fachas" por sacar banderas. Por cierto, una marejada de enseñas nacionales dominaba la plaza de la Villa, junto a europeas (ya sabemos de dónde las sacaron los manifestantes de Colón). Además, dos aisladas del arcoiris y trans. Cada vez que pasaba al lado un autobús turísticos las banderas les saludaban. Spain is different.
Micrófono rollo concierto y charla Ted. Rivera se colocaba el suyo con problemas, con técnico incluido, mientras hablaba Arrimadas. En varias ocasiones los dos se han referido entre ellos como "amigos". Ella se metió en política después de acompañar a un amiga a un acto de Cs en 2011 y ya en 2012 entró en el Parlament de Cataluña. Hay mucha leyenda negra sobre una rivalidad en los últimos años, pero ahora forman pareja artística para el 28-A.
Los dos han competido en piropos. "Desde aquí puede ver a Rivera", le decía un miembro de seguridad a una afiliada, que contestaba: "Yo quiero ver a Inés". Cuando ha subido luego el líder naranja le han gritado "presidente, presidente" y muchos "guapo".
Corría la historia personal, las campanadas de misa de doce habían sonado un rato antes, y se acercaba el momento: "Anuncio que voy a presentar mi candidatura a las primarias de Cs al número uno por Barcelona a las próximas elecciones generales". Todos en pie, Rivera a la tarima también, y el símbolo de la victoria.
Efusión naranja. El sol cegaba (las únicas previsoras con gafas Melisa Rodríguez y Marta Rivera de la Cruz). Por cierto, esta última la más 5.0, con su móvil retrasmitiendo todo lo que pasaba. Tampoco se quedaba atrás Begoña Villacís, con su móvil y su camiseta de lunares. Ellos en ropa sport Ciudadanos, con zapatillas de deporte, chalecos alcochados, cazadoras y jersey de pico. Albert no se quita todavía la chaqueta (a pesar de que Sánchez le diga que se la ha cambiado por una de ultraderecha).
"Nooooooooooooo"
Sánchez, Sánchez, Sánchez. En la boca de los dos. "¿Os imagináis cuatro años más de Sánchez?", preguntaba la jerezana, a lo que el público respondía: "Noooooooooooooooo". E invocaba la "justicia poética" para que Rivera sea el próximo presidente del Gobierno. Y algún secreto revelaba: el líder del PSOE no la ha llamado en los nueve meses que lleva en la Presidencia.
Hoy el protagonismo era para ella, y Rivera ha pontificado: "La mejor mujer de la política española, la más preparada y valiente". Salpicado todo con sus expresiones de "ciudadanos de bien". Pero, ha gritado, "qué día más bonito". Y frases para provocar risas entre los asistentes: "No tengo un manual de resistencia, la tengo genética".
Barrido a la segunda fila: Carlos Carrizosa, que lleva en la sombra las riendas de Ciudadanos, y María Castiella, jefa de gabinete de Albert Rivera. Una operación muy estudiada, aunque ahora se ve contrarrestada por la posible candidatura también por Barcelona de Josep Borrell por el PSOE.
Pasillo de seguridad, selfies, y Arrimadas desaparece por la pequeña calle Madrid (coincidencias de la vida). Se va al hotel, necesita descansar, han sido muchas emociones. Tiene que preparar la mudanza, su marido ya se trasladó hace poco a la capital con nuevo trabajo. Una nueva vida. La política ha fichado ya por la Villa y Corte. Ese lugar donde Carolina Durante cantan por las noches: "Todos mis amigos se llaman Cayetano, no votan al PP, votan a Ciudadanos. Morat, Taburete, qué grupazos, en sus conciertos, cómo lo pasamos".
Pd: No ha sonado ninguna canción de Malú. Dedicado a los curiosos.