Puigdemont, sobre el juicio del procés: "Es un test de estrés para la democracia española"
Desde la delegación de la Generalitat en Berlín, ha ofrecido una rueda de prensa para valorar el inicio del juicio.
El expresidente de Cataluña Carles Puigdemont ha asegurado este martes en Berlín que el Estado tiene la oportunidad de "rectificar" en el actual juicio del "procés" y que el único fallo "justo" es la "absolución".
[Sigue en directo la primera jornada del juicio]
Puigdemont ha hecho estas declaraciones poco después de que comenzase en el Tribunal Supremo en Madrid el juicio del "procés" contra doce políticos independentistas catalanes por la organización del referéndum del 1 de octubre.
A su juicio, este proceso judicial es de "carácter político" y un "test para todo el sistema judicial español", una "prueba de resistencia" para el "Estado de derecho", porque es un juicio instruido contra personas "inocentes, honorables y elegidas democráticamente", que tan solo han cumplido con las decisiones del parlamento catalán.
El escenario no es casual: en julio de 2018 un tribunal alemán rechazó su extradición a España por rebelión, un grave delito que constituye la principal acusación de la justicia española contra nueve de los dirigentes juzgados ahora en Madrid.
Un "doble estándar" que denunció en su comparecencia en la que también apeló a la comunidad internacional a solidarizarse con su causa: "La imagen de nuestros líderes civiles y políticos procesados concierne a todos aquellos que creen en una democracia más fuerte", aseguró.
Y a las instituciones europeas, que hasta ahora respaldaron las posturas del gobierno español en su conflicto con los independentistas catalanes, les preguntó: "¿Por qué la Unión Europea está más preocupada por lo que pasa, por ejemplo, en Venezuela que por lo que pasa en Madrid?".
Un año después del fallido intento de secesión de esta región nororiental de España en octubre de 2017, el Tribunal Supremo empezó a juzgar a doce de los dirigentes independentistas acusados por impulsar un referéndum de autodeterminación y declarar posteriormente una fallida república catalana.
Las penas solicitadas por la fiscalía oscilan entre los siete años para los tres acusados solamente por malversación hasta los 25 años para el exvicepresidente catalán Oriol Junqueras, acusado de rebelión, malversación y desobediencia.
Líder del independentismo durante esa crisis, Puigdemont es el gran ausente del proceso al haber marchado a Bélgica justo después de la declaración de independencia, poco antes de varios compañeros ingresaran en prisión preventiva, situación en la que se encuentran todavía nueve de ellos.