El grito de advertencia de Unicef: la violencia contra los niños no puede caer en el olvido
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El grito de advertencia de Unicef: la violencia contra los niños no puede caer en el olvido

El organismo de Naciones Unidas pide 3.900 millones de dólares para afrontar las emergencias humanitarias de este año.

Unas refugiadas rohingya, fotografiadas en un campo de Shamlapur, en el distrito de Cox's Bazar, Bangladesh.© UNICEF/UN0217536/LeMoyne

Los niños del mundo siguen muriendo, quedando mutilados o huérfanos en los conflictos armados, siguen estando sometidos a la inseguridad alimentaria o la falta de agua que genera un desastre natural, siguen sufriendo secuestros, violaciones, traumas prolongados por lo que han visto sus ojos... Este año, cuando se cumplen 30 de la aprobación de la Convención Sobre los Derechos del Niño, Unicef se ve forzado a hacer el mayor llamamiento de fondos de su historia, porque nunca en estas décadas hubo tantos frentes abiertos, tanta necesidad. Y, pese a ello, tiene que lanzar además un grito contra el olvido en el que está cayendo este drama. En ningún caso puede convertirse en "la nueva normalidad".

Son las palabras que ha empleado para encender la luz roja del mundo la directora ejecutiva del Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), Henrietta Fore, en la introducción al informe "Acción Humanitaria para la Infancia 2019", dado a conocer hoy. "Si no ponemos fin a estas violaciones, y si no se responsabiliza a quienes las cometen, los niños van a crecer considerando que la violencia es algo normal, aceptable e incluso inevitable", ha denunciado. Además, "cuando los niños no disponen de lugares seguros para jugar, cuando no pueden reunirse con sus familias, cuando no reciben apoyo psicosocial, no pueden curarse de las cicatrices invisibles que provoca la guerra", destacan.

El mal no se acaba en el momento en que se inflige. Hay muerte, recuerda Unicef, pero también lesiones físicas y mentales graves que duran en el tiempo, que condicionan totalmente la calidad de vida de los niños y su futuro como adultos, violencias que pueden desactivar generaciones completas. El organismo de Naciones Unidas habla de "cicatrices mentales" y de "estrés tóxico" generados por el trauma, con "efectos devastadores" en el aprendizaje, el comportamiento y el desarrollo emocional de los menores. "La vida de cada niño es preciosa, cada intervención, grande o pequeña, puede marcar la diferencia", recuerda.

Sobre esa necesidad, eleva la voz para reclamar dinero, que es con lo que pueden mitigar el horror creado por los mayores. En su informe detalla que se necesitan recaudar de la comunidad internacional 3.900 millones de dólares (algo más de 3.400 millones de euros) con el fin de asistir este año a 73 millones de personas, 41 millones de ellas menores de edad, afectadas por conflictos armados o desastres naturales. Son cien más que el año pasado, que ya fue "devastador".

Con esta partida quieren aplicar planes de acción en materias como seguridad, agua potable, alimentación, educación y servicios sanitarios en 59 países. El programa más voluminoso, de 904 millones de dólares, se aplicará en comunidades de acogida de refugiados sirios en Egipto, Jordania, Líbano, Irak y Turquía, seguida de las dirigidas a Yemen (542,3 millones de dólares), la República Democrática del Congo (o RDC, 326,1 millones de dólares), Siria (319,8 millones de dólares) y Sudán del Sur (179,2 millones).

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  Infografía del informe de Unicef, con los datos esenciales de emergencias de 2019.Unicef

Unicef calcula que hoy hay más de 34 millones de niños que viven directamente situaciones de conflicto abierto y desastre, que carecen de acceso a los servicios de protección de la infancia; entre ellos, recuerdan los 6,6 millones de niños en Yemen, los 5,5 millones de Siria y los cuatro millones de la RDC.

En el estudio de este año, destaca un conflicto agravado en los últimos años y muy candente en estos días: el de Venezuela. El Fondo pide expresamente 70 millones de dólares para asistir a los niños afectados por la crisis, centro y fuera del país, en los estados vecinos, donde se han desplazado por miles. "Estamos muy preocupados por la situación de los niños en Venezuela (...) y pedimos a todos que protejan a niños y adolescentes en este momento", ha señalado desde Ginebra el director de Programas de Emergencia de Unicef, Manuel Fontaine. "También trabajamos en países vecinos como Colombia, Brasil y Ecuador, para ayudar a las comunidades de acogida [de migrantes y refugiados venezolanos] en la recepción de familias y niños que cruzan la frontera", abunda.

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"Proporcionar a estos niños el apoyo que necesitan es fundamental, pero si no se lleva a cabo una acción internacional considerable y sostenida, muchos de ellos continuarán cayendo en el olvido", añadía en su comparecencia Fontaine. Esa normalidad preocupante, que impide el movimiento porque parece que todo es así de maldito y no se puede alterar, es quizá la que hace también que la ayuda no fluya. Es una cuestión de liquidez de los gobiernos y demás donantes, claro, pero también de voluntad, de tener a los niños arriba del todo de la agenda. No es lo que pasa ahora.

Unicef reconoce en su informe que es incapaz de recaudar todo lo que cada año se plantea en un escenario básico, que de los 3.800 millones de dólares que solicitó para el año pasado sólo recabó la mitad. Se tuvieron que centrar en República Democrática del Congo, Siria y sus países vecinos, Sudán del Sur y Yemen, emergencias que ya acapararon el 60% de los fondos. Sólo logró, por ejemplo, una tercera parte de los fondos requeridos para atender a niños en la RDC o una quinta parte de lo demandado inicialmente para Siria. Afganistán, Libia, Ucrania... las otras emergencias recibieron lo que buenamente se les pudo dar.

En su llamamiento para el presente año, al menos, ansían lograr dinero para dar apoyo psicosocial a cuatro millones de niños, educación básica para 10,1 millones más, la inmunización con vacunas contra el sarampión de 10,3 millones o el tratamiento de 4,2 millones de menores con desnutrición aguda grave.

Es un problema general en cuestiones humanitarias, ya que la ONU suele lograr entre el 37 y el 40% de lo solicitado cada año. Nada más.

PRINCIPALES LLAMAMIENTOS DE UNICEF PARA 2019

República Árabe Siria y países vecinos

Casi ocho años después del comienzo del conflicto en la República Árabe Siria, unos 13,1 millones de personas necesitan asistencia humanitaria, incluidos 5,6 millones de niños, de los cuales 493.000 viven en zonas de difícil acceso. Más de 2,5 millones de niños sirios viven como refugiados en Egipto, el Iraq, Jordania, el Líbano y Turquía, donde la demanda de servicios básicos, como la salud y la educación, sigue superando la capacidad de respuesta de las instituciones y las infraestructuras.

Yemen

La crisis humanitaria provocada por el conflicto en el Yemen ha sido descrita como la mayor emergencia del mundo, ya que más de 22 millones de personas necesitan asistencia humanitaria. Se calcula que 12 millones de yemeníes, incluidos dos millones de niños, necesitarán ayuda alimentaria en 2019.

Afganistán

En el Afganistán, se calcula que 3,8 millones de niños necesitarán protección y asistencia humanitaria en 2019 debido al aumento de la violencia, los desastres naturales, incluida la sequía, y el duro invierno, que socavará aún más el acceso a los servicios básicos esenciales.

Crisis de la población rohingya en Bangladesh y Myanmar

Desde agosto de 2017, más de 730.000 rohingya, entre ellos 400.000 niños, han huido de la violencia en Myanmar y se han asentado en el distrito de Cox's Bazar, Bangladesh. En Myanmar, 600.000 rohingya siguen haciendo frente a importantes problemas, como la falta de libertad de circulación, la discriminación y el acceso limitado a los servicios básicos.

Etiopía

Alrededor de 2,8 millones de personas, entre ellas 1,5 millones de niños, han quedado desplazadas en Etiopía, y se teme que el número de personas afectadas siga aumentando. El acuerdo de paz firmado con Eritrea dio lugar a que se produjeran más de 14.000 nuevas llegadas entre el 12 de septiembre y el 20 de octubre, y se espera que la afluencia continúe en 2019.

Sudán del Sur

A pesar de la firma de un acuerdo de paz, la situación humanitaria sigue siendo grave en Sudán del Sur, donde persiste la violencia, incluida la violencia por motivos de género, una grave inseguridad alimentaria y nutricional, trastornos económicos y brotes de enfermedades. Más de 4,5 millones de personas han quedado desarraigadas de sus hogares, 6 millones necesitan servicios de agua, saneamiento e higiene y 2,2 millones de niños no asisten a la escuela.

Cuenca del Lago Chad (el Camerún, Chad, el Níger, Nigeria y la República Centroafricana)

Casi 21 millones de personas en el Camerún, Chad, el Níger, Nigeria y la República Centroafricana están afectadas por los conflictos en curso. En Nigeria, el desplazamiento aumentó en 2018, ya que cada semana se desplaza un promedio de 4.000 personas, principalmente mujeres y niños. En el Camerún, casi medio millón de personas han tenido que desplazarse internamente y las vulnerabilidades siguen en aumento. En la República Centroafricana, 1,5 millones de niños, dos de cada tres niños del país, necesitarán asistencia humanitaria en 2019.

República Democrática del Congo

En la República Democrática del Congo se ha producido una importante escalada de la violencia y el conflicto armado. Unos 12,8 millones de personas corren el riesgo de sufrir casos de inseguridad alimentaria y malnutrición aguda, lo que representa un aumento del 30% desde 2017. Los niños infectados con el ébola siguen necesitando la asistencia adecuada.

Libia

El conflicto prolongado, la inestabilidad política, el deterioro de los servicios públicos y una economía disfuncional han afectado a casi 1,6 millones de libios. Se calcula que 823.000 personas, entre ellas 241.000 niños, necesitan asistencia humanitaria.

Venezuela y estados vecinos

Los países de América Latina y el Caribe acogen al menos a 2,4 millones de refugiados y migrantes venezolanos. Los altos e impredecibles flujos migratorios están llevando al límite las capacidades de los países receptores y aumentando en las comunidades de acogida la demanda de unos servicios y estructuras que ya están gravemente limitadas.

Ucrania

Unos 500.000 niños afectados por el conflicto al este de Ucrania necesitan urgentemente protección y asistencia humanitaria, incluido el acceso a agua potable, entornos de aprendizaje seguros, atención de la salud de calidad y apoyo psicosocial.