Qué pasa cuando dos personas se consideran presidentes de un país
Con la autoproclamación de Guaidó como presidente de Venezuela, las miradas están puestas en el (otro) mandatario Nicolás Maduro... y en EE UU.
Venezuela está desde hace tiempo en el ojo del huracán (y en las portadas de la prensa internacional), pero son los hechos de este miércoles los que han marcado un antes y un después. Juan Guaidó, jefe del Parlamento de Venezuela, se ha proclamado presidente interino en mitad de las manifestaciones de los opositores en Caracas, y no sólo eso: ha recibido el apoyo de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Argentina, Colombia, Chile, Perú, Ecuador, Guatemala, Honduras, Panamá, Paraguay y Costa Rica.
Todo ello, en un claro desafío al todavía presidente Nicolás Maduro, vencedor en unas elecciones pero tremendamente cuestionado. Esto deja al país con dos supuestos presidentes: el autoproclamado y reconocido por las grandes potencias y el sucesor de Hugo Chávez y presidente desde 2013, que cuenta con el apoyo del Ejército venezolano.
Mientras los seguidores del primero abogan por una "transición pacífica", Maduro sigue aferrado al poder y los especialistas políticos, que califican la situación de "punto de inflexión", admiten que todavía se desconoce la deriva del Gobierno del país.
En su proclamación como presidente, Guaidó citó tres artículos (233, 333 y 350) de la Constitución de Venezuela con los que trata de blindarse legalmente, según explica la agencia EFE. Concretamente, el artículo 233 habla de las "faltas absolutas del presidente por causas de muerte, incapacidad física o mental, renuncias o destituciones", que tendrán que ser aprobadas por el Parlamento. Este organismo declarará el abandono de cargo y se procederá a una nueva elección universal, directa y secreta dentro de los treinta días consecutivos siguientes en los que, dice la Constitución, "se encargará de la Presidencia de la República el Presidente o Presidenta de la Asamblea Nacional".
El abogado especialista en Derecho Constitucional José Vicente Haro ha explicado a EFE que Guaidó fue muy cauto al dar el paso para permanecer en el terreno de la legalidad. "Guaidó hace esa manifestación de voluntad, personal, individual, como lo requiere el artículo 233 de la Constitución", detalla.
Asimismo, Guaidó citó el artículo 350, que da poder a los venezolanos para desconocer a "cualquier régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios y garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos". Esto encajaría con las declaraciones de los detractores de Maduro, que lo acusan de violar los derechos humanos, de limitar la participación en los comicios con prohibiciones electorales sobre sus adversarios y de mantener en prisión a políticos opositores.
En cualquier caso, y de acuerdo con el abogado especialista, la jura de Guaidó debe mantenerse bajo el objetivo claro "de llevar a una transición que conduzca a unas elecciones".
"Todas las opciones están sobre la mesa", se apresuró a declarar el miércoles la Casa Blanca en previsión de que el chavismo use "la fuerza". Y, efectivamente, Maduro contestó. "¡Aquí no se rinde nadie, aquí no se raja nadie, aquí vamos a la guerra, aquí vamos al combate, aquí vamos a la victoria y a la paz del futuro!", exclamó por televisión desde el Palacio de Miraflores, donde anunció que rompía relaciones diplomáticas y políticas con Estados Unidos, que, según él, quiere convertir a Venezuela en un "títere de sus intereses" y orquestar un "golpe de Estado" para dividir el país.
Por su parte, la Unión Europea ha expresado su "total apoyo" a la Asamblea Nacional de Venezuela como la institución elegida democráticamente en el país, y ha llamado a iniciar "inmediatamente" el proceso para celebrar unas elecciones "creíbles".
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se ha pronunciado este jueves en el Foro Económico de Davos sobre la cuestión pidiendo "diálogo" en Venezuela para evitar un "desastre". "Lo que esperamos es que el diálogo sea posible y evitar una escalada que nos llevaría a un tipo de conflicto que podría ser un desastre para el pueblo de Venezuela y para la región", ha señalado Guterres.
Pero todo parece indicar que la escalada es inevitable. De momento, 16 personas han muerto en las protestas y se espera que Estados Unidos sea quien dé el siguiente paso.
The Guardian apunta al aumento de sanciones sobre el petróleo —por parte de Estados Unidos— con el objetivo de presionar (aún más) a la economía del régimen de Maduro. Preguntado por el diario británico, un alto funcionario del Gobierno estadounidense ha advertido que "todavía no [han] arañado la superficie" en cuestión de sanciones.
Estas sanciones económicas supondrían una intensificación de la crisis humanitaria que vive la región, que la ONU describió como la mayor crisis migratoria en la historia reciente de Latinoamérica. Pero si Estados Unidos decidiera intervenir militarmente, el país norteamericano se enfrentaría (también) a consecuencias no deseadas. "Mira Somalia, mira Afganistán, mira Irak: se suponía que todos esos casos se resolverían con acciones militares cortas y al final han generado unos costes enormes en términos de pérdidas de vidas e infraestructuras", ha explicado a The Guardian David Smilde, experto en Venezuela del grupo de defensa de Latinoamérica en la Oficina de Washington.
Los analistas señalan que la superviviencia de Maduro depende del apoyo de las fuerzas militares y de lo sólido que sea este respaldo. Guaidó y la Asamblea Nacional, gobernada por la oposición, han tratado de disuadir a los militares ofreciendo amnistía a los miembros que le ayuden a 'recuperar' la democracia. Según The Guardian, sólo en esta semana las autoridades han detenido a 27 guardias nacionales por intento de levantamiento contra Maduro.
Smilde confía en que "Maduro y sus aliados vean la magnitud del mensaje de las protestas", aunque todo apunta a que el caos seguirá reinando, de momento, en el país.