Casado, a por los votantes fugados a Vox y Ciudadanos: "Desuniendo los votos no se une España"
Aspira a diez millones de votos con un discurso duro: "Aquellos que se fueron del PP no lo van a encontrar fuera"
Y al tercer día habló el líder. Pablo Casado coge con fuerza el timón del PP. Y en la clausura de la convención nacional ha reivindicado a su partido como la "casa común del centro derecha liberal y reformista" apelando directamente a que no se "desuna" el voto, en referencia a Vox y Ciudadanos sin citarlos expresamente pero aludiendo a ellos como 'imitadores'.
Se ha marcado un objetivo ante los suyos: quiere diez millones de votos. Casado ha ido directamente a apelar a ese voto "útil, necesario, eficaz". "Sólo podemos hacerlo nosotros", ha defendido en un mensaje para los populares pero que mira más allá. No era un discurso solo para la convención, sino con vocación de traspasar las paredes del madrileño recinto ferial de Ifema. Y desplegando duras propuestas a la vez para atraer a esos electores fugados. Este es el "verdadero" PP, ha resumido.
"Cada voto menos para el PP, un paso más para los enemigos de la nación", ha subrayado Casado, a lo que ha añadido: "A España no le va mejor con menos PP". Y lo ha querido argumentar para los que se han ido a otras opciones: "En la práctica, menos PP está resultando ser menos España, menos PP es más separatismo, más populismo, más Otegi, más radicalismo y más sectarismo".
Casado, en un discurso sin papeles y con la bandera de España ondeando siempre en la pantalla de fondo, se ha dirigido directamente a los antiguos votantes populares: "Tengo que decir a aquellos que se fueron del PP que fuera del PP ni lo han encontrado ni lo van a encontrar". "No se puede unir España desuniendo el voto", ha lanzado.
Su argumento: "no hay alternativa" al PP y "lo que no unan los electores en las urnas alrededor del Partido Popular quedará sin unir", en alusión a los de Albert Rivera y Santiago Abascal, porque son "incapaces de hacerlo".
Y ha calentado la batalla electoral subiendo el tono al final: "Muchos quieren imitarnos, pero no les sale. Quien quiere que gobierne el PP tiene que votar al PP". "No quiero un PP pequeño, sino un PP ambicioso, que convenza. Salgamos a ganar y no empatar", ha dicho ante el aplauso final de los suyos y antes de que sonara el himno de España.
Este domingo era su gran momento en el cónclave que prometió cuando salió elegido líder del Partido Popular. Su anhelo: un rearme ideológico para recuperar las esencias perdidas y 'reencontrar al partido' tras una dura y cainita batalla interna. Esas dos almas populares. Y todo ello bajo la amenaza de la irrupción de Vox y el subidón de haber llegado a la Junta de Andalucía.
Casado había planeado una convención en tres actos: el viernes para Rajoy, el sábado para Aznar y el domingo para él. El primero llegó con un mensaje de autoreivindicación y pidiendo a los suyos no ser doctrinarios, mientras que el segundo volvió a pedir públicamente el voto para su partido frente a Vox y Cs y reforzando a Casado ("un líder como un castillo", "sin tutelas ni tutías).
El nuevo líder popular cumple hoy seis meses en el cargo. Y ha pedido a los antiguos votantes directamente que se pregunten si "hoy España se parece más o menos al país que desean". "¿Cambiar el voto ha traído más estabilidad o menos? ¿Más respeto a la ley o menos?", ha cuestionado. Y tenía una respuesta: "Infinitamente menos".
"Esta sigue siendo su casa"
Pero, ha advertido de que el PP debe recuperar "la confianza" de los que se marcharon: "Esta sigue siendo su casa. El PP ha vuelto fuerte y unido. Queremos que vuelvan, saliendo a buscarlos y no esperando a que lo hagan".
"Somos el partido moderado y reformista, gestores cumplidores, patriotas soñadores, fuerza implacable frente a los nacionalismos y populismos. Somos el partido de la España de los balcones, que bajen de casa a reunirse con los nosotros de nuevo en las urnas", ha clamado. Para ello, ha dicho, el PP no tiene que moverse de sitio, lo que tiene que hacer para recuperar espacio electoral es "fortalecer el tronco de los principios y abrir las ramas". Por si alguien no se había enterado: "No basta con ponerse el disfraz del PP".
Ataques duros a la izquierda: "¡No adoctrinen a nuestros hijos!"
En esta estrategia para seducir al electorado perdido ha vuelto a intensificar su discurso a la derecha con fuertes críticas al PSOE y al independentismo. Ha llegado a acusar a los socialistas de querer en la calle "a asesinos monstruosos", por querer derogar la prisión permanente revisable. "Los asesinos, violadores o pederastas donde tienen que estar es en la cárcel, no reincidiendo en la calle por el síndrome de Estocolmo de la progresía española", ha recalcado durante el cierre de la convención, donde ha puesto en valor el trabajo de Juan José Cortés, padre de la niña Mariluz. En alto ha cargado contra el "buenismo hipócrita de la izquierda".
También se ha referido en esta lucha ideológica a la Educación. Recibiendo un fuerte aplauso cuando ha cargado contras las políticas "fracasadas" del socialismo: "Saquen las manos de la Educación, no adoctrinen a nuestros hijos ni destruyan el futuro de España".
En ese repaso, ha arremetido contra "mordida" pagada a su juicio por Sánchez en los presupuestos para "atrincherarse" en la Moncloa. Lo tiene claro: es una política "suicida" para le economía del país. Además, ha avisado de que "no va a tolerar que se abra en canal" la Constitución ni tampoco que se despenalicen los ultrajes a la Corona.
A esto ha unido la medida de aplicar el 155 en cuanto llegue al Gobierno, para que en Cataluña no sigan gobernando "una banda de fanáticos, racistas y supremacistas".
Moreno y su ola
Ha compartido el protagonismo con un emocionado y eufórico Juanma Moreno, que ha puesto a toda la convención en pie con una gran ovación. Es el primer presidente no socialista en Andalucía en 36 años. Y esperando, ha dicho, que la "ola de cambio suba hacia el resto de España" y se puede lograr el "objetivo" de La Moncloa.
Casado, durante su discurso, ha estado arropado por su dirección, con Teodoro García Egea a la cabeza. Aznar le ha cogido gusto a esta vuelta áulica al partido y ha repetido en la clausura, junto a su esposa, Ana Botella. También en un lugar preferente estaba el presidente de Galicia, Alberto Núñez Feijóo. Y ha aparecido la exsecretaria general María Dolores de Cospedal, que no se había dejado ver hasta este domingo.
Y como colofón, el grito de "¡Viva España!"