¿Y ahora qué va a pasar con Susana Díaz?
Se agarra a liderar la oposición y descarta marcharse; Ferraz prepara el terreno para asaltar el PSOE-A.
Un Gobierno de "cambio a peor" y de "evolución". "Accede a la Presidencia con los herederos del franquismo". "Han blanqueado en tres minutos a Vox". "Los amigos de sus amigos son sus amigos". "Tienen la sartén por el mango sólo con esos votos de extrema derecha".
Susana Díaz se estrenaba este miércoles como líder de la oposición en el Hospital de las Cinco Llagas -sede del Parlamento andaluz- en el debate de investidura del popular Juanma Moreno. La presidenta saliente será la encargada de apagar la luz en el Palacio de San Telmo tras 36 años de gobiernos socialistas.
Díaz irrumpió en el panorama nacional en 2013 con el aura de salvadora de una socialdemocracia en declive, barrida por la derecha en las urnas por la brutal crisis económica y que encontraba en Andalucía y Asturias sus únicas aldeas galas. Además, era la única esperanza blanca que parecía capaz de ganar en las urnas en los años del poszapaterismo y la 'herencia'.
Este miércoles la sevillana vivía uno de los días más duros para la historia del PSOE, con la derecha entrando a gobernar con el apoyo de la ultraderecha de Vox. Y ella es el rostro de esa derrota, del fin del poder casi absoluto de los socialistas sureños.
Díaz ha perdido dos batallas que nunca pensaría caer el PSOE andaluz: las primarias frente a Pedro Sánchez en 2017 y la Junta de Andalucía. El 'susanismo' empieza su travesía por el desierto (su fin para muchos, su resurrección para pocos). Y ella rechaza de lleno abandonar la política o dejar el liderazgo de San Vicente.
"Está bien, con ganas de empezar a hacer oposición"
La noche del 2 de diciembre fue un auténtico shock el que se vivió en el Hotel Meliá Sevilla, cuartel general del socialismo para esa cita. Nadie se lo podía imaginar, caras de estupefacción, lágrimas. Díaz no se podía creer lo que estaba pasando, nadie había vaticinado esa ola de la ultraderecha ni el cansancio de buena parte de su electorado. Un cóctel que mezclaba política nacional (en su círculo culpan mucho a la situación de Cataluña y la relación de Pedro Sánchez con los independentistas), una imagen tocada por las primarias y el fin de ciclo de una Administración acomodada a la moqueta. Todo ello acrecentado con el diseño equivocado de una campaña "con acento andaluz".
Pero tras esos duros días, ella está convencida de que se quiere quedar y que puede hacer un Guillermo Fernández Vara: aguantar en la oposición y volver a ganar dentro de cuatro años confiando en un Gobierno débil sustentado en Vox y la movilización de la izquierda tras la llegada de la ultraderecha.
Tras la investidura de Moreno este miércoles, una persona de su confianza hace esta radiografía a El HuffPost: "Ella está muy bien, con ganas de fajarse y de empezar ya a hacer oposición". Aunque admite, "en general pasará tiempo para que el PSOE haga la digestión de lo que ha pasado". Y lanza este aviso a navegantes: "Pero ella está dispuesta a seguir y con fuerza".
El plan de Díaz es continuar en Andalucía liderando la oposición. Descarta la opción barajada por sectores del PSOE de ocupar una plaza en el Senado por designación autonómica y, además, su intención es volver a presentarse en unas nuevas elecciones autonómicas.
Una opción precisamente que no hace mucha gracia en Ferraz. La dirección nacional embistió el día después del 2-D pidiendo su cabeza, aunque luego se reculó en público. En Madrid muchos esperan que al final caiga como "fruta madura", según repiten. Pero los que la conocen bien dicen que eso no es posible en Díaz, por su personalidad política.
En el PSOE andaluz saben que en Ferraz están preparados para un nuevo periodo de confrontación, que metafóricamente dicen más allá de Despeñaperros "de reflexión". Y Díaz está dispuesta a batallar. El problema es que todo este periodo coincide apenas unos meses antes de las elecciones europeas, autonómicas y municipales del 26 de mayo.
Una de las guerras que se puede librar soterradamente será la de las listas para las municipales. El PSOE-A se ha quedado sin el potente arma de empleo que es el BOJA y centenares de cargos irán a la calle o volverán a sus puestos de funcionarios rasos. Muchos podrían intentar meterse en esas listas, pero desde el 'sanchismo' también quieren colocar a los suyos. También algunos llamarán a las puertas de la Administración General. Desde Madrid ya han avisado que no van a ser meros "espectadores".
Sánchez no la respalda; la guerra puede ser tras el 26-M
En el PSOE andaluz han leído muy atentamente la entrevista que concedió hace unos días Pedro Sánchez a la agencia Efe. "En cuanto al futuro de Susana Díaz, ¿le va a apoyar para que siga siendo secretaria general de los socialista andaluces o quiere que haya una renovación interna en la región? El futuro del Partido Socialista en Andalucía lo elegirán y lo decidirán los militantes".
El presidente no quiso apoyarla públicamente. El único mecanismo que tendría para destituir a Díaz, según los últimos estatutos aprobados en el 39 congreso, sería impulsar una consulta a la militancia de esa federación.
Para ello necesitaría Ferraz primero que el Comité Federal -órgano con mayoría sanchista- pusiera en marcha un proceso de revocación motivado y acordado por el 51% de sus miembros en una votación secreta. Luego pasaría a ser votado por los militantes del PSOE-A en el plazo de un mes. En caso de salir adelante, se nombraría a una gestora con un mandato máximo de 90 días para celebrar a continuación un congreso.
Durante estos aciagos días para el PSOE-A, en Madrid cada día gana más peso el nombre de María Jesús Montero, actual ministra de Hacienda y que fue consejera con Manuel Chaves, José Antonio Griñán y la propia Díaz. El presidente confía mucho en ella y se ha ganado también a buena parte de la prensa, que le dio el premio a la mejor relación con los periodistas parlamentarios.
¿Están preparados ya los 'susanistas' para la guerra con Ferraz? ¿Creen que les atacaran ya? "De momento, parece que no. No decimos después de mayo...", contesta una fuente cercana a la sevillana.
En el PSOE, todo puede pasar.