7 historias de la Lotería de Navidad que demuestran que puedes sonreír aunque no te toque nada
Tu ilusión es mi ilusión.
El día de la salud por excelencia ya está aquí. Un 22 de diciembre más, el sorteo de la Lotería de Navidad llenará de millones los bolsillos de unos pocos y dejará al resto lamentándose por la mala de suerte de no haber ganado ni un miserable euro. Ante ese panorama, apelar a la salud será el consuelo generalizado.
Pero, año tras año, el Gordo nos demuestra que la alegría de los afortunados puede llegar a ser contagiosa. El sorteo siempre deja historias preciosas, de personas agraciadas justo cuando más lo necesitaban, que dibujan una sonrisa en la cara del más pesimista.
Aquí tienes 7 historias que nos han dejado los últimos seis sorteos y que hacen caer en la cuenta de que, en realidad, la ilusión de algunos afortunados es también la de todos.
La imagen de la alegría del Gordo del año 2012 fue, sin duda, la de Francisco Castaño, un aceitunero que apareció en todos los periódicos luciendo su muy particular sonrisa.
Su historia la contó El País y era muy curiosa. Francisco soñó el número del primer premio dos días antes del sorteo de aquel año y corrió a comprarlo. Aseguraba que, gracias a la suerte, iba a dejar el tajo y evitaría el embargo de su casa.
"Gano 70 euros con mucho sufrimiento, y con 63 años a mis espaldas. Me iban a embargar mi casa, pero ya no lo harán. No quiero nada con los bancos", advertía.
Dani, un inmigrante subsahariano en paro que en 2006 llegó en cayuco a Canarias junto a otras 131 personas, fue protagonista en el año 2013 porque le tocó el segundo premio.
En declaraciones a TVE relataba cómo había sido la experiencia siete años antes. "Es imposible contar lo duro que fue aquello. Se nos perdió un amigo en el mar", recordaba emocionado.
"Es mucho dinero. Vamos a ver si nos organizamos ahora con cabeza, sin perder los nervios, y a ver si lo hacemos bien", avisaba antes de celebrar: "Los españoles son los mejores del mundo porque nos aceptaron aquí y porque nos quieren".
Juan López no olvidará jamás el año 2014. Lo que comenzó de la peor manera posible terminó por todo lo alto. A Juan le tocó El Gordo y se acercó para celebrarlo a la administración de la localidad valenciana de l'Eliana donde lo había adquirido.
Allí explicaba, con los ojos humedecidos, que durante los meses anteriores había estado muy enfermo. Hasta tal punto que no dudaba en afirmar que había vuelto a nacer. El año acabó, por tanto, con doble alegría: la salud y el dinero, que iba a destinar a ayudar a sus hijos en paro.
Juan es, además, un ejemplo de que quien la sigue la consigue. Estuvo años y años buscando números que acabasen en 37. Hasta que llegó la suerte con el 13.437.
Mientras Juan celebraba el segundo premio en Valencia, en León la fiesta se desataba en una residencia de ancianos de la tercera edad, donde tanto los residentes como los familiares y empleados se repartieron los seis millones de euros del 7.617, uno de los dos cuartos premios de aquel año.
Jesica García, regente del bar de la residencia, transmitía a España la alegría que reinaba en el edificio al asegurar eufórica que los sueños se cumplen porque ella había soñado que le iba a tocar algo aunque no sabía el qué.
García, que regentaba el bar de la residencia desde hacía sólo unos meses, admitía que no era muy partidaria de comprar lotería pero que finalmente fue a la Administración y se hizo con treinta series del 7.617, agraciado con 20.000 euros al décimo, por lo que repartió seis millones de euros.
Mondragón, en Guipúzcoa, vivió en 2013 uno de los momentos más delicados de su historia reciente después de que Fagor Electrodomésticos, la compañía sobre la que giraba la economía local, solicitase el concurso de acreedores. La quiebra dejó en el paro a más de 2.000 personas en Euskadi.
Dos meses después llegó al rescate el Gordo de la Lotería de Navidad para aliviar el ánimo de sus vecinos y dejar en la localidad 180 millones de euros. La administración de lotería que vendió 45 series del 62.246 se encuentra, además, en el humilde barrio de San Andrés, precisamente donde Fagor Electrodomésticos tiene una de sus plantas y donde en marzo de 2004 ETA asesinó al exconcejal socialista Isaías Carrasco.
Allí, el responsable de la administración, José Mari Garai, explicaba que una parte del premio lo habían comprado trabajadores de Fagor Arrasate, que estaban abonados al mismo número desde hace cinco años
San Pedro del Pinatar, en Murcia, fue en 2016 un nuevo ejemplo de que la suerte de El Gordo visita muchas veces las zonas en las que ha habido sufrimiento.
El fin de semana anterior al sorteo, la localidad era noticia por un hecho desagradable y triste: fue, junto a San Javier, uno de los lugares más afectados por el temporal que asoló el Levante.
Pocos días después, San Pedro del Pinatar volvió a la actualidad por algo bien distinto: una de sus administraciones, 'El Perolo', repartió nada más y nada menos que 320.000 euros en dos quintos premios y un cuarto de la Lotería de Navidad. El total del dinero que repartió asciende a 1,7 millones por todos los números que vendieron.
Y todo ha sido gracias a los algoritmos y cálculos matemáticos de Ángel García, informático y economista, que diseñó una fórmula matemática basada en calcular que no tocara ninguno de los premios. Este informático hizo los cálculos hasta 13 veces, número correspondiente con los 13 premios que reparte la Lotería de Navidad. "Si no me toca un primer premio, un segundo y así hasta 13 veces; es la negación de todo y busqué la probabilidad de que no me tocara ninguno", declaró.
El municipio almeriense de Bayárcal fue el escenario en 2015 de una de las grandes historias de la Lotería de Navidad de los últimos años: les tocó el Gordo a dos familias que llegaron a la ciudad en 2014 atraídos por la oferta de vivienda y de terreno de cultivo gratis del Ayuntamiento.
El alcalde afirmó que las familias llegaron al pueblo "en una situación de auténtico riesgo de exclusión social". "Es asombrosa la suerte, cómo reparte. Me han llamado emocionados, diciendo que Bayárcal es lo mejor que les pasó en su vida", trasladó Navarro, para quien este día fue "muy especial, sin duda".