"Los jóvenes tienen que votar: los derechos de los que disfrutan hoy quizá vuelvan a no estar”
Entrevista con Jaume Duch, portavoz y Director General de Comunicación del Parlamento Europeo.
O todo o nada. Esta vez no hay grises: los europeos ya han visto de lo que implica salir de la UE y cómo se pone patas arriba un país entero. Incluso cómo, en algunos casos, los testimonios de votantes arrepentidos del Brexit hacen que se cumpla lo que decía aquel poema de Jorge Manrique de que "cualquier tiempo pasado fue mejor". Por eso los que creen en la Unión Europea y en el proyecto que representa, quieren ir más allá, abogar por más integración y aprender del "error" que ha supuesto el abandono de la UE por parte de Reino Unido.
La oportunidad está ahí: las elecciones europeas de mayo de 2019 servirán para que los ciudadanos elijan el tipo de Unión que necesitan. El Brexit o la amenaza de las posturas más nacionalistas y de ultraderecha tratarán de inclinar la balanza del lado de acabar con la UE, pero esto no tiene por qué ser así. También puede servir para que los ciudadanos se den cuenta de que ahora, más que nunca, tienen que defender sus derechos como europeos. Al menos eso es lo que cree Jaume Duch (Barcelona, 1962), portavoz y Director General de Comunicación del Parlamento Europeo. Duch recibe a El HuffPost en Madrid, en mitad de una jornada maratoniana en plena resaca del principio de acuerdo entre la Comisión Europea y Reino Unido.
¿Es un buen acuerdo?
Es el mejor acuerdo posible dentro de que el Brexit es una mala noticia para todos. Es una mala noticia para la UE, pero sobre todo es una mala noticia para Reino Unido. Pero es verdad que el acuerdo al que han llegado la Comisión Europea y el Gobierno británico es un acuerdo que permite lo que se llama la "salida ordenada" de Reino Unido de la UE.
¿Cómo va a ser la UE sin Reino Unido?
Va a ser una UE diferente, evidentemente. Reino Unido era uno de los actores principales de la Unión, pero es verdad que siempre tuvo una visión de la UE un poco diferente del de la mayoría de los estados miembros. Esa parte no voy a decir que es la positiva, pero desde el punto de vista práctico es la parte que tenemos que saber aprovechar.
El Brexit ha servido para unir a la Unión Europea. La UE está mucho más unida ahora que hace dos años y la ciudadanía europea en general es mucho más consciente de los beneficios que tiene ser europeo que antes del Brexit. Esto se debe a que pueden comparar con la situación en Gran Bretaña. Pero evidente esto tiene que venir acompañado de una intensificación de la integración europea y quizá eso ahora, esperemos, pueda ser más fácil.
Con el ejemplo del Brexit tan reciente, ¿servirán las próximas elecciones para lanzar un mensaje de que todo el mundo tiene que votar, de que es más necesario que nunca una UE unida?
Sí, creo que estas elecciones evidentemente van a situarse en un contexto Brexit. Además de por el propio calendario, porque Reino Unido —salvo sorpresa enorme— abandonará la UE el 29 de marzo, a menos de dos meses de las elecciones europeas. Es decir, cuando la gente vote va a tener el tema del Brexit en la cabeza porque van a ser las primeras semanas en las que Reino unido ya no será formalmente miembro de la UE y ya no estará representado en las instituciones europeas. Se va a hablar mucho de la UE, también por el Brexit en las semanas previas a las elecciones. Y eso es muy bueno.
Ha dicho que "salvo alguna sorpresa enorme"... ¿Se espera que no haya Brexit? ¿Hay todavía alguna esperanza de eso?
Bueno, yo diría que esa es sobre todo la esperanza de muchos ciudadanos británicos que, o bien votaron por quedarse, o bien han cambiado de opinión desde entonces. Pero es verdad que desde el punto de vista del calendario es prácticamente inimaginable. Quizá se puede retrasar unas semanas, pero pararlo completamente depende fundamentalmente de la voluntad británica y yo eso, de momento, no lo veo.
En todo esto hay un dato clave: en Reino Unido muy pocos jóvenes, sector que es precisamente el más europeísta, votaron en el Brexit [Se abstuvo el 67%] ¿Es justo ese sector de la población, el de los jóvenes, el reto de estas elecciones, convencerles de que tienen que ir a votar?
Claro que lo es. Por ejemplo en las últimas europeas en España votó el 27% de la gente que tenía entre 17 y 25 años. Eso es muy poco, es la mitad del porcentaje de voto general en el país, que también es bastante bajo. Y eso en el fondo es una paradoja negativa ya que de lo que se tratan estas elecciones es, como en todas, de decidir el futuro, de saber qué va a pasar en los próximos cinco años. ¿Y a quién va a afectar a más que nadie esto? A la gente joven, que son además los que están acostumbrados a disfrutar de la Unión Europea, pero que se tienen que dar cuenta que esos beneficios no están ahí para siempre, van a tener que defenderlos.
Pero, ¿por qué cree que no son conscientes de esto, de todo lo que está en juego? ¿Por qué no acuden a votar? ¿Qué está pasando?
Falla la información, sobre todo vía los canales que ellos usan cada vez más para informarse. También hace falta el mensaje de los políticos, que tienen que decir la verdad a los jóvenes sobre la UE. No sólo les tienen que hablar de las cosas que no funcionan, que las hay. También les tienen que hablar de las muchísimas cosas que funcionan ahora y que suponen ventajas concretas y poder preservar un modelo social europeo que probablemente no tiene parangón en el mundo; es muy difícil encontrar un lugar con esta calidad de vida, con este respeto por los derechos humanos, con estos valores, con estos derechos sociales tan desarrollados como lo están en la UE. Pero que todo eso, insisto, hoy está, ayer no estaba, y quizá mañana vuelva a no estar.
Hay un problema evidente, que va más allá de los jóvenes: la gente sigue percibiendo la UE como algo ajeno, distante...
La política al final acaba siendo siempre política nacional, y la política nacional tapa la europea y los políticos nacionales obviamente tapan también a los europeos. Todos tenemos una parte de responsabilidad; empezando por las propias instituciones europeas y acabando por los partidos políticos, por los líderes políticos nacionales, que tienen que contar las cosas como son. Son ellos los que tienen que evitar esta famosa situación en la que las decisiones positivas 'las he tomado yo' y las decisiones negativas las ha tomado Bruselas o que hablan de Bruselas como si Bruselas fuera un planeta.
Bruselas no es ningún planeta, Bruselas no son ellos, Bruselas somos nosotros. Es decir, los ciudadanos representados por nuestros ministros, por nuestros Gobiernos y ellos son los que toman las decisiones entre otras cosas en función del resultado de las elecciones europeas y elecciones nacionales.
Entonces tenemos elecciones europeas, Brexit... Asuntos en los que la gente necesita saber que la UE va a actuar por ellos. Es el caso también de la crisis migratoria, ¿Qué se está haciendo y, haciendo un poco de autocrítica, qué no se ha hecho bien hasta ahora bien?
Es un reto enorme y en los próximos años lo va a ser todavía más. Ante eso se pueden hacer muchas cosas. Una ya se está haciendo y no funciona: que cada Estado intente arreglarlo a su manera y salvarse un poco como pueda. La segunda es tener una política de inmigración legal. Es decir, una política de inmigración legal como tienen los grandes países del planeta como Canadá, EEUU, Australia, políticas que regulan los flujos de entrada y que permiten que gente de otros países se trasladarse a la UE para vivir, para trabajar.
Pero también hay otra cosa que hay que hacer que es ser eficaces para mejorar la calidad de vida de esa gente en sus países de origen: la gente no emigra por placer. Emigra por necesidad. Y ahí es donde es muy importante la cooperación, en materia comercial, internacional, la cooperación al desarrollo. Fomentar la mejora de las economías y la estabilidad democrática de todos estos países.
Pero habla de cooperación, de cooperación europea y por ejemplo en Italia tenemos posturas como la de Matteo Salvini, que aboga por todo lo contrario, ¿cómo está lidiando la UE con esta clase de políticas?
Yo no personalizaría, no puedo, pero es evidente que una de las dificultades en materia de inmigración es que las competencias no son competencias de las instituciones europeas, son nacionales, son los Gobiernos nacionales los que deciden.
El marco competencial europeo en esa materia es muy escaso, prácticamente la política de refugiados y poca cosa más. Eso es uno de los ejemplos evidentes: cuando se dice 'es que la UE es incapaz de resolver el problema migratorio...'. Bueno, a la UE nadie le ha dado las competencias ni le ha dado el dinero para resolverlo, luego no se le puede exigir que lo resuelva si primero no se le está dando los fondos y segundo no se le está dando la capacidad de tomar decisiones. ¿Cuál es la solución en ese sentido? Que llegue un momento en el que las políticas migratorias sean políticas migratorias europeas y no un intento de coordinación de políticas nacionales.
¿Ve factible que llegue ese momento?
Sí, yo creo que va a llegar porque al final los grandes problemas europeos sólo se pueden arreglar a nivel europeo. Y por mucho que haya resistencias lógicas, eso no tiene otra salida y pasará lo mismo que pasó con otras políticas anteriormente, parte de la política monetaria, de la política económica, de la política bancaria. Cuando la necesidad está ahí, obviamente de lo que se trata es de solucionar el problema.
Pero poniéndonos un poco tremendistas, ¿hasta qué punto la UE podría implosionar si vemos un resultado electoral que provoca un auge de las posturas más nacionalistas y de la ultraderecha?
Yo no sería tan pesimista. Los resultados no lo sabemos, pero hay encuestas y las encuestas nos dicen que hay países en las que esas fuerzas van a subir, pero también hay países en los que esas fuerzas van a bajar.
La malo es que esas posturas ya no son sólo una amenaza endógena, se han convertido en algo exógeno... Ahí está Steve Bannon queriendo "derrumbar la UE"
Eso va a desempeñar un papel en las europeas, y podría ser incluso positivo. En el sentido de que esto al fin y al cabo también es una manera de movilizar a los europeos para defender sus derechos y para defender sus valores. Es evidente que en estas elecciones europeas de alguna manera hay cierta injerencia exterior que además viene de los dos lados: viene del este y viene del oeste. No es sólo lo que se diga o haga en EEUU. Usted acaba de citar al señor Bannon que acaba de abrir oficina en Bruselas, también es lo que pueda pasar en la frontera oriental de la UE. Pero esto es algo que se tiene que saber, se tiene que valorar y los medios de comunicación lo tienen que contar.
Frente a todos ellos está la idea que tiene el presidente francés, Emmanuel Macron, de un Ejército Europeo, ¿hasta qué punto es factible?
Es factible. Es una cuestión de voluntad política. El Parlamento Europeo se ha posicionado muchas veces en favor de una política de defensa europea por dos razones: la primera, una razón lógica. Una UE que se quiera tomar en serio tiene que tener una capacidad militar propia, no puede depender de terceros.
Claro que la OTAN desempeña un papel fundamental, pero no podemos estar única y exclusivamente en manos de la OTAN, sobre todo cuando estamos viendo lo que pasa en EEUU. La protección que da la OTAN se tiene que complementar con una protección autónoma europea, e insisto en la palabra complementar. Pero es que además hay una cuestión económica, es decir, en un momento en el que las arcas de los estados miembro están en una situación deficitaria, un sistema de defensa común europeo es muchísimo más barato que 27 o 28 sistemas nacionales de defensa.
La canciller Merkel estuvo en el Parlamento Europeo hace unos días, también habló de este tema y la mayor parte de los eurodiputados aplaudieron sus palabras de apoyo a esta propuesta.
¿Europa está lista para tener un Ejército común Europeo?
Europa como tal está lista, la pregunta es si los gobiernos que tienen que ponerlo en marcha están listos.
Pasemos a Alemania: Merkel se va, ¿va a echarla de menos la UE?
Bueno yo creo que sí, evidentemente, porque la canciller ha jugado en los últimos años un papel muy importante. De hecho el papel que suelen jugar todos los cancilleres alemanes lo es. Todos sabemos que en estos años uno de los referentes europeos más claros ha sido Merkel. A partir de ahí lógicamente cada uno va a hacer su análisis. Hay gente que subraya los elementos positivos y en cambio hay gente que piensa que en algunos momentos fue demasiado tímida o frenó algunas posibles iniciativas. En estos casos normalmente el análisis se hace mejor después. Es decir, que creo que en el momento en el que no esté, que no tiene por qué ser mañana, ya que puede seguir siendo canciller durante prácticamente un par de años más, será entonces cuando nos demos cuenta realmente de si la echamos de menos.
Pero y de lo que le queda ahora, ¿existe el temor de que sea un 'pato cojo'?
Es muy difícil hablar de patos cojos alemanes. Mientras el Gobierno alemán funcione y funcione bien, ahí no hay nadie que sea un pato cojo.
Hablemos de Italia y sus presupuestos, si no cede y sigue por libre ¿debería abrir la Comisión Europea un procedimiento contra este país?
Eso corresponde a la Comisión Europea y primero habrá que entender qué significa exactamente que no cede. En este momento están negociando y creo que lo mejor es esperar a ver qué es lo que sucede. La UE funciona siempre a base de pactos y a base de entendimientos y a base de fases transitorias y a base de cosas que a veces son un poco complicadas, pero que son la manera de asegurarse de que al final todo el mundo va siguiendo por el mismo camino.
Para acabar, una cuestión fundamental para El HuffPost: ¿qué está haciendo el Parlamento Europeo para que vivamos en una sociedad más igual?
Está fundamentalmente aprobando leyes europeas que después en muchos casos o se aplican directamente o se convierten en leyes nacionales en muchísimos temas que tienen que ver con la conciliación. Por ejemplo, todos los esquemas de permisos de maternidad que en este momento han ido mejorando en muchos países incluido en España son el resultado de la legislación a nivel europea y del propio PE, obviamente la mejora de determinadas políticas sociales en todo lo que significa ayudar también ayudar desde el punto de vista de la financiación, son cosas en las que la UE está jugando un papel importante.
El PE es un Parlamento con representación femenina por encima de la media, todavía probablemente no la que tendría que ser pero sí por encima de la mayor parte de parlamentos nacionales y eso se nota y se nota mucho. Yo recuerdo hace unos meses por ejemplo en las reuniones precisamente sobre la financiación futura de la UE, la mayor parte de las personas, de los diputados que estaban en esa sala discutiendo y tomando decisiones eran mujeres y eso se nota luego en las políticas concretas.