El flamenco ‘millennial’ de Rosalía no es tan revolucionario: tenemos las pruebas
La catalana bebe de palos clásicos del género y de referentes del siglo pasado.
¿Cuántas veces has visto este momento en los últimos meses?
En Facebook, en Twitter, en los medios, en Spotify y hasta en la moda, ya que este lunes presentará su línea de ropa en Pull&Bear. Si hay un nombre que está acaparando todas las miradas en el terreno musical (y fuera de él) es Rosalía. Su mezcla de flamenco y trap, su impresionante puesta en escena, y sus temas pegadizos e innovadores hicieron que el miércoles 31 de octubre no le importara el frío ni la espera a las más de 11.000 personas en la madrileña Plaza de Colón que aguardaban el concierto de presentación de El Mal Querer, el segundo trabajo de estudio de la barcelonesa.
Y ese solo es uno de sus logros. Rosalía ha conseguido que Kim Kardashian escuche flamenco, fue la protagonista de la gala de los MTV EMA, ha hecho que revistas musicales de renombre como Pitchfork o la NME hablen del género e incluso que clasifiquen su trabajo entre los mejores lanzamientos y que hasta Times Square se llene de la publicidad de su nuevo disco. Pero si hay algo más que ha conseguido es que los jóvenes se sepan sus canciones, toquen las palmas al compás y que escuchen lo que muchos han denominado el flamenco millennial.
Para muchos esto es toda una revolución de la que no solo es protagonista la catalana, pero sí que tiene gran culpa de ello. En Spotify, la escucha del género flamenco urbanha aumentado un 548% desde comienzos de 2018 y es la autora de Malamente la que lidera el ranking seguido de raperos como FlowZeta o Dellafuente y Nyno Vargas. Y por si fuera poco, ha batido todos los récords de esta plataforma en España con la salida de El Mal Querer: artista y álbum más escuchados en un día. Casi nada.
Pero ¿por qué está viviendo el flamenco uno de sus mejores tiempos? Hablamos con otros protagonistas de esta nueva hornada del género tradicional para saber por qué se está produciendo este movimiento y si realmente es algo nuevo.
Volver la vista atrás está de moda
Además de Malamente o Pienso en tu mirá, Rosalía tiene versiones de otras piezas clásicas y casi históricas del género. Entre ellas Catalina, de la que la catalana dice que es "una canción muy significativa" para ella, que es una versión de uno de los llamados Tangos arrumbaos de Manuel Vallejo (1926). Por no hablar del Di mi nombre, del que ella misma dijo que tomaba como base los Tangos de la Repompa.
Pero no es la única. Los catalanes María Arnal i Marcel Bagés son toda una revelación dentro de la escena indie española y sus temas beben, no solo del flamenco, sino del archivo histórico de las músicas tradicionales de toda España.
"Empecé a hacer canciones en base a esas grabaciones populares o folclóricas que había encontrado en las fonotecas. Además, lo que me interesaba de esos materiales era que ponía en jaque la idea de autoría que tenemos hoy en día", señala Arnal a El HuffPost. "Su autoría era colectiva y no individual y yo podía intervenirlas al igual que había pasado antes con ellas".
"Siempre hemos rehuido de los géneros y hemos caminado por ese espacio que se transita entre varias fuentes", cuenta Arnal, que recalca que lo que hacen Bagés y ella no es un "folclore moderno". En esta vuelta a los orígenes que indica la cantante también coincide Soleá Morente —hija del cantaor Enrique Morente y hermana de Estrella Morente— que recalca la importancia de conocer la base de cualquier género. "Hay que partir de una tradición, sin conocer las raíces no se puede construir nada", detalla la granadina.
La evolución eterna del género
Rosalía es la primera en mezclar trap y flamenco, pero no es la única. Tampoco este flamenco fusión, como lo califican los puristas del género, es nada nuevo. Enrique Morente y su Omega junto a Lagartija Nick e incluso las guitarras eléctricas que introdujo Camarón en La leyenda del tiempo ya constituyeron una ruptura con el género en el que se han adentrado artistas de fuera de esta escena, como hicieron Los Planetas y su Leyenda del espacio. Recordemos, hasta Amaia de España se ha atrevido en más de una ocasión con el cante jondo.
"El flamenco es una cultura que ofrece muchísimas posibilidades, es una fuente de conocimiento muy grande que no se acaba nunca", señala Morente. "La forma de expresar va cambiando a lo largo de la historia", añade. "Para mí, empezar a tocar canciones flamencas y letras flamencas con una banda de rock como Los Evangelistas ya era otro camino diferente al que se venía haciendo antes", relata.
"Esa línea de hacer arte a través de la investigación la empezó mi padre [Enrique Morente] y yo he seguido en ese estilo", enfatiza Morente, que actualmente toca con la banda de indie granadina Napoleón Solo con el que investigó otro sonido totalmente diferente. "Ahora mismo está de tantísima actualidad el trap, llevar el flamenco ahí es algo histórico", indica la cantante.
Maka es otro de esos nuevos nombres que también se atreve a mezclar la música urbana con el flamenco. "Siempre he tenido el gusanillo del flamenco porque me crié con mis abuelos. A mí me gustaba escuchar grupos como Ketama, que fueron pioneros en la fusión del flamenco en los 90", detalla el rapero.
Sin embargo, la vuelta a los orígenes también es algo que se plantea este granadino señala que le gustaría hacer algo más puro en un futuro. "Uno va madurando y se da cuenta de lo que se queda. Yo en el futuro me veo en una silla cantando fandango, flamenco y bulerías", añade.
Esta mezcla permite que los jóvenes puedan adentrarse en un género que asusta a aquel que no lo conoce. "Es muy importante y necesario facilitar al oyente que nunca ha escuchado flamenco, traducírselo de alguna manera para que se vaya introduciendo en el género. Si alguien escucha Rosalía y si le atrae puede adentrarse en él", indica Morente.
Mujeres fuertes y mensajes feministas
"Conmigo no te equivoques, con el revés de la mano yo te lo dejo bien claro, amada". Este fragmento de De aquí no sales, de Rosalía, demuestra que El Mal Querer es toda una historia de denuncia a la violencia de género. Pero tampoco es la primera en hacerlo, las coplas de Lourdes Pastor o Alicia Carrasco ya denunciaban esto en 2015. Pero vayamos de nuevo a las raíces, seguro que nunca te has planteado el lado feminista de las folclóricas.
Lola Flores, Rocío Jurado o Marifé de Triana además de una fuerte personalidad sobre el escenario y fuera de él, eran mujeres independientes y con una cargada conciencia feminista, que las sacaba de la represión franquista y del sambenito de la copla como música del régimen.