Theresa May dice que las diferencias entre Londres y la UE no deben llevar a un Brexit sin acuerdo
La primera ministra británica se dirige a los diputados tras una intensa ronda de negociaciones entre Reino Unido y la UE.
La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, ha resaltado este lunes que las diferencias entre Londres y la Unión Europea (UE) sobre la frontera norirlandesa tras el Brexit no deben llevar a una salida del bloque sin acuerdo.
"No creo que Reino Unido y la UE estén muy alejados (en sus posturas)", ha dicho ante el Parlamento, antes de recalcar que "hay que trabajar juntos para hacer efectivo el acuerdo" sobre la frontera.
Así, ha manifestado que "es frustrante que casi todos los puntos de desacuerdo estén centrados en cómo gestionar un escenario que ambas partes esperan que nunca tenga lugar y que, de hacerlo, será sólo temporal".
"No podemos dejar que este desacuerdo descarrile las expectativas de un buen acuerdo y nos deje con un resultado sin acuerdo que nadie quiere", ha apuntado May, quien ha argumentado que "un acuerdo negociado es el mejor resultado para Reino Unido y la UE".
"Sigo pensando que este acuerdo es posible y con ese espíritu seguiré trabajando con los socios europeos", ha insistido, si bien ha reconocido que "siguen existiendo dos problemas", entre ellos que Bruselas quiere "una política de garantía para la política de garantía" ofrecida por Londres al asunto de la frontera con Irlanda.
May ha puntualizado que "quiere ser capaz de mirar a los ojos al pueblo británico y decir que esta solución es temporal", pero ha indicado que "la gente está preocupada con razón sobre lo que se prevé temporal pueda ser un limbo permanente".
"No vamos a quedar atrapados de forma permanente en un territorio con una aduana única incapaz de alcanzar acuerdos comerciales significativos", ha sostenido. En este sentido, ha reiterado que "la salvaguarda no debería entrar en vigor y, de hacerlo, debería ser temporal".
En este sentido, ha explicado que "crear cualquier tipo de frontera aduanera entre Irlanda del Norte y el resto de Reino Unido significaría un cambio fundamental en la experiencia diaria para los comercios en Irlanda del Norte, con el potencial de afectar a los trabajos y las inversiones".
Por ello, ha indicado que "se está entrando en la fase final de las negociaciones" y que "deben prevalecer las cabezas frías y calmadas", al tiempo que ha destacado "progresos reales en las últimas semanas" sobre estos puntos.
"Hemos logrado buenos progresos en el texto relativo con la mayoría de los asuntos pendientes", ha dicho. "La forma del acuerdo sobre la inmensa mayoría del acuerdo de retirada (...) está clara", ha recalcado.
Así, May ha incidido en que "tanto Reino Unido como la UE comparten una profunda responsabilidad para garantizar la preservación del Acuerdo de Viernes Santo, proteger la duramente ganada paz y estabilidad en Irlanda del Norte y garantizar que la vida sigue esencialmente como hasta ahora".
La primera ministra británica ha insistido en que "si bien ambas partes están comprometidas a garantizar que esta relación futura está en pie al final del periodo de aplicación, existe la posibilidad de que haya un hueco entre ambos".
"Esto es lo que general la necesidad de una barrera protectora para garantizar que si este hueco temporal surge, no habrá una 'frontera dura' entre Irlanda del Norte e Irlanda, o nada que pueda amenazar la integridad de nuestra valiosa unión", ha zanjado.