La razón por la que a veces estás triste después del sexo (aunque sea bueno)
Los hombres que lo padecen piensan que son las únicas personas del mundo que lo tienen, pero no es así.
Cuando tenía poco más de 20 años, el escritor Brandon G. Alexander a menudo sentía una tristeza inexplicable después del sexo, incluso cuando este era "bueno" y con una pareja que le gustaba.
Alexander, fundador de la web de estilo de vida masculino New Age Gents, explica a la edición estadounidense del HuffPost que "la mejor manera para describirlo es como una sensación de vacío o, algunas veces, de vergüenza, dependiendo de la relación y la intención que tuviera con la persona". "Nuestra cultura enseña a los hombres a conectar físicamente a alguien, pero ignoramos que el sexo es muy afectivo y espiritual. La idea de que un hombre no puede sentir nada antes, durante o después del sexo no es realista, pero a muchos se les ha condicionado para que piensen lo contrario", sostiene.
Lo que Alexander experimentó hace años es lo que los investigadores llaman "disforia postcoital" (DPC). La DPC es una afección marcada por los sentimientos de agitación, melancolía, ansiedad o tristeza después de mantener relaciones sexuales, incluso cuando estas son satisfactorias y consensuadas. La DPC puede durar entre cinco minutos y dos horas.
También se le llama tristesse postcoital, que significa "tristeza" en francés. En el siglo XVII, el filósofo Baruch Spinoza lo resumió así: "Una vez que el goce del placer sexual ha terminado, viene la mayor tristeza".
Muchos estudios han investigado las primeras tres fases del ciclo de la respuesta sexual humana (excitación, meseta y orgasmo), pero la fase resolutiva siempre se pasa por alto.
No obstante, eso está empezando a cambiar. En un estudio de 2015 del Journal of Sexual Medicine, casi la mitad de las mujeres encuestadas había experimentado tristeza postcoital en algún momento de sus vidas, y alrededor del 5% dijo que, en el pasado, lo había sentido con frecuencia.
Un nuevo estudio publicado en junio por los mismos investigadores indica que la DPC es casi igual de frecuente en los hombres: en un sondeo online a 1.208 varones, alrededor del 40% afirmaba haberlo sufrido, y el 4% que era un fenómeno frecuente.
En fragmentos de la encuesta, los hombres admiten sentir "una fuerte sensación de aversión hacia sí mismos" después del sexo y "mucha vergüenza". Otros dicen que han tenido "ataques de llanto y episodios de depresión" que a veces preocupan a sus parejas.
A pesar del número de hombres que han experimentado disforia postcoital, es difícil para los investigadores estudiarlo, ya que la mayoría de los afectados no están dispuestos a hablar de ello, comenta Robert Schweitzer, principal autor de los estudios y profesor de psicología en la Queensland University of Technology, en Australia.
"Los hombres que padecen DPC piensan que son las únicas personas del mundo que la tienen, pero deberían reconocer que hay gran diversidad de experiencias en la fase de resolución del sexo", explica a la edición estadounidense del HuffPost. "Como muchos diagnósticos, poder nombrar este fenómeno proporciona cierto alivio". Schweitzer sigue recopilando informes de personas con DPC para su investigación.
¿Y por qué es tan común en hombres como en mujeres? Un estudio entre gemelas indica que la genética puede tener algo que ver. La DPC a menudo también está relacionada con abuso sexual, trauma y disfunción sexual, pero no siempre es así; en este último estudio, la mayoría de los hombres que tenían DPC no habían tenido esos problemas y estaban en relaciones sanas y satisfactorias.
La mayoría de las veces, Schweitzer cree que la disforia postcoital es el resultado de factores físicos y psicológicos. Físicamente, los orgasmos activan una inundación de endorfinas y otras hormonas que hacen que te sientas bien, pero después viene la prolactina neuroquímica, lo cual a veces da lugar a un bajón intenso. Desde el punto de vista psicológico, el estudio establece una relación entre la frecuencia de la DPC y la "ansiedad psicológica alta" en otros aspectos de la vida de una persona.
En ocasiones, los factores psicológicos se ven agravados por el conocimiento de que no existe una conexión emocional con una pareja sexual, informa la terapeuta sexual Kimberly Resnick Anderson, que no tiene relación con la investigación.
"Algunos de mis clientes, sobre todo hombres con ninfomanía, tienen disforia postcoital porque, en el fondo saben que no hay una conexión entre ellos y la persona con la que se acuestan", cuenta a la edición estadounidense del HuffPost.
En otros casos, los pacientes se preocupan por si sus parejas no están tan involucradas en el sexo.
"Si crees que tu pareja solo 'se está sacrificando por el equipo' y no está verdaderamente interesada en el sexo, puede ser una pista de vergüenza y culpa", añade Resnick Anderson.
Es importante recordar que el sexo puede significar cosas diferentes en las distintas etapas de tu vida. Y, como muestran estos estudios, los complicados sentimientos postcoitales son completamente naturales.
También se pueden reducir los sentimientos negativos de estas formas: para empezar, no te vayas después de enrollarte con una persona o, si estás en una relación, acurrúcate en vez de irte al salón a ver Netflix. Un estudio de 2012 sobre la fase de resolución del sexo indica que las parejas que tienen conversaciones en la cama, besándose y abrazándose después del coito, están más satisfechas en cuanto al sexo y a la relación.
Y sé sincero sobre tus sentimientos después del sexo, sin culparte a ti ni a tu pareja. Como muestra la investigación en desarrollo, los hombres y las mujeres sienten muchísimas emociones después del sexo, y es completamente normal.
Eso es algo que Alexander, el escritor que con veintipocos años solía experimentar disforia, tuvo que aprender por sí mismo cuando llegó a los 30.
"Como hombre, no deberías anestesiar o tratar la DPC por tu cuenta", dice. "Necesitamos tener más conversaciones sobre hombres e intimidad. Cuanto más les digamos que no pasa nada por sentir, o por proteger su corazón tomándose un tiempo para acostarse con alguien, más cambiaremos las viejas ideas sobre los hombres y el sexo".
Este artículofue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Lucía Manchón Mora