Por qué beber leche cruda es peligroso para tu salud
Los defensores de su consumo hablan de "sabor original", a los detractores les preocupan enfermedades como la brucelosis.
El debate sobre el consumo de leche cruda ha vuelto esta semana a primera línea. La aprobación de un decreto por parte del Govern de la Generalitat por el que se permite la venta directa de leche de vaca por parte del productor, ya sea en explotación, con máquina automática o en un establecimiento minorista, ha recuperado una vieja polémica entorno a esta comercialización, que en Cataluña permanecía prohibida desde 1990. Y la pregunta es la de siempre: ¿es seguro su consumo?
Muchas, muchísimas han sido las voces contrarias a esta decisión que han salido a las redes sociales para responder esta pregunta con un contundente NO.
Una de esas voces ha sido la de la médica Lucía Galán, conocida comoLucía, Mi pediatra, que el jueves lanzaba un mensaje muy claro a sus seguidores: "No consumas leche cruda". Un día después explicaba a El HuffPost que esta medida supone "un paso atrás en seguridad alimentaria". "No logro entender cómo han llegado a tomar semejante decisión en contra de toda la evidencia científica que hay al respecto. No me entra en la cabeza", insistía.
Se trata de una decisión que igual que se ha tomado en Cataluña podría tomarse en cualquier otra Comunidad Autónoma. Como recordaba el viernes Luis Planas, ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, en una entrevista en RNE esta regulación no es una competencia estatal, sino autonómica. Y Cataluña la ha tomado con el único fin de revalorizar y diversificar las explotaciones ganaderas que, eso sí, deben cumplir con el reglamento europeo 853/2004, de normas de higiene de los alimentos de origen animal.
¿Dónde está entonces la polémica si la Unión Europea lo permite? Vayamos por partes.
La diferencia entre la leche cruda y las otras leches
La leche cruda es leche que no ha sido sometida a ningún tratamiento térmico por encima de los 40ºC. Ni pasteurizada ni esterilizada, recuerda Luis Miguel Luengo, miembro del área de nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN). Es la leche que proviene directamente de la vaca y, como apunta Lucía, Mi Pediatra, "aun suponiendo que el consumidor la hierva el tiempo recomendado no se puede garantizar al 100% que desaparezca el riesgo de contaminación".
Ocurre justo lo contrario en los otros dos tipos de leche, los que nos encontramos en el supermercado, que deben someterse a tratamientos que permiten la destrucción de patógenos.
La leche pasteurizada, también conocida como leche fresca, se trata para tener una vida útil de varios días. Se calienta a 72ºC durante 15-20 segundos y se enfría rápidamente a 4ºC. En el caso de la leche uperizada o UHT, la esterilización se produce al calentarla a 150ºC durante uno o dos segundos.
Una leche difícil de tratar
Si bien dejar el cartón de leche en la encimera no es lo más recomendable, no pasa nada por hacerlo durante unas horas salvo que la temperatura exterior sea demasiado elevada. No ocurre lo mismo con la leche cruda. Como recuerda Lucía, Mi pediatra, es un producto que hay que conservar en frío, "pero no a cualquier temperatura sino entre 1 y 4ºC y da la casualidad de que muchos de nuestros refrigeradores mantienen la temperatura entre 4 y 8ºC".
Además, hay que hervirla antes de consumir y "no vale hacerla un par de minutos ni tampoco en el microondas", añade la especialista. Son varios pasos que debe llevar a cabo el consumidor, "pero suponer que lo va a hacer es mucho suponer". "¿Por qué poner en sus manos un tema tan importante para la salud de todos?", pregunta.
Los peligros de la leche cruda
Lucía, Mi pediatra no ha sido la única que estos días ha alzado la voz en contra de esta decisión. El doctor en Ciencia y Tecnología de los Alimentos Miguel A. Lurueña publicó el jueves un extenso hilo en Twitter para desmontar la decisión del Govern. "La leche cruda puede contener microorganismos patógenos incluso en el momento de salir de la ubre. Además reúne unas condiciones idóneas para que estos bichejos se desarrollen (pH, nutrientes, agua, etc.)", escribía.
Datos que también recoge un informe de 2015 del Comité Científico de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), en el que se advierte que "la leche cruda puede vehicular microorganismos patógenos y que el riesgo puede ser reducido, pero no eliminado por el uso extremado de prácticas higiénicas".
En su defensa de la leche pasteurizada o uperizada recordaba cifras de Estados Unidos, donde una de cada seis personas que beben leche cruda enferman por infecciones bacterianas o de parásitos, según investigadores del Departamento de Salud de Minnesota (EEUU).
La bacteria que más preocupa a los especialistas españoles es la Brucella, responsable del desarrollo de brucelosis o fiebre de Malta. "Contraer esta enfermedad es lo que más miedo nos da a los médicos. Su tratamiento es muy largo, con antibióticos menos habituales, y además puede ser mortal", explica Luengo a El HuffPost. "Mortal por una complicación", continúa. Al afectar a los pulmones y el sistema nervioso central "puede provocar una neumonía o una meningitis".
Como señala Lurueña en su hilo, no es la única enfermedad que puede derivarse del consumo de leche cruda. A la brucelosis, muy poco frecuente en España desde que se obligó a la comercialización de leche pasteurizada y esterilizada, se unen otras enfermedades igualmente contagiosas. "Lysteria, Campylobacter, Salmonella, E.Coli, Yersinia...", enumera Lucía, Mi pediatra, que recuerda que esta enfermedad en puede tener consecuencias muy graves niños, ancianos, mujeres embarazadas o inmunodeprimido .
Una cuestión de sabor y no de nutrientes
Aunque la decisión de la Generalit sólo tiene fines económicos, el de revalorizar y diversificar las explotaciones ganaderas, los consumidores de leche cruda suelen mencionar su sabor más original como su gran valor. "Al cabo con el tratamiento térmico cambia el sabor de la leche y no es igual que recién salido de la vaca", explica Luengo. "Pero desde el punto de vista nutricional no tiene prácticamente ninguna ventaja", añade el especialista, que sí señala que "hay algunas vitaminas que son sensibles a las altas temperaturas y que pueden disminuir pero no son las principales de la leche".
Argumenta lo mismo la farmacéutica y nutricionistas Marián García, también conocida como Boticaria García, quien recoge en un artículo las razones para decir NO a la leche cruda.
"Es cierto que las altas temperaturas destruyen las bacterias probióticas potencialmente beneficiosas de la leche. Sin embargo, tampoco se ha demostrado que estas bacterias puedan llegar en cantidad y calidad suficiente al intestino aunque consuma leche cruda", argumenta en su artículo, en el que reconoce que el tratamiento también destruye algunas enzimas de la leche, "que igualmente tampoco tienen una actividad relevante".