Colombia elige este domingo al sucesor de Juan Manuel Santos
La pelea está entre el conservador Iván Duque, el favorito, y el izquierdista Gustavo Petro, la gran novedad en la política local.
El pasado 27 de mayo, ninguno de los candidatos en liza logró la mayoría absoluta necesaria para conquistar la presidencia de Colombia de una tacada. Por eso este domingo, 17 de junio, toca celebrar la segunda vuelta de los comicios. Ahora la pelea ya no es cosa de seis, sino sólo de dos: el conservador Iván Duque (41 años) y el izquierdista Gustavo Petro (58).
La participación, el voto joven y el voto en blanco serán determinantes para decidir una pugna en la que, dicen las encuestas, el uribista Duque tiene las de ganar, de sobra. Todo, tras semanas complejas en las que los dos aspirantes han tratado de cosechar el apoyo de los propios (no hay que perder movilización) y de los que hace mes y medio votaron por cualquiera de los otros cuatro candidatos. El tira y afloja por el centro ha sido intenso, pero es la derecha la que parece que se lo lleva.
A continuación te explicamos las claves de una cita de la que saldrá el sucesor del presidente Juan Manuel Santos, el hombre que lleve el timón del país durante los próximos cuatro años.
Qué pasó en la primera vuelta
En la primera vuelta de estas elecciones, Duque se impuso con el 39,14% de los apoyos, algo más de siete millones y medio de votos sobre un total de 36,2 millones de ciudadanos con derecho a decidir. Fue un buen dato que no le sirvió, no obstante, para convertirse directamente en presidente, al no alcanzar la mitad más uno de los apoyos.
Con el 25,08% de los sufragios, Petro quedó segundo y se ganó el derecho a disputar para la izquierda la segunda vuelta que ahora nos ocupa, en un país de 49 millones de habitantes y gobernado históricamente por la derecha.
La abstención se situó en el 45%, rondando la media histórica de otras convocatorias en el país.
Qué dicen ahora las encuestas
Los sondeos de los principales medios colombianos sostienen que la victoria será para el Centro Democrático de Duque. En Caracol Noticias -donde más se acercaron a los datos reales de la convocatoria de mayo- sostienen que la intención de voto se reparte así: 57,2% para Duque (casi 11 millones de votos frente a los 7,5 de la primera vuelta), 37,3% para Petro (7,1 millones de sufragios, cuando en mayo fueron 4,8) y un 5,5% de voto en blanco (llegando al millón, el triple que entonces).
Esta vez la participación subirá hasta un 62% (cerca de 20 millones de votos), incluso en un domingo con Mundial de fútbol, que arrastra pasiones en Colombia. Ya están acostumbrados: cada cuatro años les tocan elecciones, cada cuatro años se celebra esta competición.
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Quiénes son los candidatos
Iván Duque es abogado, formado en universidades de EEUU como Georgetown, fue senador durante cuatro años, trabajó como asesor en el Ministerio de Hacienda y en el Banco Interamericano de Derechos Humanos. Uno de sus retos principales es el de demostrar que no es una marioneta de Álvaro Uribe, su mentor. Por eso enfatiza que es "de otra generación" y promete "un tiempo nuevo". En sus mítines, plantea una "reforma a fondo" de la política nacional y garantiza más emprendimiento y menos corrupción, desde posturas neoliberales y siempre defendiendo la alianza firme con Washington. La paz con las FARC no le gusta nada, por lo que se teme que ralentice o bloquee la aplicación del acuerdo que firmó Santos (y que le valió hasta el Nobel de la Paz).
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El economista Gustavo Petro, por su parte, es la revolución de estos comicios con su partido Colombia Humana. Hace décadas que no llega tan alto un candidato claramente progresista. Exguerrillero del movimiento 19 de Abril, antiguo alcalde de la capital, Bogotá, senador y diplomático (unas amenazas de muerte le hicieron buscar trabajo en Bélgica), pasó en su juventud por los calabozos y denunció torturas. Ha elogiado públicamente a Hugo Chávez, pero también se ha desmarcado de su sucesor, el presidente venezolano Nicolás Maduro, sobre todo de cara a la segunda vuelta y ante el mensaje del centro-derecha de que el bolovarianismo podría asentarse en el país.
Atrae especialmente a los jóvenes: apuesta por cambiar las energías fósiles por limpias, por no encarcelar a los drogadictos sino darles tratamiento, por permitir la adopción para parejas homosexuales, por atender la pobreza y "acabar con el odio" instalado en el país.
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Quién apoya a quién
El centro es esencial esta vez. En la primera vuelta presidencial por los candidatos Sergio Fajardo, de la Coalición Colombia; Humberto de la Calle, del Partido Liberal, y Germán Vargas Lleras, más inclinado a la derecha. Entre estos tres candidatos sumaron más de seis millones de votos que ahora tienen que buscar otro acomodo.
El primero de ellos, que logró casi el 24% de los votos, ha sido el más claro y ha confirmado que apoyará a Duque. A él se suman el Partido Conservador, el Partido Mira (de tendencia cristiana), un sector del Partido Liberal y un sector de Cambio Radical también se unieron al candidato de derecha.
El resto se divide entre apoyar a Petro -los menos- y apostar por el voto en blanco -los más-. En la cita de mayo, los centristas trataron de desmarcarse con fiereza de los dos candidatos actuales, por ser los extremos ideológicos del país, y por eso ahora es más complicado apoyar a uno o al otro, que es apoyar programas ideológicamente complejos. Así lo explicaba De la Calle, a quien muchos de sus electores preguntaban qué hacer ahora que su rostro no está en las papeletas:
Las últimas promesas
En los últimos mítines de campaña, las promesas se han multiplicado, con guiños a los centristas, los jóvenes, los indecisos... De cara a lo que sería su próximo mandato, Duque aseguró que si es elegido presidente la mitad de su gabinete ministerial estará conformado por mujeres. "Yo quiero un gabinete donde la mitad, y si lo logramos un poco más, sean mujeres", dijo, justo en los días en los que se aprobaba el gabinete del español Pedro Sánchez, con esa misma tendencia.
Dando muestras de que no habrá discriminación, Duque añadió que su equipo de Gobierno reflejará una "transición generacional", en la que "podrá haber algunas personas un poco mayores si se quiere". Fiel a sus postulados de campaña, el uribista enfatizó que su gabinete deberá estar compuesto por gente de probada solvencia técnica y buena capacidad de ejecución y comunicación. Además, el equipo "reflejará la diversidad del territorio colombiano" para que sea "la unidad que queremos".
Por su parte, Petro, en una reunión con empresarios y sindicalistas a quienes dio a conocer su propuesta económica, se salió del carril convencional manifestó que la justicia internacional va a requerir al expresidente colombiano Álvaro Uribe tal y como sucedió con el panameño Ricardo Martinelli, extraditado esta semana de Estados Unidos a su país. Petro ha sido uno de los mayores opositores de Uribe cuando este fue presidente y no desaprovecha oportunidad para subrayar los vínculos que tiene con Duque.
"Petro es el que va a terminar defendiendo, mire la paradoja, al presidente Uribe de la extradición", dijo el exalcalde de Bogotá, quien añadió que van a ser los aliados de Uribe "quienes lo van a traicionar y lo van a entregar como al expresidente Martinelli, de Panamá, a las cortes internacionales".
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El papel de la paz
Santos, el presidente saliente, logró en su último mandato hasta el Premio Nobel de la Paz por firmar el desarme de la la Fuerza Alternativa Revolucionaria del Común (FARC), poniendo fin a más de 50 años de conflicto. Estas son las primeras elecciones sin las FARC activas en cinco décadas, pues.
Una circunstancia tan importante, forzosamente, ha acabado por colarse en campaña. Pese al entusiasmo internacional generalizado, en Colombia hubo una mayoría que se manifestó en contra de ratificar el pacto entre el Gobierno y la guerrilla, porque se extendió el relato de Uribe de que se habían hecho demasiadas concesiones al grupo armado. Santos tuvo que aprobarlo luego, sin el refrendo popular, y hoy está activo, pero candidatos como Duque son partidarios, si no de tumbar ese pacto, de congelarlo, de no llevarlo a la práctica o hacerlo bajo mínimos. "No se trata de destruir o hacer trizas los acuerdos", dijo el candidato Duque a El País. Pero parece claro que, si gana, tratará de revisar los términos de estos pactos.
También es importante lo que piensan de ello en el colectivo de cristianos y evangélicos del país, que inclinaron la balanza en favor del no en el referéndum sobre el acuerdo de paz.