Los repobladores de Fraguas irán a juicio la semana que viene y se enfrentan a 26 años de prisión
Del abandono a tener casas nuevas, agua potable, y hasta biblioteca.
26 años de prisión. Es a lo que se enfrenta un grupo de jóvenes que está repoblando un pueblo abandonado en Guadalajara: Fraguas. Llevan allí desde 2013 y han construido media decena de casas, un taller, han llevado el agua potable al pueblo, han reforestado los alrededores y han nombrado las casas como se llamaban antes de que el pueblo se abandonase. Algunos de los antiguos habitantes los visitan maravillados con que unos chavales quieran volver a dar vida al lugar en el que nacieron. Seis de los repobladores se enfrentan a un proceso judicial por una denuncia de la Junta de Castilla-La Mancha, ya que la zona donde se encuentra el pueblo se ha declarado "de monte público", por lo tanto no sería urbanizable. Su caso ha saltado a la prensa internacional. Este jueves han recibido la notificación para ir el próximo 25 de mayo a juicio.
Se pide a cada uno dos años de cárcel por delitos contra la ordenación del territorio, dos años y cuatro meses por el delito de daños y 600 euros a cada uno por la pena de usurpación de monte público. A todo ello se suma 26.779 euros para sufragar la demolición. El fin de semana pasado, cientos de personas —entre ellas, unas 200 de otros países que forman el colectivo internacional Ritmos de Resistencia— marcharon por las calles de Guadalajara pidiendo que la Junta "dé luz verde a la reconstrucción de las ruinas del pueblo y reconozca el municipio, recuperándose como zona urbana dentro del Parque Natural de la Sierra Norte", cuenta Jaime Merino, uno de los repobladores. Recuerda que ya hay otros municipios que cohexisten dentro del parque natural, "como Muriel o Santotis" y que Fraguas existía desde el siglo XIV: "En un lapso de tiempo de 7 siglos,los 40 años que ha estado deshabitado Fraguas no es nada de tiempo".
Respeto por la naturaleza ante todo
En 2013, los jóvenes que llegaron a Fraguas se encontraron un montón de escombros en lo que había sido un pueblo, que fue vendido y después destruido por maniobras militares. Huían de la vida de la ciudad, buscando recuperar el desarrollo rural y decidieron que era el lugar oportuno para hacerlo. Así, lo que antes eran escombros ahora son andamios y paredes con los nombres que tenían las casas hace 60 años. 'Casa Cándida' es la principal. Antes, según los antiguos habitantes, vivía allí la señora Cándida. Ahora, la han vuelto a levantar y cuenta con biblioteca, cocina, calefacción central, salón, porche y guardaleña. Los antiguos habitantes suben a ver las tumbas de sus seres queridos en el cementerio y comen con los chavales que están repoblando allí.
Son activistas, universitarios, trabajadores sociales, sociólogos, profesores, arquitectos... Todos trabajando por un bien común: construir con sus propias manos un lugar donde poder vivir tranquilos en el mundo rural. Para ello no han dañado el medio ambiente, ya que han construido sobre las ruinas de las antiguas casas respetando la arquitectura original y se han encargado de deshacerse de los escombros que había en su lugar. "Reciclamos, todo es ecológico, tenemos una inquietud muy elevada con el medio ambiente y su preservación. También hemos rehabilitado la infraestructura de agua", cuenta Merino.
Reforestaciones, huertas, paneles solares...
"Hemos hablado con miembros de la administración, pero no retiran la denuncia". Durante el último año se han esforzado mucho en el pueblo: han organizado reforestaciones, encuentros con grupos de scouts, tienen gallinas y una huerta, funcionan con paneles solares y están a punto de instalar una turbina de agua y así tener un sistema hidráulico de electricidad.
Para todo ello, señalan que ha sido muy importante el apoyo social: "A Fraguas ha venido gente con todo tipo de inquietudes y de todas las edades. Nos ha apoyado también Ecologistas en Acción de Guadalajara, que van a declarar a favor de nosotros en el juicio".
¿Qué dicen los políticos?
Merino señala que su objetivo no es señalar a los políticos, pero explica que se han sentido "un poco utilizados" por Podemos, ya que dos de sus miembros fueron a visitarlos y a conocer el proyecto y prometieron hacer lo posible por empadronarlos o negociar para quitar la denuncia. "De momento nos han ofrecido irnos a otro pueblo, pero ya tenemos muchas cosas construidas aquí y queremos quedarnos", explica.
El secretario de Sociedad Civil y Movimiento Popular de Castilla La Mancha Pedro Vozmediano Carreras fue uno de los que fue a visitar el pueblo. "Apoyamos completamente el proyecto", explica, "fuimos a verlo a raíz de las noticias y nos interesó bastante. Me parece maravilloso porque denuncian la despoblación rural". Para él, el problema es que al ser monte público, la ley "dice que no se puede construir", aunque eso sí, las penas que les piden le parecen "desproporcionadas".
"Hemos tenido varias negociaciones con el gobierno y no entiendo por qué no se les puede dejar allí, quizá debería haber una reforma legislativa", opina. Entiende que, aunque se les haya ofrecido otro pueblo, "los chavales no quieran ir porque ya tiene mucho construido".
"El problema es el enclave"
Por su parte, el delegado de la Junta de Castilla-La Mancha en Guadalajara insiste en que están a favor de este tipo de proyectos repobladores pero "el problema de Fraguas no es un núcleo urbano y la ley no permite construir allí. Lleva despoblado desde los años 60".
Pese a eso, cree que el hecho de que haya personas que acudan al medio rural es bueno y lo apoya en una provincia "con este grado de despoblación rural". "El problema está en el enclave, en la localización ¿por qué no se asientan en estos núcleos? Añade, además, que se trata de zonas de alto riesgo de incendios y que el pueblo no tiene infraestructura para solucionarlo.
Rojo admite que no ha ido a Fraguas a conocer lo que está haciendo el colectivo. "Conozco la zona de Monasterio, que es donde está el paraje de Fraguas, pero no he ido allí". Al ser preguntado por las penas de cárcel que les piden, el delegado asegura que no desea cárcel "para nadie", pero que eso está en manos del poder judicial y no en las suyas. También señala que la relación con los descendientes del pueblo parece estar "sobrevalorada": "Deben quedar dos o tres personas. También hablan de un cementerio municipal que hay allí pero no creo que se le rinda culto a nadie". Concluye insistiendo en que hay que tener un "respeto del medio rural y del medio ambiente".