Pugna entre Puigdemont y PDeCAT para decidir los nombres del Govern
Sigue el baile de nombres para una presidencia a la que Puigdemont insiste en dar un carácter interino.
Después de meses de bloqueo y de intentos de investidura fallidos, los partidos independentistas ultiman ya la formación de un Govern que permita levantar la aplicación del artículo 155 y recuperar -ni que sea en parte- la normalidad institucional en Cataluña. El expresidente Carles Puigdemont, sin embargo, tratará de inferirle un carácter provisional al nuevo Govern que mantenga viva la esperanza de volver a investirle en el futuro y que reconozca y obedezca al "Govern en el exilio".
Nadie confía en la reforma de la ley de presidencia aprobada este viernes en el Parlament y que permitiría investir a Puigdemont, ya que será suspendida por el Tribunal Constitucional y ni la mesa ni el presidente del Parlament tienen intención de desobedecer al Alto Tribunal.
Puigdemont reunirá este fin de semana en Berlín a todos los diputados de JxCAT con intención de anunciar a la persona que le sustituirá y los nombres que entrarán al Govern. Elsa Artadi era la candidata mejor posicionada hasta este viernes, pero durante la jornada algunos medios han informado de que se estaría planteando renunciar a la oferta ante el control que Puigdemont pretende hacer desde Alemania.
Según ha avanzado Economía Digital, la apuesta de Puigdemont para sustituir a Artadi sería Antoni Morral, una persona con ningún vínculo con el PDeCAT y muy poco bregado en las altas esferas del poder. Morral, 18 en la lista de JxCAT, accedió al Parlament tras la renuncia del exconseller de Interior, Joaquim Forn. Exalcalde de Cerdanyola del Vallès, había militado en ICV y en su cuenta de Twitter se define como una persona "de izquierdas y de Junts per Catalunya". En las antípodas del carácter liberal que tenía Artadi. Si la opción Artadi ya no gustaba en el PDeCAT, la noticia de este viernes ha hecho saltar las alarmas en la antigua Convergència.
Fuentes del partido consultadas este viernes reconocen que Morral ha sido sondeado durante las últimas semanas por Artadi y Puigdemont, pero añaden que hay tiempo y todavía puede haber cambios. "Puigdemont no apareció en ninguna de las quinielas para suceder a Mas", recordaba esta fuente del PDeCAT. "El fin de semana será largo".
La pugna para decidir los nombres que estarán en el Govern no recae tanto entre JxCAT y ERC sino entre el PDeCAT y el equipo de Puigdemont. En la antigua Convergència ya hace meses que observan como Puigdemont va por libre y cada vez confían menos en el expresident, que trata de colocar a nombres afines en las consellerías en detrimento a cargos del PDeCAT cercanos a la Coordinadora General, Marta Pascal, y al Coordinador Organizativo, David Bonvehí.
La opción de Morral abre un nuevo frente con el partido, ya que implicaría que Artadi pasase a ser consellera de Presidencia y portavoz del Govern, un cargo que el PDeCAT había reservado a Mercè Conesa para poder controlar lo que sucede dentro del Govern.
El principal temor en el PDeCAT es que se conceda la presidencia a una persona ajena al partido que, una vez esté en el poder, actúe por libre sin rendir cuentas a la dirección. Las fuentes consultadas este viernes recuerdan que cuando Mas eligió a Puigdemont, también parecía alguien con poca experiencia al que podría controlar, algo que después se demostró imposible. "Puigdemont ha ido por libre a pesar de ser del partido y de reunirse con Mas periódicamente en Barcelona", señalaban. "Imagínate una persona que ni siquiera es del partido y estando Puigdemont en Alemania".
El "monstruo" de JxCAT
A pesar de los buenos resultados de JxCAT en las elecciones autonómicas de diciembre, en el PDeCAT cunde la sensación de que están perdiendo el control de sus cargos. Algunos incluso definen a JxCAT como un "monstruo" que crearon ellos mismos y que amenaza con dejar sin sentido al PDeCAT, tan solo dos años después de su refundación.
Los movimientos internos en el partido para abrazar esta nueva corriente ya han empezado, y numerosos cargos locales apuestan por presentarse a las próximas elecciones municipales y europeas bajo la marca de JxCAT y no la de su partido.
90 cargos del partido se reunieron en una cena en Rubí el jueves por la noche para empezar a bastir una alternativa que tome el control del partido de cara al próximo congreso, que se celebrará este julio. La apuesta de este sector es abrazar la marca JxCAT y alinear al PDeCAT con las tesis de Puigdemont, alejada del carácter moderado que pretende imponer la actual dirección. A su vez, quieren que las bases ganen protagonismo a la hora de tomar decisiones.
En este grupo hay desde diputados en el Congreso, como Miriam Nogueras, hasta la presidenta de la federación de Barcelona, Mercè Homs. También se encuentran algunos cargos a los que Puigdemont quiere aupar al Govern, como Miquel Buch, expresidente de la Asociación Catalana de Municipios y al que Puigdemont quiere situar al frente de la Consellería de Interior. Buch no acudió al encuentro del jueves pero en el PDeCAT lo señalan como uno de sus impulsores, junto a sectores afines a Josep Rull y Jordi Turull. Buch, además, ha sido muy crítico con la actual dirección e incluso lo ha manifestado públicamente.
El reparto de consellerías y la vicepresidencia, acordados
ERC, mientras, observa desde la banda la pugna entre Puigdemont y el PDeCAT y en principio aceptará cualquier nombre que salga este fin de semana de Berlín, si es que finalmente hay acuerdo.
Los republicanos encaran una profunda renovación debido a los procesos judiciales de sus pesos pesados y apuestan por colocar a Pere Aragonès como próximo hombre fuerte del partido en el Govern. Aragonès, exsecretario de Economía y hombre de confianza de Oriol Junqueras, ocupará la vicepresidencia y previsiblemente el departamento de Economía.
El reparto del Ejecutivo catalán entre los partidos está pactado desde principios de marzo, y dejaría una Generalitat con 14 Consellerías que podrían quedar en 13, en función del rango que se le decida dar al departamento de Exteriores.
Según el preacuerdo al que llegaron los independentistas, ERC asumiría la cartera de Educación y mantendría la de Sanidad, dos de las que tienen una mayor dotación presupuestaria de la Generalitat. Los republicanos también retendrían la consellería de Justicia, comandada por Carles Mundó durante la última legislatura, así como la de Economía y Agricultura.
A cambio, JxCAT controlará Cultura, Gobernación y Vivienda, Interior, Territorio y Sostenibilidad, Empresa, y Bienestar. La formación de Puigdemont también retendrá Presidencia y la portavocía del nuevo Govern.
Los nombres propuestos por ERC para los departamentos en principio no generarán ningún conflicto con JxCAT: la batalla para elegir a los consellers está entre Puigdemont y la dirección de la antigua Convergència. El límite, el 22 de mayo.