El hervidero del 2-M

El hervidero del 2-M

El duelo Santamaría-Cospedal, el entierro de Cifuentes, el 'it boy' Pablo Casado y los pitidos de la calle

Santamaría y CospedalEFE

"Estamos en la fase de andamiaje: preservar el PP de Madrid para que no se caiga". Así resumía un alto cargo popular lo que está pasando en la malograda familia conservadora de la Villa y Corte entre copas de vino y bandejas con canapés en la Puerta del Sol.

Nadie recordaba un día así de la Comunidad. Y la recepción ofrecida por el presidente en funciones, Ángel Garrido, en la Real Casa de Correos ha materializado esa fotografía del PP madrileño. Un clima enrarecido intentado disfrazar de "normalidad".

Un 2-M en el que las imágenes han contado más que algunos corrillos. Las invitaciones habían sido enviadas bajo el nombre de la dimitida presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Pero eso es ya historia para los populares, que la empiezan a olvidar en sus conversaciones. A rey muerto...

Nadie cita a Cifuentes... solo Ussía

Hasta el propio Garrido no la ha citado es su discurso. Solo se ha acordado de ella con un micrófono delante Alfonso Ussía, uno de los galardonados por la Comunidad. El nuevo presidente -por ahora en funciones- explicaba luego en una conversación informal con periodistas que no había pronunciado el nombre de su sucesora porque hoy tocaba "un discurso institucional de presente y futuro" y que ya había mostrado en muchas ocasiones su cariño a su mentora y amiga.

Lo cierto es que delante de las cámaras Garrido ha evitado meterse en el charco-cloaca que vive la Comunidad: "Los vaivenes políticos y los cambios coyunturales no deben hacernos olvidar la consistencia de fondo de la sociedad madrileña".

El nuevo presidente asevera que está bien pero "jorobado" por todo lo que le ha sucedido a Cifuentes. Sigue repitiendo su máxima de que no tiene ansiedad por ningún puesto y que el candidato lo decidirá el presidente del partido, Mariano Rajoy, y la Dirección Nacional.

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La foto de Santamaría y Cospedal: ni una palabra

Y por allí andaban algunos de los que más poder tienen para susurrar al presidente al oído. Las dos grandes invitadas. la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, y la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.

Santamaría ya había anunciado hace unos días que iría a la Puerta del Sol este miércoles... y Cospedal decidía hacer lo mismo ayer por la tarde. Las dos en primera fila, separadas por una silla vacía que luego ocuparía Garrido. Ni una palabra, casi dándose la espalda, conversando con Paloma Adrados y Concepción Dancausa, respectivamente, mientras empezaba el acto.

Sin disimulos, cada una ha evitado a la otra, ni miradas de reojo, incluso prefiriendo pasar esos largos minutos mirando los móviles. Los fotógrafos, mientras, flash tras flash.

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Y es que ahí se evidencia el estado del PP: dividido, guerra de bandos, mirando al futuro. Cospedal apoyó hasta el final a Cifuentes, Santamaría calló. Ahora se juega el partido del PP de Madrid, una maquina esencial para ganar elecciones.

La Real Casa de Correos acogía una fiesta de varias horas (más bien un funeral del PP) con varios actos: entrega de medallas, desfile militar en la puerta y un cóctel posterior entre cervezas, tortillitas de camarones y barquillos con crema.

La primera parte ha estado dominada por la tensión entre Santamaría y Cospedal. Con imágenes muy comentadas como cuando la vicepresidenta se ha puesto sus gafas de sol. Fuentes de Moncloa consultadas dicen que se debía a "fotofobia por causa de una conjuntivitis". Se disipaba el rumor de que había hecho un Anne Wintour.

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El desfile, en cambio, ha sido una continua pitada de la calle. Cientos de feministas han salido a protestar en la Puerta del Sol contra la sentencia de 'La Manada' al grito de "disculpen las molestias, nos están asesinando", "no es abuso, es violación y "tranquila hermana, aquí está tu hermana". También se ha subido la megafonía cuando ha sonado el himno de España ante los pitidos de algunos de los concentrados.

Y luego llegaba lo que más le gusta a la Villa y Corte: los corrillos en el cóctel. Cospedal y Santamaría han decidido que no tenían ganas de rumores y no se han quedado al broche final. Pero han entrado más actores a jugar y las quinielas han subido la temperatura.

Quiniela viene, quiniela va

En los "próximos días" Rajoy dará a conocer quién es el candidato a la investidura. Muchos cargos populares, como Pablo Casado, apuntan al lunes como posible fecha para conocer el resultado.

Los nombres que suenan: Ángel Garrido, Enrique Ossorio, Carlos Izquierdo, Juan Antonio Gómez-Angulo, Rosalía Gonzalo y Pedro Rollán. Todo dependerá de Rajoy. Los populares madrileños siguen insistiendo en que Garrido es el sucesor "natural" para aguantar estos meses.

Movimientos en primera fila, pero también en segunda y tercera. El PP de Madrid da mucho trabajo a mucha gente y estos días hay un baile de cambios de asesores. Todos se reposicionan. Por el momento, le toca mover ficha a la presidenta del Parlamento, Paloma Adrados, que empezará a contactar mañana con los portavoces parlamentarios. La ronda de consultas será los días 7 y 8 de mayo, ha desvelado, por lo que el nombre del candidato se sabrá como muy tarde el martes que viene.

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Y luego llegará el momento del partido una vez ha dimitida también Cifuentes de la Presidencia del PP de Madrid. Génova todavía no ha anunciado qué piensa hacer, pero fuentes populares han dicho en la Puerta del Sol que lo más probable es que sea una gestora.

Esto ya sucedió tras la dimisión de Esperanza Aguirre, además serviría para tener unas figuras de referencia en los próximos meses. Como decía un cargo del PP: "Es que luego vienen los actos de San Isidro y las 'vírgenes' -en referencia a festividades de verano como la Virgen de la Paloma-. ¿Y quién va? ¿Pepelu? -en referencia al casi desconocido portavoz del PP de Madrid, José Luis Martínez Almeida".

Además, en el PP también crece la opinión de que deben jugar un papel relevante en la nueva etapa Pablo Casado y Juan Carlos Vera. Según fuentes del PP, son capaces de poner paz entre los diferentes bandos, pueden hacer "de pegamento". Y es que el Partido Popular de Madrid no es una cuestión solo de "cifuentistas y aguirristas", hay más grupos como el de José María Aznar y Ana Botella.

La dirección nacional del PP desembarca en Madrid

Lo de los candidatos ya es otro asunto. Fuentes del PP creen que Rajoy no anunciará pronto a los aspirantes al ayuntamiento de Madrid y a la Comunidad, la sensación es que el presidente también los designará en función del perfil de los candidatos de otros partidos.

Aunque dicen que no hay que caer en la dictadura de las encuestas, varios de los populares reunidos en la Puerta del Sol han reconocido que las publicadas estos días son "muy malas" para ellos y que tampoco se pueden obviar. Por eso, como comentaba un alto cargo, también hay que cuidar los puestos de futuros concejales y evitar que figuras se "vayan con Ciudadanos".

En la recepción todos querían hablar con Pablo Casado

En la mente de todos está Pablo Casado. El vicesecretario de Comunicación del PP era el más buscado, saludado por todos los miembros del PP de Madrid. La dirección nacional del PP, según fuentes de Génova, se va a volcar totalmente en el Partido Popular de Madrid para resolver la cuestión. María Dolores de Cospedal y Fernando Martínez-Maillo están encima constantemente estos días.

Casado recibía abrazos y besos durante todo el tiempo. Ha sido el enviado por Génova para hacer declaraciones ante los periodistas, acompañado por Javier Maroto. Estaba en segunda fila durante el acto, pero parecía que acariciaba ya la primera. Sigue negando que vaya a ser candidato, ni que el presidente le haya dicho algo.

Santamaría también aparece en las quinielas para algún puesto. Para algunos supone su oportunidad para ser número uno en unos comicios, para otros supone su salida del Consejo de Ministros. En el PSOE es el nombre que más preocupan, los socialistas reconocían en los corrillos: "Es la que más daño nos puede hacer".

"Soraya es la que nos hace más daño"

Los socialistas han dado máxima importancia a este 2-M, al que ha acudido hasta el líder nacional, Pedro Sánchez. Defiende que tiene al mejor candidato, Ángel Gabilondo. Por cierto, cosas del protocolo, a Sánchez le ha tocado sentarse junto a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, a quien entre risas le plantearon en diciembre del año pasado que fuera cabeza de lista en 2019 con el puño y la rosa.

Al lado de ellos, los portavoces de los cuatro grupos en la Asamblea: Enrique Ossorio (PP), Ángel Gabilondo (PSOE), Lorena Ruiz Huerta (Podemos) e Ignacio Aguado (Ciudadanos).

Los naranjas están en plena ola demoscópica. Por cierto, las acreditaciones de los periodistas en la recepción eran de este color (¿una premonición?). Aguado ha reconocido que era un día atípico. Por allí andaban enviados por Albert Rivera también los diputados Patricia Reyes, Miguel Gutiérrez y Francisco de la Torre.

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También ejercía casi como candidato in pectore Íñigo Errejón, al que las encuestas no han recibido muy bien estos días. Otra imagen que demuestra la división es que daban entrevistas en paralelo Ruiz Huerta y Errejón.

Desde la Puerta del Sol, el nuevo equipo presidencial intentaba todo el rato decir que se había conseguido "normalidad" al haber acudido todos los grupos parlamentarios y contar con la presencia de miembros del Gobierno y del partido.

La Puerta del Sol como resumen de Madrid. Esa comunidad en la que se mezclan lo nacional con lo regional. Esa especie de distrito federal de silencios que gritan, al que le gustan las quinielas y que devora a sus políticos. Ninguno de los cuatro expresidentes (Alberto Ruiz-Gallardón, Esperanza Aguirre, Ignacio González y Cristina Cifuentes) ha acudido. Esa tierra devoradora de políticos, o de políticos devoradores que se devoran entre ellos.

A Cifuentes ya ni la mencionan.