La contaminación atmosférica mata a millones de personas al año en todo el mundo
"A la polución le dan igual las fronteras políticas".
El año pasado, con la llegada del invierno a Nueva Delhi, también se asentó una espesa niebla de contaminación que obligó a los expertos en sanidad a declarar la situación de emergencia sanitaria. Los hospitales locales no daban abasto para atender a la multitud de personas que acudían aquejadas de diversos problemas respiratorios. Los jugadores de la selección india de cricket, el principal deporte nacional, tuvieron que jugar un partido contra Sri Lanka usando máscaras anticontaminación. La preocupación por la calidad del aire de Nueva Delhi es tan alta que ha llevado a la compañía aérea estadounidense United Airlines a cancelar sus vuelos a la capital.
La contaminación atmosférica no consta entre las principales causas de muerte en los certificados de defunción, pero las enfermedades relacionadas, como el cáncer de pulmón o el enfisema, sí que son frecuentemente mortales. La polución causó 6,1 millones de muertes y supuso casi el 12% de los fallecimientos en todo el mundo en 2016, el último año del que hay datos disponibles, según el Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME, por sus siglas en inglés) de la Universidad de Washington.
"La contaminación atmosférica es uno de los mayores asesinos de nuestra era", escribió Philip Landrigan, investigador de la Facultad de Medicina de Icahn en el Monte Sinaí (Nueva York), en un artículo publicado en la revista especializada The Lancet.
Anil Madhav Dave, antiguo ministro indio de Medio Ambiente, acaparó los titulares de los periódicos nacionales por negar que hubiera pruebas de que la contaminación atmosférica tuviera verdaderas repercusiones en el número de muertes en India. Admitió que la baja calidad del aire "podría ser uno de los factores desencadenantes de afecciones y enfermedades respiratorias relacionadas", pero echó la culpa a otros problemas: la mala dieta, los riesgos laborales, la situación socioeconómica y la genética de cada uno.
Anil Madhav Dave falleció en mayo de 2017 de paro cardíaco. Harsh Vardhan, quien le sucedió en el cargo, también declaró que "atribuir muertes a una causa como la contaminación puede ser algo excesivo".
Sin embargo, existen numerosos estudios que la relacionan con la morbilidad (la cantidad de gente que enferma en un momento y un lugar determinado).
"Hay una ingente cantidad de datos sobre los efectos nocivos de la contaminación del aire, tanto en el exterior como en espacios cerrado, efectos nocivos entre los que se encuentran la aparición de enfermedades graves y crónicas, el empeoramiento de enfermedades previas o incluso la muerte", asevera el doctor Barry Levy, catedrático adjunto de Salud Pública en la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts (Estados Unidos).
De los 6,1 millones de personas fallecidas en 2016 debido a la baja calidad el aire, 4,1 millones pueden atribuirse a la polución exterior, según el Instituto para la Medición y Evaluación de la Salud (IHME). Esta procede de fuentes muy diversas, como los vehículos de combustible fósil, las centrales eléctricas de carbón o las plantas de acero. La contaminación del aire del hogar o de cualquier espacio cerrado es un problema incluso más alarmante en los países de bajos ingresos, ya que es más frecuente allí el uso de hogueras para cocinar y calentarse. Se le pueden achacar unos 2,6 millones de muertes anuales.
En India, la cifra total de fallecimientos por la baja calidad del aire se ha reducido desde 1990, pese al incremento reciente en el número de muertes por la contaminación del aire exterior. Pero esta reducción global solo se ha producido en gran medida por el descenso de muertes causadas por la de espacios cerrados. Los científicos aún no comprenden del todo cómo interactúan la contaminación atmosférica y la del aire en espacios cerrados. En ambos casos existe cierto solapamiento, motivo por el que la suma de los dos arroja un resultado mayor que el número total de muertes por la contaminación del aire.
Es innegable que la contaminación atmosférica es un problema mundial de salud pública, pero no afecta por igual a todos los países.
En India, la polución causó hasta 1,6 millones de muertes en 2016, según el IHME. Ese mismo año, la contaminación del aire, tanto exterior como en espacios cerrados, causó casi 123 de cada 100.000 muertes en el país, una de las mayores tasas en todo el mundo.
"En lo referente al número total de muertes debidas a la contaminación del aire, India ocupa el primer lugar", aseguró Philip Landrigan en declaraciones al HuffPost.
Afganistán y otros países de África tienen una mayor tasa de muerte por esto que India, probablemente debido a los ambientes extremadamente polvorientos de esas zonas en combinación con otras fuentes de contaminación, como las emisiones de los vehículos y la quema de rastrojos.
"Con la globalización, las explotaciones mineras y las fábricas se han trasladado a los países más pobres, donde las leyes ambientales y su aplicación son poco severas", explica a la agencia Reuters Karti Sandilya, uno de los autores de la Comisión Lancet sobre Contaminación y Salud.
"La gente de los países más pobres, como los trabajadores de la construcción de Nueva Delhi, están más expuestos a la contaminación atmosférica y lo tienen más difícil para protegerse, ya que van andando, en bicicleta o en autobús a lugares de trabajo que probablemente también están contaminados", añade.
Delhi has become a gas chamber. Every year this happens during this part of year. We have to find a soln to crop burning in adjoining states
— Arvind Kejriwal (@ArvindKejriwal) November 7, 2017
La topografía del norte de India agrava aún más el problema, señaló el medio de comunicación Vox el pasado mes de noviembre. Esa región forma una cuenca en la que queda atrapada la contaminación producida por la quema de rastrojos fuera de la ciudad y donde se mezcla con la industrial producida en la propia ciudad. Además, esa combinación es más intensa durante los meses más fríos del año.
De hecho, el problema está llegando a un punto en el que muchas personas están emigrando. El caso de la estrella televisiva nacional Mayur Sharma es el ejemplo más notable: dejó su puesto de trabajo y se mudó con su familia fuera de la capital para escapar de la contaminación.
"El derecho a respirar es el derecho más básico, más que el derecho a comer y beber, y ese derecho está seriamente comprometido ahora mismo", declaró Mayur Sharma al medio NPR.
La economía india ha crecido mucho, pero el país está teniendo serias dificultades para que ese crecimiento sea sostenible. La cifra de muertes prematuras causadas por la contaminación atmosférica se ha estabilizado en China, que rivaliza con India en problemas demográficos y de mala calidad del aire. Esa estabilidad se ha conseguido, en parte, porque China aprobó multas y cargos penales para combatir la polución. El gobierno indio, sin embargo, parece más centrado en potenciar el crecimiento económico que en proteger la calidad del aire y del medio ambiente.
Como la contaminación atmosférica y los problemas de salud relacionados se desplazan, ningún país puede resolverlo por su cuenta.
La contaminación producida en China se vinculó a unas 3.100 muertes prematuras en Estados Unidos y en Europa Occidental en 2007, según un artículo publicado el año pasado en la revista académica Nature. Del mismo modo, se estima que casi 110.000 muertes prematuras en China fueron provocadas por la producida en Estados Unidos y Europa Occidental.
"La contaminación atmosférica puede recorrer largas distancias y provocar problemas de salud en las regiones a las que va a parar", explicó Qiang Zhang, coautor del artículo e investigador de la Universidad Tsinghua de Pekín, a la revista Popular Science.
Los expertos en salud pública aseguran que el cambio climático probablemente agravará este problema mundial. Anticipan que desencadenará un cúmulo de problemas sanitarios más allá de un incremento en el número de muertes por frío o por calor: mayor riesgo de padecer enfermedades y problemas mentales debido a las condiciones ambientales extremas y a las migraciones inducidas por motivos climáticos.
El cambio climático también influye directamente en los niveles de contaminación (por ejemplo, a mayor temperatura, mayor riesgo de incendio). También puede provocar un aumento del ozono troposférico (a nivel del suelo), un ingrediente fundamental de la polución en las ciudades que también puede causar problemas de salud, como dolor de pecho, irritación de garganta e inflamación pulmonar, según la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos.
"Se piensa que el aumento de las temperaturas aumentará también la tasa de formación de ozono", comenta Barry Levy.
Por eso es aún más importante que los organismos locales, nacionales e internacionales colaboren para hacer frente a la polución.
Tal y como lo ilustra Kirk Smith, profesor del departamento de Salud Pública de la Universidad de California, "a la contaminación atmosférica le dan igual las fronteras políticas".
Este post fue publicado en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.