Los detalles de la ruptura de Chenoa y Bisbal, contados en el libro de la cantante
En 'Defectos perfectos', que acaba de salir a la venta, Chenoa rememora cómo vivió aquellos días previos a su aparición en chándal.
Han pasado 12 años de la ruptura de Chenoa y David Bisbal pero sigue trayendo cola. Los cantantes, que se conocieron en la primera edición de Operación Triunfo, mantuvieron una relación de tres años de la que ha quedado mucha nostalgia fan, una cobra en el concierto de reencuentro y, ahora, nuevas revelaciones en forma de libro.
La cantante acaba de publicar su autobiografía, titulada Defectos perfectos, y en ella no ha omitido aquellos dolorosos días. Algunos fans que ya le han hincado el diente están compartiendo fragmentos del relato de Chenoa sobre la ruptura.
En el texto, la cantante asegura que pese a los rumores de infidelidad ella no vio "la cruda realidad": "Aquello se estaba consumiendo y yo estaba en Babia". Recuerda que un día se encontró al cantante con la maleta hecha porque necesitaba pensar y un tiempo, a lo que ella no objetó nada. De hecho, apunta que ya les había ocurrido en otra ocasión y Bisbal volvió "arrepentido y con las cosas claras".
Lo siguiente que menciona es la rueda de prensa del almeriense desde Caracas en la que afirmó que estaba soltero. "Esas dos palabras se me clavaron en el pecho como dos balas. No podía respirar", reconoce Chenoa. Intentó llamarlo "y una voz contestó que aquel número no correspondía a ningún usuario".
Unos párrafos después, la cantante describe lo que sintió en aquellos momentos: "Alguien me había llevado al lugar más alto en el que había estado jamás [...] Y desde allí me había empujado al abismo".
Lo siguiente a lo que tuvo que enfrentarse fue al enjambre de cámaras y micrófonos apostado en su portal —sí, aquellas declaraciones en chándal que ha quedado para la posteridad—. "Que nadie me pregunte por qué, se me ocurrió bajar de aquella guisa", escribe Chenoa en el libro.
Una amiga y su madre fueron sus principales apoyos en los primeros momentos, en los que tuvo que recoger las pertenencias del cantante para enviárselas.
Chenoa finaliza el pasaje con una reflexión después de haberse culpado por la ruptura: "Uno es responsable solo de aquello sobre lo que tiene control, y nadie tiene poder sobre los sentimientos de los otros".