Once muertos en protestas y saqueos en Venezuela
Ocho de los fallecidos perdieron la vida electrocutados al tocar un cable de alta tensión.
Once personas han muerto en los fuertes disturbios que han ocurrido en la noche del jueves al viernes en Caracas (Venezuela), con lo que son 20 los fallecidos en tres semanas de violentas protestas contra el presidente Nicolás Maduro.
La Fiscalía ha confirmado en un comunicado "la muerte de 11 personas" con edades entre los 17 y 45 años, en los tiroteos, saqueos y enfrentamientos entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, en El Valle, un populoso sector de barriadas humildes del suroeste de Caracas. También ha anunciado la apertura de una investigación.
Habitantes de El Valle han descrito como una batalla campal que duró hasta la madrugada, los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y manifestantes, los tiroteos y los saqueos de decenas de negocios, que duraron hasta altas horas de la madrugada.
"Parecía una guerra. La guardia y la policía lanzaban gases, civiles armados disparaban contra los edificios. Mi familia y yo nos tiramos al piso. Fue horrible", ha narrado a AFP un constructor de 33 años, quien vive en una zona céntrica de El Valle.
OCHO ELECTROCUTADOS
Ocho de los fallecidos perdieron la vida electrocutados al entrar en contacto con un cable de alta tensión en una panadería. Además, dos personas fallecieron por heridas de bala, incluido un comerciante de 29 años que perdió la vida al tratar de defender su negocio, informa el periódico El Nacional.
En total, al menos 17 establecimientos fueron saqueados durante la noche en El Valle, según medios locales. La zona está tomada por efectivos del Cuerpo de Investigaciones Científicas, Penales y Criminalísticas (Cicpc), la Guardia y la Policía Nacional.
En un hospital materno infantil, cerca de medio centenar de niños debió ser evacuado en medio del caos, bajo nubes de humo de las barricadas y los gases lacrimógenos.
Camiones antimotines dispersaron con gases pequeñas protestas de personas que colocaron barricadas de desechos en muchas esquinas. Uno de esos vehículos fue parcialmente incendiado con cócteles molotov lanzados en medio de la oscuridad, según videos de habitantes de la zona.
GOBIERNO Y OPOSICIÓN SE ACUSAN MUTUAMENTE
El gobierno y la oposición se responsabilizan mutuamente del desbordamiento de la violencia, que ha dejado además cientos de detenidos y heridos. Según el gobierno, bandas armadas "contratadas por la oposición" son las responsables del ataque al hospital materno infantil, pero sus adversarios sostienen que el desalojo se debió a los gases lanzados por la policía militarizada para controlar los disturbios.
"Responsabilizo de la violencia a la cúpula madurista, con sus esbirros, con sus grupos paramilitares. Ellos ordenaron una represión salvaje contra nuestro pueblo", ha expresado el líder opositor Henrique Capriles.
Por su parte, el ministro de Comunicación, Ernesto Villegas, ha acusado a "vándalos de la oposición". "Esos delincuentes quieren vender que Venezuela es un caos", ha asegurado Freddy Bernal, dirigente del gobernante partido socialista.
Los enfrentamientos y desórdenes han ocurrido en el marco de masivas protestas opositoras que exigen en Caracas y otras ciudades del país, elecciones generales.
PREOCUPACIÓN INTERNACIONAL
La alta tensión en Venezuela ha despertado inquietud internacional. Once naciones latinoamericanas, la Unión Europea y la Organización de las Naciones Unidas han pedido al gobierno venezolano garantizar las protestas pacíficas.
Estados Unidos y el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, quien tilda a Maduro de "dictador", han lanzado duras advertencias al gobierno chavista, al que acusan de "represor".
"La violencia en Venezuela es alentada por Almagro y los gobiernos alineados con planes intervencionistas del Departamento de Estado de Estados Unidos", dijo por su parte la canciller Delcy Rodríguez, al referirse a lo ocurrido en la noche y la madrugada.
EL ORIGEN DE LAS TENSIONES
Las protestas comenzaron después de que el máximo tribunal se adjudicara las funciones del Parlamento, único poder público controlado por la oposición. La presión internacional llevó a la anulación parcial de los fallos.
Maduro, cuyo mandato termina en 2019, asegura que la "derecha extremista venezolana" busca darle un golpe de Estado con el apoyo de Estados Unidos. Pero la oposición insiste en que quiere sacarlo del poder por la vía electoral.
Las elecciones de gobernadores debieron realizarse en 2016, pero fueron suspendidas y aún no tienen fecha, las de alcaldes están pautadas para este año y las presidenciales para diciembre de 2018.
Aunque Maduro dice estar ansioso por medirse en elecciones con la oposición, ha descartado un adelanto de las presidenciales y le pide a sus adversarios dialogar y abandonar "la agenda golpista".
Según las encuestas, siete de cada diez venezolanos reprueban al gobierno, asfixiados por una severa escasez de alimentos y medicinas, y una inflación que el FMI estima en 720,5% este año, la más alta del mundo.
Manteniendo la presión, la oposición convocó para el sábado a una "marcha del silencio" hacia las sedes de la Conferencia Episcopal y para el lunes a un 'trancón nacional', un bloqueo de vías.