Danny Boyle, director de 'Trainspotting': "Todo era mejor cuando éramos jóvenes"
Trainspotting fue un hito de los 90. Los jóvenes de la época repitieron sin cesar ese discurso que Renton (Ewan McGregor) se marca al principio de la película. Ese "Elige la vida", acompañado de los acordes de Lust for Life, de Iggy Pop, fue el himno de una generación que no encontraba su sitio. Dos décadas después Renton, Sick Boy, Begbie y Spud vuelven a reencontrarse en la segunda parte de una de las joyas del cine indie que Danny Boyle dirigió en 1996.
El estreno de T2 Trainspotting ha traído a España a Danny Boyle, que en su encuentro con El Huffington Post se revela como una persona enérgica, que gesticula mucho y que siente una pasión por todo lo que hace, como plasma en el montaje de sus películas.
"¿Puedo enseñaros una foto?", dice el director de La Playa o Slumndog Millonaire mientras saca su móvil y muestra una imagen en la que salen dos gemelas adultas. "Cuando necesitas a bebés para las películas solemos contratar a gemelos, por si alguno se pone malo. Pues bien, hace unos días contactamos en Facebook con las gemelas que interpretaron al bebé que se muere en la primera película, fue algo realmente mágico", cuenta entusiasmado Boyle antes de la charla.
Reunir al elenco 20 años después no fue un problema para el director, que asegura que los actores tienen una deuda con la película. Además, en la segunda parte de Trainspotting todo se ha hecho de forma equitativa: los cuatro protagonistas cobran lo mismo y tienen los mismos minutos en pantalla.
T2 Trainspotting transcurre precisamente 20 años después en Edimburgo, una ciudad que gana protagonismo en esta entrega y que está mucho más presente que en la primera parte. Danny Boyle asegura que esa sensación de volver a casa también tiene mucho que ver con la ciudad. "En la primera película no podíamos rodar en Edimburgo porque era más caro, ahora hemos podido porque tenemos más dinero y tenía sentido volver al lugar en el que se criaron. En la película anterior no era necesario mostrar tantos exteriores porque todo ocurría en su cabeza", cuenta Boyle.
Al igual que en la primera entrega, el papel de las mujeres es reducido pero importante porque, a juicio del propio Boyle, "siempre ganan". "Las mujeres están calladas pero tienen una gran importancia. Son ellas las que están protegiendo a sus hijos (de los protagonistas) de los personajes", afirma Boyle.
Trainspotting está basada en una novela de Irvine Welsh. La segunda parte de esta entrega se llama Porno, pero Boyle asegura que su película poco tiene que ver con la historia de Welsh. "En su momento hicimos la adaptación de Porno pero sentimos que si algún día llegaba la oportunidad de hacer una secuela tendríamos que hacer algo más íntimo. Hemos usado partes de la novela de Welsh, pero teníamos que hacer nuestra propia historia", afirma el director de 28 días después.
Algunas críticas tachan a la película de ser "una secuela nostálgica, pero menor y desordenada". En palabras de Boyle sí se denota cierta nostalgia, sobre todo por la juventud. "Todo era mejor cuando éramos jóvenes. Ahora lo único que nos queda es más dinero y sabiduría. Por la película y por los personajes no hay nostalgia pero sí por el pasado que sigue vivo y que nos sigue afectando porque es poderoso", dice Boyle. Además, considera que no hay tantas referencias a la primera entrega como asegura en The Play List o en The Hollywood Reporter.
"Tenemos una película antigua a la que poder retrotraernos y de la que podemos rescatar cosas a través de imágenes o de la música. Inevitablemente hay nostalgia, pero hay que saber controlarla. De los 110 minutos que dura la película sólo hay uno de la primera parte", dice —también con cierta nostalgia— Boyle.
Trainspotting, como casi todo, es hija de su tiempo, de esos años en la que los jóvenes luchaban por encontrar su hueco en el mundo. En esta segunda entrega, Boyle muestra a una sociedad más desencantada con el mundo en el que viven. Para el director esta parte es más aguda, dolorosa y emotiva. "Muchos nos decían que teníamos que recuperar ese 'elige la vida' de Renton. Lo que se vendía antes era otra cosa ahora se habla de Facebook, Instagram... Renton ya no puede hablar en tono de burla que da la juventud porque es un hombre herido, el tiempo le ha pasado factura y no es el hombre que quiso ser. Tiene 46 años y está jodido", explica enérgico.
Ya sabes. Elige la vida.