Juan Carlos Bermejo, el empresario informático que quiere liderar Ciudadanos
Tarde de sábado. 29 de octubre. En la televisión emerge la figura de Mariano Rajoy, que acaba de ser investido presidente del Gobierno con los votos a favor de Ciudadanos y CC y la abstención del PSOE. A Juan Carlos Bermejo no le gusta lo que ve ni escucha. Es un simple militante de Ciudadanos de Las Rozas, pero decide en ese momento que las cosas deben cambiar en su partido y que tiene ganas de dar la batalla internamente.
De aquellos pensamientos a los hechos. Bermejo ha registrado este martes su candidatura para competir en las primarias por la Presidencia de Ciudadanos contra Albert Rivera y Diego de los Santos. Y da el paso, confiesa a El Huffington Post, porque la actual dirección ha convertido a C’s en “otro partido” distinto al espíritu con el que se creó y que estaba destinado “a embeberse en la sociedad civil y recuperar a los once millones de abstencionistas que están hartos de esta oligarquía de partidos”.
“Están creando otro partido que no es el mío, tengo que defenderlo”, dice a modo de declaración de intenciones. Este vecino de Las Rozas se afilió a Ciudadanos en febrero de 2015. “Nunca”, repite en varias ocasiones, había estado en otra formación y no tenía “nada que ver” con las administraciones públicas.
"RIVERA QUIERE ENCORSETAR C'S EN EL CENTRO DERECHA"
Este ingeniero técnico en Topografía ejerce de empresario y tiene un negocio de distribución informática. Una pyme, comenta orgulloso, que se extiende por España e Italia y que da trabajo a unas setenta personas. Pero quiere cambiar las cosas también desde la política. Aquella investidura de Rajoy le chocó porque era el “símbolo” de que Rivera y los suyos “querían encorsetar al partido en un espectro de centro derecha”. “Las experiencias que hemos tenido de este tipo de proyectos en nuestro país han fracasado y, además, se está convirtiendo en un aparato más del Estado”, reflexiona.
Su tránsito hacia la política, agrega Bermejo, se debe a que se encuentra en un momento “económico, de salud e intelectual” en el que cree que puede “ayudar a rescatar el país, que está devastado por las mafias roja y azul”. “Entiendo que el espíritu de Ciudadanos es el camino adecuado”, apostilla.
Pero esa sensación se ha ido desvirtuando, en su opinión, por la labor de la actual dirección. No está solo en ese convencimiento, aunque el apoyo a Rivera se presenta mayoritario de cara a este proceso congresual -el barcelonés consiguió el respaldo de más del 70% en la elección de compromisarios para la asamblea-.
Bermejo, vallecano de nacimiento, quiere que haya lucha interna. Le obsesiona la democracia participativa. Eso sí, dice que no tiene nada que ver con la eurodiputada Carolina Punset, la hasta ahora principal crítica de Rivera. “Nunca nos hemos visto en la vida”, manifiesta. Dice que detrás de su candidatura tampoco está el grupo TranCsparencia, otro foco crítico contra la dirección. Pero revela que hace unos días se pusieron en contacto con él y que son bienvenidos todos los consejos y respaldos que le ofrezcan.
Este aspirante confiesa que su actividad desde que se afilió en el partido ha sido la de organizar en su agrupación mesas informativas, repartir folletos y globos y organizar “cafés ciudadanos”. Además, fue responsable de Política Municipal en C’s Las Rozas, con la misión de coordinar el trabajo. Dejó ese cargo en diciembre y relata que muchas personas han sido desplazadas o se han dado de baja. “Es el síntoma de lo que pasa en el partido. Se ha convertido en una estructura endogámica. La organización y la comunicación son aspectos a sustituir al cien por cien”, sostiene.
Él no conoce personalmente al gran favorito Rivera, aunque sí le ha mandado algún mensaje por teléfono. Sí conocen “perfectamente” a Bermejo, explica, otros cargos del partido como Fran Hervías -”es vecino de Las Rozas”-, Miguel Gutiérrez e Ignacio Aguado.
"RIVERA LO HIZO BIEN EN CATALUÑA, OTRA COSA ES LA VICTORIA"
No le gusta este tufo a “centro derecha”. ¿Pero cómo se define? Bermejo responde: “Eso de las ideologías de izquierda y derecha siempre me ha parecido una pantomima para manipular a las masas. Solo entiendo de una cosa, la ideología que nos lleve a que esto sea una democracia de verdad representativa y no una oligarquía de partidos. Si eso se llama izquierdas, soy de izquierdas. Si eso se llama de derechas, pues soy de derechas. Si se llama centro mediopensionista, pues soy de centro mediopensionista. Es lo que quiero que Ciudadanos consiga”.
Para este aspirante, Rivera “hizo muy bien su trabajo en Cataluña, sobre todo enfrentándose a las hordas nacionalistas y poniendo en juego casi su integridad física.”. “Eso lo hizo muy bien. Pero eso es una cosa y otra es dirigir un partido y llevarlo a la victoria. Son dos cosas distintas”, remarca con contundencia.
“Cuando me preguntan qué me parece Adolfo Suárez -que es como el icono de Rivera-, yo digo que era un franquista y que tenía buena capacidad de negociar y pudo poner de acuerdo a varias personas de diferentes espectros. Eso a nivel de Gobierno, pero devastó su partido. No supo liderarlo y, por eso, UCD desapareció. No creo que sea un buen ejemplo como pretende Rivera en 2019”, enfatiza en su argumentación.
Tampoco ve clara la política de alianzas. “Yo digo que hay tres organizaciones en España que son las más corruptas: la Convergència catalana, el PSOE andaluz y el PP de Madrid”. Las dos últimas formaciones conservan los gobiernos autonómicos gracias a C’s precisamente. Por eso, indica: “En el caso de Andalucía yo nunca hubiera permitido que el PSOE gobernara por higiene, llevan cuarenta años y tienen una estructura de familia, amigos y clientelismo que está devastando la región de una forma descomunal”.
Prosigue las críticas: “El PP de Madrid es lo mismo, pero con otro color y otra cara. En Madrid le hubiera exigido a Cristina Cifuentes la Presidencia si quería pactar para sanear esta comunidad y limpiarla. Luego, promover una ley electoral que fuera representativa y convocar comicios para que sirviera de ejemplo para el resto de España”.
Habla de ejemplo para el resto de España, un país en el que no encuentra referentes políticos. Dominado por la oligarquía de los partidos, en su opinión. No le gusta dar nombres de referentes. Y Bermejo solo pronuncia, como un “pensador político", que le interese a Antonio García Trevijano.
Las aguas se mueven, un poco, en Ciudadanos.