La nueva financiación autonómica echa a andar sin Cataluña y con piques por la "armonización fiscal"
En plena ola de frío ha llegado el primer gran día político de 2017. El resultado: el presidente del Gobierno y los líderes de las comunidades se han comprometido a cerrar un acuerdo sobre financiación autonómica este año aunque Cataluña no quiera participar y con resquemores por la falta de "armonización fiscal".
La Conferencia de Presidentes, el máximo órgano de cooperación multilateral del Estado, no se reunía desde 2012. Era la segunda vez que Mariano Rajoy ejercía de anfitrión, pero la primera con un Gobierno en minoría. Una cita anhelada durante años y que llegaba descafeinada por las ausencias del lehendakari, Iñigo Urkullu, y del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont.
El clima ha sido, según algunos de los presentes, mucho más distendido y animoso que en algunas de las bélicas reuniones que tuvo que afrontar José Luis Rodríguez Zapatero durante su mandato. Esta vez se llegaba con mucho trabajo hecho, capitaneado durante semanas por Soraya Sáenz de Santamaría, y con un Gobierno más predispuesto a acuerdos.
El asunto central era la financiación autonómica, la madre de todas la batallas. De la Conferencia sale la creación de un grupo de expertos en un mes para abordar esta cuestión, que luego tendrá que pasar por el Consejo de Política Fiscal y Financiera y por las Cortes Generales. Pero la la voluntad, según ha expresado Rajoy en rueda de prensa, es "llegar a un acuerdo este año 2017".
"PUERTA ABIERTA" PARA CATALUÑA
¿Y qué pasa con Cataluña? El Gobierno ha dejado la "puerta abierta" para que la Generalitat se incorpore cuando quiera a estos trabajos y a la negociación. Una invitación que el propio Rajoy ha dicho que es "permanente". Eso sí, ha advertido de que este modelo es competencia de las Cortes Generales y, por lo tanto, sería aplicado en todas las autonomías de régimen general -incluida Cataluña-.
Lo que ha querido dejar claro Rajoy es que esta negociación no se puede paralizar porque una de las autonomías decida no participar. "Yo creo que van a venir a las reuniones", ha vaticinado el jefe del Ejecutivo, quien cree que al final se impondrá el "sentido común" y la "cordura".
Rajoy ha comentado que se reunirá con Puigdemont "sin problema", después de que le haya pedido un encuentro por carta el jefe del Ejecutivo catalán. A lo que no está dispuesta Moncloa es a dar un trato bilateral a la Generalitat sobre esta cuestión. ¿Se aplicará entonces en Cataluña? Desde el Ejecutivo se recuerda que el PP votó en contra del actual sistema y se ejecuta en todas las autonomías. A Euskadi no le afecta, en cambio, al tener un concierto económico propio.
En el acuerdo alcanzado se incluye que se estudiarán el impacto de la dependencia y de los costes de la Sanidad en ese modelo, como habían reclamado las autonomías socialistas. El sistema se basará en los principios de "solidaridad, suficiencia, equidad, transparencia, corresponsabilidad fiscal y garantía de acceso de los ciudadanos a los servicios públicos en función del coste efectivo de los mismos".
NERVIOS POR EL 'DUMPING FISCAL'
Además, en los documentos aprobados se incluye que el grupo de trabajos "analizará cómo se ejerce la corresponsabilidad fiscal en España". Es una vaga afirmación pero tiene detrás toda una marejada política entre las autonomías.
Durante el debate se ha puesto sobre la mesa el tema de la armonización fiscal. Es decir, las diferencias existentes entre las autonomías en impuestos como los de patrimonio, sucesiones y donaciones. Sobre todo se miraba a Madrid, una autonomía que algunos llegan a calificar en privado como "paraíso fiscal", por su política agresiva en tema de impuestos para atraer inversiones y ciudadanos.
La presidenta de Andalucía, Susana Díaz, ha sido la primera en mencionar este tema -conocido como dumping fiscal- durante su intervención a puerta cerrada. Y la han secundado otros líderes socialistas como Ximo Puig y Guillermo Fernández Vara. Cristina Cifuentes (Madrid) se ha opuesto tajantemente a esta intención de fijar topes y se ha negado a subir los impuestos a los ciudadanos madrileños. La otra comunidad que también ha mostrado matices ha sido Baleares. Francina Armengol se ha agarrado al concepto de "federalismo" impositivo.
Discrepancias en esta cuestión, pero buena sintonía en general. De hecho, los miembros del Gobierno estaban bastante satisfechos con la marcha de la Conferencia. El propio Rajoy la ha calificado de "provechosa" y ha subrayado que se han comprometido a que sea anual y a revisar cada seis meses el desarrollo de los acuerdos.
¿QUÉ MÁS SE HA APROBADO?
¿Qué más pactos se han alcanzado? Una de las cuestiones que más ha defendido Rajoy ha sido que se va elaborar una estrategia sobre demografía y despoblación. Un tema de vital importancia, especialmente para las pensiones. El propio presidente les ha pedido a las autonomías un esfuerzo para llegar a un acuerdo en pensiones en la subcomisión que hay en el Congreso.
También se cierra esta Conferencia con la decisión de convocar la Comisión General de las Comunidades Autónomas del Senado para que las regiones aporten propuestas para el deseado pacto sobre Educación y la creación de un grupo de trabajo para poner en marcha la tarjeta social -servirá para saber las prestaciones de las distintas administraciones que reciben los ciudadanos-. Asimismo, se ha avanzado para coordinar un plan de ayuda a refugiados y para luchar contra la violencia de género.
Este encuentro ha servido también para que Rajoy traslade a los presidentes su visión de la situación económica. Según fuentes de Moncloa, el presidente ha asegurado que se superará la crisis en términos de PIB durante este semestre, pero ha comentado que se deben hacer todavía esfuerzos para crear empleo y para recuperar el nivel de recaudación de las administraciones -hoy se ingresan 20.0000 millones de euros menos que en 2007-.
El presidente del Gobierno también ha hecho hincapié en las consecuencias del Brexit y ha alertado sobre las fuerzas antieuropeas. En este sentido, ha recalcado en la importancia de llegar a acuerdos reales que perciba la gente, en temas como la seguridad, la inmigración y el paro juvenil.
GARCÍA-PAGE, EL MÁS HABLADOR
La reunión ha tenido dos partes. En la sesión matutina han tocado las intervenciones de los presentes. El más parlanchín ha sido Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha), que ha hablado más de veinte minutos, mientras que Fernando Clavijo (Canarias) ha sido el que menos tiempo ha empleado -alrededor de cinco-. Por la tarde y tras un almuerzo frío se ha producido el debate y la ratificación de los acuerdos.
Y, al final, ha habido fumata blanca tras unas diez horas encerrados en el antiguo convento que alberga hoy al Senado de España. Sobre las ocho y media comenzaba la fiesta con la llegada de los presidentes autonómicos (alfombra roja incluida). Después se ha unido el rey, para departir un rato en un desayuno en la espectacular biblioteca. Luego el Salón de Pasos Perdidos ha sido el escenario de la negociación.
Se apagan las luces. Las banderas vuelven a los armarios. Money, money, money.