Miguel Gutiérrez (Ciudadanos): "Rajoy es un nostálgico del bipartidismo"
Miguel Gutiérrez llegó al Congreso de los Diputados por primera vez después de las elecciones del 20-D. Fue uno de los primeros ‘naranjitos’ que pisó la moqueta de la Carrera de San Jerónimo. Al principio estaba perdido, despistado. Por eso, sus mejores palabras son para el personal de la cámara, por ayudarle hasta orientarse por los pasillos.
En cambio, lo peor que lleva es que haya diputados que, habiendo pasado dos elecciones en un año, sigan con “tics bipartidistas” y se enfadan cuando pierden una votación. Algunas señorías del PP le han confesado que es que no les gusta perder “ni a las chapas”. Él se ha convertido durante estos meses en una de las piezas fundamentales de las negociaciones como secretario general del grupo parlamentario de C’s. Está en todos los fregados.
Siente aún la tendencia de muchos en el PP y en el PSOE de intentar llegar a acuerdos entre ellos. Pero entiende que, a pesar de algunos malentendidos, el pacto entre populares y naranjas goza de “buena salud”. Y le da en la nariz que esta legislatura va a ser más larga de lo que algunos esperan.
Un ojo en el Congreso y otro en la asamblea de Ciudadanos del próximo mes de febrero para renovar la dirección. Él es uno de los apoyos más fuertes de Albert Rivera, pero anima a los críticos a presentarse y dar la batalla. Eso sí, nos da una pista. No cree que Carolina Punset lo haga… porque se casa ese mismo día.
Estrenamos año, ¿qué deseos tiene Ciudadanos para 2017?
Hay unos que tienen que ver con nuestro valores y con lo que es Ciudadanos: mayor justicia social, que haya una verdadera recuperación económica, que la gente sienta de verdad que la clase política está trabajando para ellos, que ha habido de verdad un cambio y que el viejo modelo bipartidista está roto.
Después de este año de incertidumbre, ¿cuáles son los grande retos y los hitos del año que llega?
Llevamos poco tiempo de legislatura. Va a ser el año de verdad de hacer las cosas nuevas, distintas, de la nueva política, del consenso y del acuerdo. Veremos mucha negociación. Los ciudadanos van a percibir que el modelo pluripartidista cambia de verdad las reglas del juego, con modificaciones de calado importante. Un ejemplo es el aumento de dos semanas de los permisos de paternidad, que ha empezado desde el 1 de enero. En noviembre nadie podía imaginar que esto podía hacerse y ya es un derecho consolidado para siempre.
Lo que hemos visto estas primeras semanas en el Congreso se conoce ya en el PP como los “martes de pasión y los jueves de gloria” porque pierden todas las votaciones el primer día, pero luego consiguen sacar adelante las iniciativas del Gobierno. ¿Será la tónica de esta legislatura?
No lo sé. Sé que ellos se han sentido muy molestos y ofendidos por perder votaciones porque no están acostumbrados. En privado algún dirigente del PP me decía ‘a mí no me gusta perder ni a las chapas’. A mí tampoco. Esto no se trata de ganar ni de perder, sino de entender que antes ganaban porque tenían mayoría absoluta. Ahora hay que pelear los partidos y hay rivales en la cancha. Y ese ganar significa negociar. Y los jueves, siempre lo hemos dicho, lo ideal hubiera sido un acuerdo entre los tres partidos constitucionalistas y un acuerdo de Gobierno. Nos hubiera permitido ordenar mejor las cosas que se pueden hacer a través de la negociación. Pero como no ha sido posible, entraremos en la dinámica de martes, miércoles y jueves viendo cosas distintas.
¿Cómo está de salud el pacto PP-Ciudadanos?
Bien. El pacto del PP-Ciudadanos es un pacto contra el bipartidismo. Es lo que hay que entender. Y goza de buena salud, en tanto que se están sacando cosas más allá de estos acuerdos entre los dos partidos. Al final, ¿dónde están los dos partidos tradicionales siempre? Se encuentran en la subidas de impuestos, en los mismos sitios que antes. No se encuentran en espacios nuevos como nosotros nos encontramos con unos y con otros. Esa es la clave de la cuestión.
Pero da la sensación en estos primeros meses de legislatura que Rajoy siente predilección por atraer al PSOE por delante de C’s. ¿Se han sentido menospreciados?
Ese es el tic del bipartidismo. Es normal que le salga porque, en el fondo, el señor Rajoy y muchos dirigentes del PSOE son nostálgicos de ese bipartidismo. Tenemos que entender esto como un cambio de régimen. En el año 75 cuando cambió el régimen quedó mucho nostálgico y esa gente pululó mucho tiempo pensando que antes se vivía mejor. Cuando veo ahora la nostalgia del bipartidismo recuerdo aquella. Rajoy no deja de ser un nostálgico del bipartidismo y ese tic le sale de forma natural. Su preferencia siempre es pactar con otro partido en el que entre ellos dos se lo guisen y se lo coman todo. Pero eso ya no existe y ha cambiado.
Medidas como la subida del salario mínimo y la relajación del objetivo de déficit de las autonomías, por ejemplo, han sido capitalizadas por el PSOE, que las ha vendido como grandes logros de cesión del Gobierno. ¿Temen que los socialistas puedan ser los protagonistas y queden como los que consigue arañar iniciativas frente a C’s?
No, insisto en que a nosotros nos hubiera gustado que se hubiera hecho un pacto a tres. Hubiera sido lo ideal y nos hubiera gustado que a nuestro pacto con el PP se hubiera sumado el PSOE. Nos nos parece mal, lo que nos parece mal es que se mantenga ese tic bipartidista de ese viejo régimen y de entender la política.
Podemos habla siempre de una gran coalición de facto entre PP, PSOE y C’s. ¿Existe ese pacto no público entre los tres? ¿Qué le parecen las críticas de los morados?
No existe. Repito que nos gustaría. Si hubiera existido, lo diríamos. No existe de facto, pero sí existe en este momento necesidad de que el partido de gobierno saque adelante cosas y tiene delante varias alternativas: una somos nosotros, otra somos todos juntos y otra solo con el PSOE. La aritmética juega mucho y el PP y el PSOE tienen esa ventaja de que ellos suman apoyos suficientes para sacar adelante leyes y lo usan cuando creen que deben usarlo. Siempre lo hacen en el mismo sentido, para subir impuestos, para subir la senda de déficit. Me parece positivo que haya subido en las comunidades, siempre que ese dinero se vaya a utilizar para mejorar la educación. Lo que no nos gustaría es que se empleara para aumentar la burbuja política de las administraciones y las diputaciones.
Habla de tics de la vieja política, pero entre la nueva política -ustedes y Podemos- no se ve ninguna química en el Congreso. ¿Qué le parece la actitud de los de Pablo Iglesias en esta legislatura? ¿Y por qué no se llevan tan bien como se hubiera esperado hace un año?
Tiene que ver con la forma de ejercer y entender de cómo hacer política de Podemos, que ha tomado una deriva compleja. Ellos piensan que no es la discusión parlamentaria ni el entenderse en el Parlamento, sino las posiciones de máximos y utilizando como medida de presión la calle. De ahí viene el rodeamos el congreso, protestamos en la manifestación, en vez de sentarse hacer política donde se tiene que hacer. Eso lo hace difícil, y nosotros somos un partido que lo que sabemos hacer es trabajar. Así nos lo están reconociendo los ciudadanos, pero el trabajo es parlamentario, no en una manifestación. Ahí viene parte del error de por qué no somos capaces de llegar a acuerdos con Podemos. Por otro lado, está la dificultad de llegar a acuerdo con Podemos porque es llegar a acuerdos con muchos partidos. Tiene que hacer una reflexión porque si no, va a estar siempre fuera de cualquiera acuerdo. Con Íñigo Errejón y Carolina Bescansa tengo una relación fluida, pero muchas veces cierras un acuerdo y luego te lo cambian. Te dicen ‘cuando he hablado con las mareas y con En Comú Podem piensan otra cosa’. Al final dices que no te puedes sentar con cuatro, cinco o seis partidos distintos para saber qué tenemos que hacer.
Antes mencionaba la complicada aritmética parlamentaria. Rajoy dijo en su rueda de prensa de balance del año que aspiraba a agotar la legislatura. ¿Durará cuatro años?
Si Rajoy quiere, la tendremos. Si Rajoy no quiere, no la tendremos. Va a depender de él exclusivamente, no depende de nadie más. Hemos visto que es capaz de llegar a acuerdos con nosotros, con el PSOE en otros. Va a depender de la capacidad que él tenga de gestionar los acuerdos que necesita. Ahora viene el debate presupuestario, que es una piedra de toque para saber si esto va a avanzar o no. Ahí, sin duda, el PP va a tener su piedra angular. Necesita generosidad. Tiene una buena oportunidad y dependerá de él. Pero a mí me da en la nariz que va a ser una legislatura larga.
El PSOE se muestra reacio a apoyar los presupuestos. ¿Cuáles son los requisitos de Ciudadanos?
Que esté dentro todo aquello que pactamos en las 150 exigencias de legislatura y que muchas de ellas tenían que ver con compromisos presupuestarios, con dinero para hacer mejores políticas sociales, generación de empleo, nuevas formas de entender el mercado laboral, para dependencia. Si están recogidas, los apoyaremos para que se puedan hacer esas políticas sociales. Si no están, no podremos apoyarlos, y entonces tendrá que buscar al PSOE.
Hablando del PSOE. Ustedes firmaron un acuerdo en la anterior legislatura con Pedro Sánchez, que ya no es secretario general. Ahora está en plena crisis, con una gestora. ¿Le preocupa? ¿Cómo ve que España tenga a un PSOE sin líder? ¿Está esperando ya Ciudadanos a que llegue Susana Díaz?
La verdad es que no nos preocupa, ni la crisis del PSOE ni la de Podemos. No entramos en estas cosas, creemos que deben resolverlas. Hay que dejarles que superen esos procesos. Y con Susana Díaz, tenemos una estrecha relación en Andalucía por el pacto de investidura. Allí estamos haciendo exactamente la mismo labor de oposición que estamos haciendo en Madrid con Cristina Cifuentes. No entramos en quién debe ser el líder de los socialistas.
Esta semana hemos visto una serie de movimientos un poco extraños en el PP. Fernando Martínez-Maillo ha dicho que ve a Rajoy gobernando doce años, el presidente no lo descartaba en una caminata cuando le preguntaron y decía “Dios dirá”. No sabemos sin son casualidades, coincidencias, globos sonda de Navidad. El PP, en su ponencia para su congreso, no va a poner limitación de mandatos, pero esta ha sido una bandera de C’s…
Así ha sido en el PP y en el PSOE. En las épocas de Rodríguez Zapatero y de Aznar. Esto es como las buenas acciones que se hacen el día uno, como voy a dejar de fumar. La del PP es lo mismo, en vez de dejar de fumar, es como ‘voy a seguir siendo presidente doce años’. Como lo habitual es que ese voy a dejar de fumar no se consiga, esto tampoco lo va a conseguir Rajoy. La sociedad no entiende que un presidente pueda estar doce años y se lo afearía.
Antes citaba a Madrid, donde ustedes apoyan a Cifuentes. Ahora hay una situación extraña en la Asamblea con el caso de la diputada del PP de baja tras haber denunciado acoso laboral. Esto lleva a que PP y Ciudadanos tengan los mismos votos que PSOE y Podemos. ¿Se puede llegar a una situación de bloqueo institucional en la Comunidad? ¿Un vuelco en la Presidencia? ¿O incluso elecciones anticipadas? ¿Es un panorama complicado?
Para mí no es muy complicado, porque es un panorama que depende exclusivamente del PP y de Cifuentes. Le falta una diputada que está de baja por depresión por supuesto delito de acoso de un compañero de partido. Todo esto está dentro del PP y Cifuentes es la presidenta de la gestora en Madrid. Oiga, resuélvalo. No eche a los ciudadanos la culpa de que quiere un adelanto electoral por un problema interno de su partido. En todo caso, si lo quiere, nosotros no tenemos ningún miedo.
También ustedes tienen congreso en febrero. ¿Ve a Carolina Punset dando un paso adelante y dando la batalla?
No lo veo, por una razón sencilla. No sé si usted sabe que se casa el mismo día que el congreso. Ha decidido celebrar la fecha de su boda el mismo fin de semana del congreso. Por lo tanto, entiendo que no estará. Eso creo que la inhabilita probablemente para que se pueda a presentar a nada. Estará celebrando su enlace matrimonial, a lo cual tiene todo el derecho. Creo que no va a ser precisamente Punset. Lo que me gustaría es que hubiera gente dentro del partido que diera ese paso, se animara y se presentara. Somos el partido que más democracia interna tiene y la prueba es que cualquiera afiliado del partido que quiera, sin avales, se puede presentar a presidir el partido. Y, además, ser votado por todos los militantes.
Hemos escuchado los últimos días acusaciones por parte del grupo TranCsparencia de que se han hinchado censos de cara a esta asamblea. ¿Qué tiene que responder?
No tengo que responderles. Es un partido con transparencia, los censos son oficiales. Hay una comisión de garantías y un consejo general que está tutelando el proceso. Se está haciendo con una democracia y transparencia que ya les gustaría a muchos partidos. ¿Qué hay gente que cree que todavía se puede hacer mejor? Sin duda, ahí es donde tiene que estar la parte constructiva de venir a ganar sus posiciones en el congreso y presentar enmiendas a las ponencias.
En este congreso, según los documentos conocidos, se consagra ese giro hacia lo “liberal progresista” y olvidar esas menciones a la socialdemocracia que había en los anteriores estatutos. ¿Estamos ante un viraje de Cs? ¿Cómo lo podemos definir? ¿Resituándose?
Los partidos no pueden ser inmovilistas y tienen que avanzar como la sociedad. Esa ponencia de la que hablamos era anterior al año 2011 y han pasado muchas cosas hasta 2016 en España y en el mundo. Hay un nuevo momento político. Este es un partido que sabe evolucionar y adaptarse a lo que los ciudadanos y los cambios nos llevan todos los días. Somos un partido más allá de las etiquetas, que se siente de centro, liberal, en ese liberalismo moderno progresista, en el que no deja de lado la capacidad de ayudar a los más desfavorecidos. Ahí es donde nos sentimos más cómodos y es verdad que ha tenido que llegar ese liberalismo progresista a Europa, implantarse y desarrollarse como corriente para que al final uno se vea ahí. Antes había dos bloques y era difícil buscar un espacio que no existía.
Ha dicho centro. ¿Centro-derecha y dejan un poco el centro-izquierda?
No, centro. Cs es un partido de centro. Es verdad que es un espacio amplio, en lucha permanente y cada ciudadano tiene la sensación de lo que es el centro. Queremos acoger dentro de ese centro a todo aquel que quiera entender estas posiciones.
Antes comentaba la limitación de mandatos para Rajoy y que no sería bueno que estuviera doce años. ¿Y cuál habría que poner a Albert Rivera en Ciudadanos? ¿Tiene fecha de caducidad?
Nosotros cumplimos lo mismo. Si el señor Rivera fuera presidente del Gobierno, estaría pues evidentemente un máximo de ocho años. Otra cosa es dentro de tu partido, mientras el partido crezca y avance. Es uno de los activos más valorado por los ciudadanos. No podemos renunciar a él, no solamente en Cs, sino todos los españoles. Sale siempre como el político más valorado en todas las encuestas. Eso habla mucho y muy bien del estado de salud del liderazgo de Rivera no solo en el partido, y esperemos que como presidente