Especial navideño de las Campos: barroquismo, cigalas y un regalo muy cutre
Las Campos han vuelto a Mediaset por Navidad y lo han hecho como sólo ellas saben hacerlo: rodeadas de barroquismo, de dorados y de comida, mucha comida.
El clan Campos —al que ahora se ha sumado la hermana pequeña, Carmen— ha desatado todo su potencial en este especial navideño que supera con creces los dos primeros episodios emitidos a finales de verano. En este tercer programa, tanto María Teresa como Terelu se muestran más sueltas y dejan ver ciertos roces que antes el espectador no había podido percibir.
La Navidad en casa de las Campos es atípica. Sólo en la tremenda mansión de la matriarca pueden convivir en una mesa unas cigalas del tamaño de un bebé recién nacido, champán y un bote de refresco —para Terelu, light, por supuesto— y que nada de eso desentone.
Mezclas imposibles que parece que convencen a la audiencia: 2.795.000 espectadores vieron el espectáculo de ese salón desde el suyo propio, un 15,8% de la audiencia total. Un récord en cifra total de televidentes, aunque superado en cuota de pantalla por MasterChef Junior (el programa de cocina infantil logró 2,6 millones de espectadores y un 16,2% de audiencia) y por la película de Antena 3 Los Mercenarios (2,4 millones, 16,4% de cuota de pantalla).
TERELU YA ES UN ICONO POP
La primogénita de la antigua reina de las mañanas ha mostrado a España no sólo que los ricos también lloran, sino que además tienen más traumas y complejos que la gente de a pie. Terelu —que se pasa todo el programa tragando mientras dice que no, que ella no come— asegura que es una hater de la Navidad. ¿Cómo lo demuestra? Pues contratando a una empresa para que decore su casa con motivos navideños.
El momento Terelu en la cola de la administración madrileña de lotería Doña Manolita, mientras la gente se le echa encima como en el final del libro El Perfume, es un claro ejemplo de que la mayor de las hermanas Campos se ha convertido en todo un fenómeno de masas, a pesar de que a ella parece no gustarle demasiado.
Que Terelu Campos es un icono pop lo demuestra a la hora de coger un autobús. Sólo ella y sus amigas podrían hacer de un viaje en el transporte público algo tan exótico; los hay que se van a Kenia de safari y luego está Terelu, que para vivir emociones fuertes coge un bus.
LOS REGALOS
Como en la mayoría de los hogares españoles, en la casa de María Teresa Campos se hace el amigo invisible y con un límite de 30 euros por regalo, que hay crisis. Después de un duro procedimiento, en el que casi es necesaria la presencia de un astrofísico para que Teresa y sus dos amigas sepan cómo funciona el complejo asunto, las tres señoras se disponen a adquirir los presentes navideños.
Si hay un personaje en este programa que está al margen de la ley es Bigote Arrocet. El novio de María Teresa no está muy por la labor de participar en este momento navideño y decide agasajar a su churri con una camiseta que él mismo ha decorado, ha metido en una cesta de mimbre —como la que trajo a Moisés— y ha tratado de envolver a su manera. Esperemos que para el cumpleaños de Teresa no le haga un collar de macarrones.
OH, FASTUOSA NAVIDAD
La cena de Navidad —como no podría ser de otra manera— ha transcurrido en el casoplón de María Teresa. Además del ya mencionado menú, la propia mesa, llena de cubiertos dorados al estilo reina Isabel II y con el servicio sirviendo sopa de rape y un pavo —preparado por Terelu— mientras intercambian pullitas y mordisquean cigalas hacen que la cena de Navidad en la casa de las Campos sea como en cualquier otro lugar de España.
A la cena se ha sumado por sorpresa la cantante Vanesa Martín, que ha tocado un par de canciones y que se ha ido enseguida porque tenía un concierto. María Teresa debería haber invitado a su casa a Los Supersingles, que para eso los tiene en su programa.
Durante la copiosa comilona se puede observar que las hermanas Campos no tienen mucho aprecio por la pareja de su madre. Las miradas y los gestos cada vez que Arrocet se acerca a María Teresa son dignos de la serie Dallas.
Estos días, desde Mediaset han cebado el programa navideño con uno de los momentos de la cena, cuando María Teresa y Bigote se levantan y comentan que tienen algo que decir. La posible noticia no dejaba demasiado a la imaginación: era poco probable que Teresa fuese a ser madre de nuevo, una boda tampoco parecía algo factible y finalmente —a modo de broma— la matriarca afirma que se va a vivir a Chile con Bigote Arrocet. Esta broma, por lo que sea, no le sienta demasiado bien a Terelu.
A falta de Anís del Mono y polvorones, la cena de las Campos termina con Teresa y Arrocet cantando a dúo el bolero Si nos dejan, ante los intentos de sabotaje de Terelu, que termina el brindis con un ataque de celos, sentada en las escaleras y con un copazo de champán en la mano, como haríamos todos.