Trucos de la abuela para aprovechar del todo tu máscara de pestañas
Probablemente sea el cosmético imprescindible en cualquier neceser, capaz de cambiar la cara con un par de cepillados, pero todavía no sabemos cómo utilizarlo ni, mucho menos, cómo sacarle el máximo partido. Por eso hoy hemos querido recopilar los mejores consejos de la abuela (en versión Grazia) para alargar la vida de tu máscara de pestañas:
- Para empezar hay que tener en cuenta la fecha de caducidad del producto y no usarlo si ha pasado: lo mejor que te puede ocurrir es que aparezcan grumos en el producto. ¿Lo peor? Una buena irritación en los ojos.
- Por lo general la vida útil del rímel suele ser de entre dos y tres meses una vez abierto, así que es muy importante que no desprecintes el producto hasta que no lo vayas a usar. La cifra exacta la encontrarás por ley en el envase, sobre el dibujo de un tarro abierto y acompañada de la letra M (que hace referencia a los meses).
- Bajo ningún concepto bombees el cepillo dentro del tubo. Lo que estás haciendo es facilitar la entrada de aire, que hará que tu rímel se seque mucho más rápido.
- Si se seca ¡no lo tires! Existen varios trucos para que vuelva a funcionar: puedes añadir una gota de aceite de oliva, cerrar y agitar; o sumergir el bote (cerrado) en un vaso de agua caliente. ¡Magia!
- Si el problema son los grumos o que está espeso y las pestañas quedan apelmazadas, deberás echar una gota de tónico facial, para devolverle fluidez y ligereza.
- La mejor forma de aplicarlo es colocar el cepillo en la base de las pestañas y extender el producto hasta las puntas haciendo un movimiento en zig-zag. Lo ideal es aplicar dos capas girando el cepillo, para evitar que se apelmacen.
- Otro de los trucos de la abuela para que tus pestañas parezcan más largas es aplicar polvos de talco con un algodón antes de la máscara.