La fotógrafa Yoko Ishii se quedó fascinada cuando visitó Nara por primera vez en una excursión escolar, y recuerda que dio de comer unas galletas a los ciervos.
Desde entonces, se ha dedicado a fotografiarlos vagando en libertad por la ciudad. El resultado es hipnótico.
"Me imaginé un mundo en que los seres humanos desaparecían y lo dominaban los ciervos… o a hombres metamorfoseados de repente en ciervos de la noche a la mañana", contó la fotógrafa a la edición estadounidense del HuffPost.
Ishii describe las fotografías como "kafkianas". Y tiene toda la razón.
Echa un vistazo a sus imágenes:
Les da igual que el paso esté prohibido; ellos entran al lugar aunque esté en construcción.