¿Qué clase de borracho eres? Un estudio psicológico los divide en cuatro tipos
Seguro que entre tu grupo de amigos podrías hacer tu propia clasificación según cómo le sienta el alcohol a cada uno: el que se vuelve un poco agresivo, al que le da por hablar y hablar, el bailongo (o que cree que sabe bailar), el que se vuelve extremadamente cariñoso y vive picos de exaltación de la amistad y el amor, el bajonero que no puede evitar sacar alguna que otra lagrimilla al recordar a su ex, el ligón…
Sea como sea, el alcohol —además de dar dolor de cabeza y revolver el estómago—, sienta de determinada forma a cada persona consiguiendo que nos comportamos de determinada forma bajo sus efectos.
Eso es justo lo que han analizado profesionales de la facultad de Psicología de la Universidad de Missouri (Columbia) en un estudio. ¿El resultado? Según nuestro comportamiento al haber consumido alcohol existen cuatro tipos de categorías (de borrachos) que reciben el nombre de cuatro personajes famosos. Y no, entre ellos no está ni Melendi, ni Kate Moss, ni Charlie Sheen, ¡ni siquiera Lindsay Lohan!
Ernest Hemingway
Esto no quiere decir que conforme le des un sorbo a una copa de vino vayas a convertirte en un dios de la pluma, sino que a este tipo de personas el alcohol no les afecta en su personalidad (en concreto, al 40% de la población). ¿El porqué de este nombre? Porque aunque el escritor tenía fama de perder el control por la noche, alardeaba de poder "beber cualquier mierda de whisky sin emborracharse".
Mary Poppins
Azúcar, azúcar y más azúcar. Así son los borrachos Mary Poppins: personas sociables, amables y mimosas que cuando beben lo son todavía más. Vamos, lo que comúnmente conocemos como ese amigo que en cuanto se toma un par de copas empieza a decirte lo mucho que te quiere y no para de darte abrazos y besos.
El profesor chiflado
Es esa persona que tiene dos caras, la de su vida diaria y la que muestra cuando bebe. Una persona vergonzosa y retraída que con la ingesta de alcohol se transforma en un terremoto que habla con todo el mundo y a la que cualquier elevación del suelo (por pequeña que sea) le parece apropiada para subirse a bailar.
Mr. Hyde
Es la segunda tipología más común y, aunque pueden llegar a dar miedo, su cambio de actitud simplemente se debe a que sus niveles de conciencia y capacidad intelectual disminuyen considerablemente hasta convertirlos en personas desagradables. Consecuencias de pasarse al lado oscuro…