Fernando Solar: "Que chicos con tantos problemas te den las gracias, no tiene precio"
En una céntrica calle de Madrid se encuentra un pequeño taller de dos plantas en el que huele a madera y se respira tranquilidad. Un lugar en el que el tiempo se detiene y en el que todo está guardado con una meticulosidad escrupulosa.
Dentro de este plácido lugar trabaja Fernando Solar, la tercera generación de lutiers de su familia. Él, que jamás pensó que construiría instrumentos con un tenedor, un desagüe, monedas y varias latas de refrescos, es uno de los pilares de La Música del Reciclaje, un proyecto social nacido en 2014 como extensión de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, uno de los lugares más pobres de Asunción (Paraguay). Este barrio está construído encima de un vertedero y los chicos y chicas, gracias a su ingenio, han creado una orquesta utilizando el material que encuentran en la basura.
Ecoembes trajo a la banda de Cateura a España y, a raíz de eso, surgió la idea de hacer algo parecido con niños con pocos recursos y en riesgo de exclusión social. En La Música del Reciclaje participan el C.E.I.P. Manuel Núñez de Arenas, un colegio público ubicado en el Pozo del Tío Raimundo, en el distrito de Vallecas (Madrid), y la Residencia Materno Infantil Villa Paz Hogar infantil para niños en riesgo de exclusión social, ubicada en Pozuelo de Alarcón (Madrid).
En el taller y junto a los instrumentos elaborados con material reciclado, se encuentra el primer violín que fabricó el abuelo de Fernando, con 8 años. Hecho con madera y piel de zapatos. "Siento que es como cerrar el círculo que empezó mi abuelo hace dos generaciones", afirma entusiasmado Solar.
CÓMO SE CONSTRUYEN LOS INSTRUMENTOS
Para Solar este proyecto ha sido como volver a la infancia: ha sido volver a desplegar la imaginación que todo niño tiene en su interior. "Tienes que volver a cuando eras pequeño, imaginarte objetos cotidianos y transformarlos. Como cuando tenías seis años y montabas a caballo subido en una escoba", relata el lutier.
Los instrumentos que fabrica en su taller con material reciclado suenan casi tan bien como uno hecho de forma tradicional. "Al final son instrumentos con sus notas y todo, lo único que les diferencia es la tímbrica. Son instrumentos que tienen menos proyección y suenan de diferente forma pero se puede tocar la misma partitura que con un violín tradicional", cuenta.
Hasta el momento, el artesano ha construido violines, violonchelos, un contrabajo, flautas, guitarras... Además de instrumentos de percusión, como maracas hechas con botes de refresco o con cubos de basura. Pero su creación más impresionante es un bajo eléctrico fabricado con un monopatín y una guitarra partida en dos.
En sus ratos libres, Solar enseña a un grupo de niños el oficio de lutier. "Han llegado a interiorizar tanto el proyecto que hace unos días se enfadaron porque entraron otros chavales nuevos al taller y me decían 'seguro que vas a enseñarles más a ellos que a nosotros", cuenta con una media sonrisa el artesano.
Los niños y niñas tienen profesores que les enseñan a tocar esos instrumentos y, una vez al mes, se encuentran con sus compañeros del otro centro para practicar. El proyecto tiene dos orquestas, una para principiantes y otra en la que están los alumnos más avanzados. "Queremos que aprendan y que no se frenen unos a otros", afirma.
TRABAJAR CON NIÑOS
Solar destaca lo gratificante que es trabajar con estos niños y niñas. "No tienen nada y te lo agradecen como pueden. Hace unos días, uno me dijo que tenía que ir al culto, porque muchos son evangélicos, y no podía venir al taller. Me suplicó en numerosas ocasiones que no lo borrase. Hasta ahí llega su implicación", cuenta el lutier.
Además, Solar asegura que los chicos y chicas han cambiado mucho en dos años. Gracias a la orquesta han aprendido a ser disciplinados y ser compañeros. "Estos chavales vienen de otros ámbitos, creía que iba a ser complicado que estuviesen en silencio, sentados y atentos, pero en poco tiempo hemos conseguido que se impliquen en el proyecto y ahora están muy motivados", relata con orgullo.
La Música del Reciclaje ha sido una gran oportunidad para estos niños y niñas en riesgo de exclusión social. "A muchos chicos se les ha presentado esta oportunidad y la han cogido con entusiasmo. Si quieren ir a la orquesta tienen que sacar mejores notas y lo están haciendo gracias a las ganas que tienen de estar en el proyecto", dice Solar.
Este proyecto ha llevado a los chicos y chicas del instituto Manuel Núñez de Arenas y a la Residencia Materno Infantil Villa Paz a tocar en el Auditorio Nacional de Madrid. El próximo 4 de enero se subirán al escenario del Teatro Real para acompañar a la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura e interpretar algunas de las canciones que tanto tiempo llevan ensayando.. "Es una experiencia para sus vidas, se sienten arropados, ven que les prestas atención y que cumples lo que prometes. Además, ellos obtienen resultados. Este proyecto es muy bonito y muy necesario", añade.