Nach: "Empecé a escribir rap en la parte de atrás de los cuadernos del cole"
Cualquiera que tenga entre 20 y 30 años y esté un poco interesado en el rap sabe quién fue Nach Scratch —”ahora sólo Nach—. Sonaba en los discman de los chavales en los recreos de los institutos a finales de los 90 y principios de los 2000 y representó a muchos de ellos con canciones como Chico Problematico o Efectos Vocales. Y cualquiera de ellos se echará las manos a la cabeza al saber que el poeta ha publicado su primer libro, Hambriento (ed. Planeta), a los 42 años, con un estilo muy diferente al que tenía entonces.
Con Hambriento, Nach trata de abrirse a sus seguidores de una manera distinta. Plasma sus reflexiones, emociones, aprendizajes y pensamientos más profundos en un libro que reúne sus poesías más libres y sinceras. Aunque ahora le hayan sucedido en el panorama del rap otros artistas más jóvenes como Arkano, Nach y los de su generación —Violadores del Verso, SFDK, Arma Blanca...— siguen sonando y colándose en los carteles de muchos festivales. Sin ir más lejos, este sociólogo que llegó a ser número uno de la lista general de ventas de música en España y que ha recibido dos Discos de Oro hará las maletas antes de navidades para irse de gira por Latinoamérica.
Has escrito tu primer libro de poesía con más de 40 años pero, ¿desde qué edad llevas escribiendo? ¿Por qué has pasado del rap a este otro género?
Siempre he escrito poesía, pero más para mí. De manera anárquica. Cuando era joven estaba al 120% por el rap e invertía mi energía más bestia en eso. Pero hace cuatro años me di cuenta de que quería contar otras cosas y que la poesía podía ser un buen medio. Podía ser una buena terapia. Así que empecé a escribir cosas más serias. Puede que ahora, con 40 años cumplidos, no tenga tanto sentido escribirlo. Puede que algunos piensen que tenía más sentido antes. Pero lo he sentido así.
Mi primer rap fue en el año 90. Hace ya mucho tiempo. Era una época distinta y el rap comenzaba a aparecer. Así que empecé como cualquier chaval, escribiendo cosas que se me ocurrían en la parte de atrás de los cuadernos del cole.
¿Cómo ha cambiado el panorama del rap desde entonces? En Madrid, por ejemplo, los últimos años se ha puesto de moda el rap underground.
A mi el rap undergound me parece muy bien. Los chavales lo escuchan y les gusta. Ahora se puede ser más agresivo, hay temas en los que los cantantes cuentan su propio carpe diem. Esto también es un reflejo de cómo la sociedad lleva a esa gente joven a tener ese tipo de pensamientos. Pero el panorama está diversificado. Por ejemplo, no creo que haya disminuido el discurso de denuncia en el rap, lo que pasa es que también influyen las referencias que llegan de Estados Unidos. Eso se le pega a la gente de aquí y a mi a veces me da rabia. Parece que tendemos a copiar el estereotipo americano.
Es lo que ha pasado con el trap [una especie de mezcla entre rap y musica electrónica], ¿no?
El trap también me parece bien. Tenía que suceder. Con las nuevas tecnologías aparecen nuevos estilos. Yo sigo manteniendo la esencia de los 90 del hip hop, pero si hay gente en otros estilos que dice cosas que valgan la pena, pues adelante.
¿Qué le dirías a los jóvenes que hoy se juntan en los parques a hacer batallas de gallos y a los que les resulta tan difícil meterse en el mundillo?
Les diría que lo que hagan, lo hagan siendo ellos mismos. Que intenten expresar algo y no se centren en llamar la atención. Los que tienen que decir algo, que lo hagan. Sin pensar en la fama o en lo que pensarán los demás.
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En tus primeros discos había varias canciones en las que hacías crítica social. Poco a poco has ido cambiando ese estilo, ¿por qué?
He hecho denuncia social cuando la he sentido. Todo lo que he hecho ha sido desde el estómago, sentido. Hambriento no tiene nada que ver, es otra cosa. Hambriento abarca la tensión vital en una mirada a mi mismo.
¿Crees que sigue habiendo muchos estereotipos alrededor del rap como género músical? Sexo, drogas, calle…
Lo de los estereotipos es generalizar. El que investigue un poco más podrá ver que en esta música hay todo tipo de gente, con todo tipo de pensamientos y de vestimentas.
¿Qué piensas de las críticas a los que fichan por discográficas? Tu fuiste uno de los primeros
Al final las críticas se quedan ahí. Si voy a una discográfica es por el bien de mi carrera, para hacer llegar mi música a otros sitios como Latinoamérica. Luego te enteras que por detrás todo el mundo firma. Aunque firme, tengo muy claro quien soy y lo que quiero. No todo el mundo tiene 16 años de carrera discográfica y sigue ahí. Pero, aparte de las críticas, me quedo con el 99% de los que aprecian mi trabajo.
Hambriento, ¿de qué?
Hambriento de experimentar, sentir, compartir, abarcar, de amar y ser amado, de sentir… He aprendido a aceptar que el hambre no siempre se sacia y hay que sentirse cómodo con esta montaña rusa.