El palabro económico de la semana: Techo de gasto
El Congreso aprobó este jueves el techo de gasto, como se conoce al límite de gasto no financiero. El primer paso para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado, la ley con más calado del ejercicio porque de ella depende el gasto de las administraciones. El acuerdo del PP con el PSOE, Ciudadanos y PNV, despeja así el inicio de la legislatura.
El techo de gasto es un instrumento fijado en la Ley de Estabilidad Presupuestaria que sirve para que las administraciones públicas no disparen sus compromisos no financieros en época de vacas gordas y lo reduzcan en tiempos de flacas. La Ley de 2012 lo define como: “El máximo de recursos disponibles en el Estado para asignar entre todas las atenciones de gasto previstas inicialmente o que se puedan presentar durante el próximo ejercicio”.
El límite de gasto no financiero se calcula, con carácter general, en el segundo trimestre del año y, en cualquier caso antes de 1 de agosto, para que dé tiempo a elaborar los Presupuestos. Para 2017, la cosa se demoró por motivos ya conocidos (dos convocatorias de elecciones generales hasta la investidura del 29 de octubre). Esta herramienta está inspirada en el límite de déficit del 3% que la Unión Europea impone a sus Estados miembros, pero no es un calco.