80.000 renos han muerto de hambre en Siberia por el cambio climático
Puede que la imagen más icónica del cambio climático sea la de un oso polar abandonado a la deriva sobre un trozo de hielo derritiéndose. Pero el calentamiento global y gradual afecta a más especies y, tristemente, cada vez hay más imágenes emblemáticas de este fenómeno, como los raquíticos frailecillos muertos en las costas de Alaska, las liebres silbadoras de Norteamérica escalando por las montañas en busca de climas más fríos, los carcayús perdidos entre la vegetación y sin rastro de nieve y, ahora, renos muertos de hambre y enterrados entre la nieve siberiana.
Al menos 80.000 renos murieron en dos casos de mortalidad en masa en la Península de Yamal la pasada década, según una nueva investigación. Todo indica que el culpable es el cambio climático.
La península de Yamal en Rusia, situada en el noroeste de Siberia, se considera la región con más manadas de renos del mundo. Estos animales están adaptados a las temperaturas gélidas y a la nieve. Se dice que cientos de miles de renos deambulan por la zona y que los cría el pueblo indígena de los nénets, que son uno de los últimos pueblos realmente nómadas que pastorean renos.
No obstante, el cambio climático plantea una seria amenaza a estos animales y a las comunidades que dependen de ellos, según un estudio publicado hace unas semanas en la revista Biology Letters. El calentamiento global ha acabado con la vida de al menos 80.000 renos en la Península de Yamal en la última década, tal y como apuntan los científicos. Y se espera que los riesgos no hagan más que aumentar en los próximos años.
En noviembre de 2013, 61.000 renos —casi un cuarto de toda la población local— murieron de hambre en la Península. Los investigadores afirman que se trata del mayor episodio de mortalidad regional jamás registrado.
En 2006 ocurrió otro caso masivo de muertes; concretamente, 20.000 renos perecieron por hambre. Al parecer, los animales murieron en ambos casos debido a las capas de nieve y hielo anormalmente gruesas, lo que les impidió acceder al liquen y al resto de la vegetación con la que sobrevive esta especie.
Sin nada que llevarse a la boca, los renos murieron en masa.
La base del estilo de vida de los nénets es el pastoreo de renos. Cada grupo familiar posee un rebaño de hasta varios cientos de renos.
Los renos pueden penetrar con sus pezuñas capas finas de hielo, pero en 2006 y en 2013 la capa de hielo era más gruesa y más dura de lo que los animales podían sobrellevar, aseguran los investigadores.
Pero, ¿por qué ocurrió esto exactamente?
La nieve impenetrable fue consecuencia de la disminución de hielo marino en los mares de Barents y Kara colindantes.
Por culpa de las temperaturas inusualmente cálidas, el derretimiento de hielo produjo elevados niveles de evaporación y humedad, lo cual provocó fuertes períodos de lluvia que empaparon el suelo nevado (un fenómeno que los científicos llaman "ROS" por las siglas de rain-on-snow, o lluvia sobre nieve en español). Los episodios de ROS fueron seguidos por una repentina bajada de las temperaturas que hizo que la nieve se congelara.
Los renos pastan junto a un asentamiento de nénets cercano al remoto pueblo de Gornokniazevsk en la Península de Yamal.
En noviembre de 2013, por ejemplo, las temperaturas cayeron a -40ºC después de una tormenta de lluvia que duró 24 horas. Bruce C. Forbes, investigador de la Universidad de Laponia en Finlandia y autor principal del estudio, explicó a The Washington Post que la lluvia había "empapado toda la columna de nieve, de arriba abajo". El resultado fue un "bloque sólido de hielo, completamente congelado".
Para cuando el hielo empezó a derretirse en primavera, "los pastores indígenas, cuyos animales habían muerto de hambre, se quedaron prácticamente atrapados en la tundra", explican los científicos. "Como tuvieron que desistir con los renos, recurrieron a la pesca de subsistencia a tiempo completo y adquirieron ganado de cría para reconstruir sus rebaños, un proceso que dura varios años".
La vida de los nénets, una antigua etnia nómada, está estrechamente ligada a los rebaños de renos.
Los nénets usan la piel de reno para su ropa, la carne para alimentarse y los huesos para fabricar herramientas. Los pastores se desplazan estacionalmente con sus renos, viajando por las rutas de migración que han existido durante cientos de años.
"Los renos son nuestro hogar, nuestra comida, nuestro refugio y nuestro transporte", cuenta el pastor Sergei Hudi en la web Survival.
Una mujer de la tribu nénets, junto a un reno en la Península de Yamal.
Se estima que las lluvias serán cada vez más frecuentes e intensas en la Península de Yamal a medida que Siberia sigue recalentándose, sostiene Forbes. Y estos cambios de clima provocarán más casos de ROS, que amenacen no sólo a la población local de renos, sino también a los pastores nénets y a las comunidades que dependen de los animales para su supervivencia.
Se teme que la próxima hambruna esté a la vuelta de la esquina. El pasado octubre, la extensión del hielo del mar Ártico fue la menor registrada en todos los meses de octubre, según el National Snow and Ice Data Center. La extensión del mar de Kara era "especialmente baja" a principios de noviembre, de acuerdo con los datos que ofreció el centro.
La Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza considera que los renos son una especie vulnerable. En Rusia, la población de renos se ha reducido más de un 20% desde 1990.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano