Un paseo por la Gran Vía (casi) sin coches
Este viernes comenzaba el cierre del centro de Madrid al tráfico. Coincidiendo con el período navideño, el Ayuntamiento presidido por Manuela Carmena había decidido que los coches dejasen paso a los peatones en algunas de las principales arterias de la capital, lo que provocó reacciones de todo tipo: del aplauso a las críticas furibundas.
Sobre el terreno, lo primero que se descubre es que los coches no han abandonado totalmente la Gran Vía. El Ayuntamiento ha arrebatado a la calzada los carriles laterales, los cuales quedan reservados para peatones, tal y como indican las señales. Los dos carriles centrales, en cambio, se reservan para taxis, residentes, autobuses y motocicletas.
Así se pasea por la Gran Vía navideña y (casi) sin coches: