Objetivo: lavar la abstención
El pasado 29 de octubre la mayoría de diputados socialistas pronunció la palabra abstención. Muchos sintieron alivio por poner fin al periodo de bloqueo y, a la vez, tristeza. Pero, sobre todo, vértigo. ¿Cómo hacer oposición habiendo facilitado el Gobierno a Rajoy? ¿Cómo recuperar la credibilidad? ¿Cómo contrarrestar los ataques de Unidos Podemos? ¿Cómo hacer llegar un mensaje de izquierdas a la sociedad?
Estas cuestiones han preocupado a la gestora del PSOE y a los diputados desde el mismo día de la investidura en un momento, además, de crisis interna y de luchas de poder en las que se ha dudado hasta ideológicamente sobre el sector que se impuso en el Comité Federal.
En el grupo parlamentario y en Ferraz, según fuentes consultadas por El Huffington Post, creen que la actuación del PSOE para conseguir que el Gobierno suba el salario mínimo, aumente el objetivo de déficit regional y paralice la aplicación de la Lomce evidencian “que el partido empieza a recuperar el pulso político” y que se sitúa como “el referente de la oposición”.
En la gestora son conscientes de que todos sus movimientos en relación al Gobierno y al PP son examinados con lupa dentro del propio partido -especialmente por los ‘sanchistas’ y los críticos que reivindican un giro mayor hacia la izquierda- y tienen que buscar el equilibrio de esa “oposición útil” prometida tras la abstención.
EL MENSAJE: "EL PRINCIPAL PARTIDO DE LA OPOSICIÓN"
Fuentes cercanas a la gestora señalan que ha quedado patente ante la opinión pública que el Partido Popular ha perdido varias e importantes votaciones en el Congreso. El pasado martes, por ejemplo, la Cámara Baja aprobó una moción, auspiciada por el PSOE, que instaba al Gobierno a derogar la ‘ley mordaza’ y promover una norma “más respetuosa con los derechos y libertades fundamentales”.
En Ferraz dicen que con estas iniciativas se está “recuperando la normalidad y el músculo” del partido y que es hora de reivindicar el papel del PSOE en este momento: “el principal partido de la oposición”.
A lo largo de estos días, los portavoces socialistas están lanzando en público este mensaje para que cale entre los ciudadanos. Antonio Hernando ha puesto en valor que “en este mes se han conseguido muchas cosas”. Y Mario Jiménez ha dicho que el Gobierno se ha “plegado” ante las exigencias del PSOE en estas materias.
Pero, a la vez en el PSOE están intentando marcar distancias con el Gobierno para que no parezca que se está pactando constantemente con el PP por temas como el salario mínimo y del déficit autonómico para luego apoyar los Presupuestos Generales. En Ferraz reiteran que ven casi imposible apoyas las cuentas públicas para 2017.
Pero no todos en el partido lo ven así. En el sector ‘sanchista’ creen que no se puede recuperar la credibilidad y la idea de izquierdas con Antonio Hernando como portavoz en el Congreso. Está “marcado” ante la sociedad, dicen fuentes parlamentarias críticas con la gestora. Sánchez y sus afines han emprendido una gira por España para exigir que la gestora convoque el congreso y se recupere un partido más a la izquierda, más abierto y más participativo.
Desde la gestora, se defiende el trabajo de Hernando y se alaba su conocimiento del entramado parlamentario. No se prevén cambios en la portavocía en el Congreso por lo menos hasta que se celebre el congreso. Ahora, según fuentes socialistas en la Cámara Baja, la normalidad ha vuelto al grupo parlamentario, como se evidencia en que en la última reunión de los diputados no se habló de diferencias internas y se limitaron a comentar el orden del día Pleno.
El sector afín a Sánchez también ve como un paso atrás que hayan vuelto a la primera línea pública algunos dirigentes ligados a otras etapas como Elena Valenciano, Soraya Rodríguez, José Blanco o Vicente Álvarez Areces. Los ‘pedristas’ entienden que con estas caras no se puede volver a conectar con la sociedad. En cambio, fuentes cercanas a la gestora comentan que estos políticos están apareciendo en los medios de manera temporal hasta que se celebre el congreso.
"PODEMOS VENDE LO IMPOSIBLE, EL PSOE NO ES ESO"
Lo importante para la dirección ahora es que se va que el PSOE es la oposición “útil” y que no vende “lo imposible”, como critican de Unidos Podemos. “Nosotros no somos los de lo imposible, sino que el PSOE es el que hace cosas que cambian la vida de la gente, como pasó con la Sanidad y la Educación”, dice un dirigente cercano a la gestora.
La otra gran baza del PSOE para intentar liderar la oposición y capitalizar los frentes contra el Gobierno es el poder territorial. Los socialistas quieren influir a través de las demandas de sus presidentes autonómicos: Susana Díaz (Andalucía), Ximo Puig (Comunidad Valenciana), Javier Lambán (Aragón), Francina Armengol (Baleares), Guillermo Fernández Vara (Extremadura) y Javier Fernández (Asturias). Además, forman parte de los gobiernos en coalición de Canarias y Cantabria.
En este ámbito territorial pretenden ganar a Unidos Podemos intentando demostrar que con sus Ejecutivos regionales pueden doblar algunos aspectos del Ejecutivo. Eso fue lo que sucedió este jueves durante la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, donde se llegó a un acuerdo con el Gobierno para relajar una décima el objetivo del déficit autonómico -que pasa al 0,6% en 2017-.
En estas semanas se ha observado que el Gobierno y el PP tienen la intención de negociar todo primero con el PSOE y están dejando al margen a Ciudadanos, partido con el que Rajoy firmó un pacto de legislatura. Los ‘populares’ entienden que es preferible intentarlo con los socialistas porque son los que suman en número de diputados y, además, tienen el timón de varias autonomías. En el partido naranja empieza a extenderse el miedo a que los cambios que haga Moncloa obligados por la oposición sean capitalizados por Ferraz.
Unidos Podemos también está intentando frenar el argumentario del PSOE y Pablo Iglesias ha calificado de “migajas” los acuerdos logrados por el PSOE. Además, el mensaje que lanzan los morados es que estos primeros pasos acabarán convirtiéndose en un apoyo abierto de Ferraz a los presupuestos generales.
¿Quién ganará la batalla del relato?
