Susana Díaz exhibe músculos en Bruselas
Ceci n’est pas une pipe - en español, "esto no es una pipa" – es una frase que se puede leer en el célebre cuadro de René Magritte, pintor surrealista belga, debajo, precisamente, de una pipa de fumar color marrón y negra. Susana Díaz, a su paso por Bruselas, ha ensayado un mensaje similar. Con una agenda de alto nivel, repleta de encuentros con líderes europeos, eurodiputados, militantes socialistas en el exterior y comisarios, ha repetido una y otra vez que no estaba aquí para sacar músculo y preparar el terreno para liderar el PSOE – una impresión ampliamente compartida entre sus interlocutores - sino que venía en calidad de presidenta de la Junta para tratar sobre los problemas de los andaluces.
"Estoy segura que cuando regrese a esta casa, Zapatero habrá hecho realidad nuestros sueños", dejó escrito en el libro de visitas el 13 de febrero de 2004 una joven concejala del ayuntamiento de Sevilla a su paso por el Centro Pablo Iglesias en Bruselas, lugar de reunión de los militantes del PSOE en esta ciudad. Mucho ha llovido desde entonces. No sólo en Bruselas, capital de una convulsa Unión Europea que coquetea con desintegrarse. En España Zapatero llegó al poder, en efecto, pero también se marchó y su partido vive ahora la peor crisis desde la llegada de la democracia. 12 años más tarde, Susana Díaz, ahora presidenta de la región más poblada y aspirante a liderar el PSOE, ha regresado al mismo lugar para compartir sus recetas para resucitar el PSOE.
"Estoy centrada en Andalucía", una especie de esto no es lo que parece en lenguaje magrittiano, dijo a los periodistas bajo la atenta mirada de un retrato en blanco y negro de Pablo Iglesias, fundador del PSOE. Sobre sus intenciones para ser secretaria general, una respuesta conocida: "Yo voy a estar donde quieran mis compañeros; en la cola, en la cabeza, con ilusión y ganas, pero ahora eso no toca". Preguntada por las polémicas palabras del otro Pablo Iglesias en relación a las mujeres y la política, dijo: "No me sorprende, no es la primera vez que enseña la patita. Sí que creo que tiene que haber más mujeres en política, en puestos de responsabilidad en las empresas, al frente de los medios de comunicación. Nuestro país no se puede permitir que la mitad de la inteligencia quede relegada". Un cartel con la fotografía de Clara Campoamor acompaña la escena a pocos metros.
Mientras la emergente lideresa atendía a los medios, comenzaban a desfilar por la agrupación socialista algunos de los pesos pesados que han acompañado a los anteriores secretarios generales del partido y que ahora quieren retomar impulso en el nuevo tiempo que se abre paso. Entre ellos, Pepe Blanco, mano derecha de Zapatero y Elena Valenciano, número 2 del partido en la época de Rubalcaba y cabeza de lista en el peor resultado de la historia del PSOE en unas elecciones europeas (2014). Blanco y Valenciano han jugado un papel relevante como facilitadores de una agenda de alto nivel, atípica para una líder regional en Bruselas.
Uno de los asistentes al encuentro con los militantes, que fue a puerta cerrada, resume sus impresiones: "A la gente se la ha ganado, ha estado sólida". En su intervención, Díaz argumentó que el PSOE debe ocupar el espacio de centro izquierda sin complejos, sin tratar de copiar las actitudes y los mensajes de Podemos. "Si viramos a la izquierda, perdemos los votos por el centro; si actuamos de forma responsable aportando soluciones desde el centro-izquierda, los votantes que se han ido por la izquierda sí nos terminarán votando", resume un experimentado dirigente socialista que mira con buenos ojos el emergente papel de Susana Díaz en el PSOE.
EL CV DE LOS CAMAREROS
Tras el paso por la agrupación, Díaz cenó con los 14 eurodiputados que componen la delegación del PSOE y el PSC en la Eurocámara en un nuevo restaurante español de la Plaza Sablon, conocida por sus tiendas de arte y los irregulares adoquines centenarios que exigen siempre una mirada atenta en el visitante. Lentejas de primero, pollo de segundo y vino español, en una atmósfera relajada en la que casi todos los presentes intervinieron para dar su visión sobre el camino de salvación que necesita su partido. Iratxe García, ex jefa de los socialistas en Bruselas hasta la caída de Pedro Sánchez – a quien sigue vinculada - y su sustitución por Ramón Jáuregui asistió al encuentro pero no tomó la palabra. Al concluir la cena, un recordatorio del drama del país al que aspiran gobernar: varios camareros españoles, con estudios superiores, expresaron su interés por compartir sus CV.
En el segundo día de su visita, Susana Díaz pasó la mañana en el Parlamento Europeo y la tarde en la Comisión Europea. En su encuentro de media hora con Gianni Pittella, líder de los socialistas europeos en el Parlamento Europeo, no abordaron los planes de Susana Díaz para llegar a la secretaría general del PSOE, pero el entorno del italiano asegura a El Huffington Post que Díaz le ha generado expectativas positivas tras el vacío de poder por la salida de Pedro Sánchez. El contenido de este encuentro (donde se ha tratado desde el impacto de la austeridad en el sur de Europa, la reivindicación de que las políticas sociales no computen para la reducción del déficit o la necesidad de abordar la crisis migratoria con un plan de desarrollo en África) confirma que la agenda de Díaz en Bruselas no ha sido – ni mucho menos - solamente regional. Ambos se han hablado en italiano y español, respectivamente, y han recurrido a los intérpretes en momentos puntuales.
La reunión con Martin Schulz, socialista y presidente saliente del Parlamento Europeo – hace pocos días anunció que se presentará a las elecciones alemanas el próximo otoño – se ha visto trastocada precisamente por los nuevos planes de Schulz y sólo ha durado diez minutos. El alemán, que ya está a otra cosa, se ha marchado para despedirse del conjunto de eurodiputados socialistas, reunidos hoy en sesión plenaria en su tradicional sala Anna Lindh, llamada así en honor a la política sueca que murió asesinada en 2003.
UNA EXHIBICIÓN DE ARROJO
En su discurso ante el grupo socialista europeo – un espacio reservado habitualmente para líderes nacionales - Díaz ha hecho una exhibición de arrojo, hablando sobre las crisis de Europa – que ha centrado en el impacto social de la crisis económica, la crecida de los populismos y nacionalismos y el drama de los refugiados – con pocos detalles pero sin leer una sola línea, a pesar de tratarse de asuntos con los que no lidia a diario en el Palacio de San Telmo en Sevilla. Lo ha hecho en español, recurriendo a los servicios de interpretación de la casa – es costumbre por otro lado el uso de la lengua materna en este foro –pero ni siquiera ha arrancado con un protocolario good morning o bonjour.
"Es una mujer fuerte, tenaz y combativa", ha dicho para introducirla Pittella, quien ha sido confirmado hoy por su grupo como candidato para la presidencia del Parlamento Europeo en sustitución de Schulz (la elección está prevista a mediados de enero).
Ramón Jáuregui, se ha referido a Díaz como "una compañera con una gran potencialidad en España". Y el histórico eurodiputado alemán, Udo Bullmann, le ha espetado: "Susana, se te nota que tienes mucho valor", para más tarde recalcar "es una vergüenza lo que se ha hecho en el sur de Europa". El encuentro ha quedado ensombrecido por la escasa concurrencia, con una presencia de menos 40 eurodiputados – 14 españoles – de un total de 187.
Susana Díaz también se ha reunido con la Alta Representante para la Política Exterior de la UE y vicepresidente de la Comisión, Federica Mogherini, con quien ha abordado la crisis migratoria y la gestión de la crisis de los refugiados. Antes de partir ha intercambiado impresiones con Corina Cretu, responsable de política regional en la Comisión y el influyente comisario de Asuntos Económicos, el francés Pierre Moscovici, una figura clave en la decisión de no multar a España por el incumplimiento del déficit. "Ese oxígeno [en relación a la paulatina relajación de la austeridad en Europa] tiene que llegar a las comunidades autónomas para afrontar los gastos de educación y sanidad fundamentalmente", ha afirmado Díaz en Bruselas.