Cañizares defiende "la bondad" de Barberá en su funeral en presencia de Aznar y Camps
"Que no se hagan más víctimas, que no se siente a nadie en el banquillo de los medios". Así se ha manifestado el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, en la misa funeral por la exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, celebrada este lunes en la Catedral de Valencia.
Entre los asistentes, más de 3.000 personas según el Arzobispado, han destacado el expresidente del Gobierno José María Aznar —que ha sido recibido con aplausos—, acompañado de su mujer, la exalcaldesa de Madrid Ana Botella, y otros cargos nacionales como el presidente del Senado, Pío García Escudero; el exministro del Interior y presidente de la Fundación Valores y Sociedad, Jaime Mayor Oreja; y el exministro de Asuntos Exteriores José Manuel García-Margallo.
También han acudido los expresidentes de la Generalitat Francisco Camps y Alberto Fabra, los eurodiputados Esteban González Pons y Pedro Agramunt, el exdelegado del Gobierno Serafín Castellano y el expresidente de las Corts Juan Cotino, entre otros cargos.
A nivel autonómico, en esta ocasión sí han asistido a esta misa en recuerdo de Barberá miembros de la dirección del PPCV, como la presidenta regional del partido, Isabel Bonig; la coordinadora general, Eva Ortiz; y el presidente del PP de la provincia de Valencia, Vicente Betoret.
"AGRADECIMIENTO" A LOS VALENCIANOS
Tras el funeral, que ha sido presidido por el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, una sobrina de Barberá ha leído una carta a la exalcaldesa y ha dado su agradecimiento "más sincero" a los valencianos por "la cantidad de gestos de afecto", lo que, a su juicio, "demuestra que existe bondad entre tantas muestras de odio y venganza".
"Gracias a los miles que habéis hecho cola durante horas en el Ayuntamiento y en la puerta de su casa para ofrendarle flores, y gracias también a los que habéis abarrotado esta Catedral dos veces", ha manifestado, para subrayar: "Sois parte de la familia, su familia valenciana".
Por este motivo, la sobrina de la exalcaldesa ha asegurado que la ciudadanía ha "conseguido que la familia encuentre consuelo" al saber que Barberá "estará feliz en el cielo viendo estas muestras de cariño". "Conseguís que pensemos que de verdad hay gente buena en el mundo", ha aseverado.
"LA MALDAD NO CONOCE LÍMITES"
Frente a esta postura, ha denunciado que "la maldad de la condición humana no conoce límites", en referencia a las críticas suscitadas por Barberá. A pesar de ello, ha reivindicado la importancia de que sea recordada "tal y como era: feliz, vital y entregada a los valencianos".
Previamente, el cardenal Cañizares ha rezado porque "el Señor no tenga en cuenta sus faltas" y la exalcaldesa "vea perdonados sus pecados". También ha coincidido con la sobrina en instar a que su muerte "no sirva para crear división y enfrentamiento ni para sentar a nadie en el 'banquillo de los medios' (de comunicación)".
En definitiva, "que busquemos el bien de la ciudad más allá de intereses particulares sin juicios temerarios, odios y venganzas" y "que ella nos ayude a cambiar como necesitamos tan urgentemente, y a crear hombres nuevos", ha expresado.
El purpurado ha pedido con estas palabras que, tras su fallecimiento, su figura se vea "fortalecida" y así "sea aún más si cabe la alcaldesa y servidora a Valencia que era".
"SIEMPRE SERÁ NUESTRA ALCALDESA"
De esta forma, Antonio Cañizares ha asegurado que Rita Barberá "siempre será nuestra alcaldesa" y ha abogado por que la gente "se vea empapada de su ternura: aprendamos de ella a acoger y darnos a todos". "Por la bondad de nuestra hermana, por su trabajo extenuante y por vivir solo por sus conciudadanos, a los que dedicó su vida sin descanso", ha agregado.
Son características que, para el cardenal, demuestran que "la tiniebla de su muerte queda disipada por su luz", que "es Cristo quien vivió en doña Rita" y que "fue y se sintió hija de la fe". "Lo vivía y sufría en los hechos de cada día por esa entrega y dedicación incansable que le caracterizaba y que alentó su vida", ha subrayado.
SE ENFRENTÓ A UNA "CONDENA INJUSTA"
El titular del Arzobispado ha incidido también en que la exalcaldesa "siempre sirvió para el bien común" y que lo hizo "más allá del interés general", pues a su juicio esto es algo que "camufla el verdadero bien". Además, ha remarcado que tuvo que hacerlo "tras la condena injusta de los poderes de este mundo, muchos de ellos infernales".
"Confieso con toda sencillez que cada día su partida pesa más y se afianza su perdón ante las injusticias tan graves que con ella se cometieron", ha manifestado, para ilustrar que "en la mansión de Dios ya no encontrará tristeza o llanto, tan solo amor permanente", pues está "en el lugar de los justos y honrados".
La misa funeral —en la que un hombre ha tenido que ser atendido por una lipotimia— ha concluido con cánticos, la tradicional homilía y el himno de la Mare de Déu dels Desamparats, patrona de Valencia, seguido de gritos de 'Viva Rita' y un largo aplauso de más de un minuto, con todos los asistentes en pie.