Penélope Cruz: "El cine, más que con ayuda, se ha encontrado con muchas trabas"
Han pasado 18 años desde que Penélope Cruz se convirtió en la actriz Macarena Granada en La niña de tus ojos y ese mismo salto temporal es el que presenta Fernando Trueba en la continuación de la película, La reina de España, que se estrena este 25 de noviembre.
La cinta cuenta el regreso a España de Macarena Granada tras triunfar en Hollywood para interpretar a Isabel la Católica en una película. No será un rodaje cualquiera, sino una de las superproducciones americanas rodadas en la península al terminar el bloqueo internacional a la dictadura, como lo fueron El Cid o 55 días en Pekín.
A pesar de los paralelismos que se pueden establecer con su personaje —ambas desarrollan una carrera en Estados Unidos, ambas han alcanzado la fama internacional y ambas tienen un Oscar en su haber—, Penélope Cruz deja claro que ella nunca se ha ido. "Su vida ha sido bastante distinta a la mía", asegura en un encuentro con un reducido grupo de periodistas en Madrid. "Tuve la suerte de poder irme con un billete de ida y vuelta (...) No sabía si iba a ser la primera y la última película que iba a hacer allí, pero luego surgió otra, luego otra... pero siempre sabía cuál era la fecha de vuelta a mi país".
El rodaje ha supuesto el reencuentro de gran parte del equipo de 1998. A la piña formada por Antonio Resines, Jorge Sanz, Santiago Segura, Loles León, Rosa María Sardá, Neus Asensi y Jesús Bonilla se han sumado caras nuevas, como Javier Cámara, Chino Darín, Ana Belén, Arturo Ripstein y los actores internacionales Mandy Patinkin, Clive Revill y Cary Elwes.
"Ha sido precioso. A lo largo de los últimos años Fernando me comentó alguna vez que tenía la idea de volver a juntarnos a todos. Me llegó a contar la historia y hace un par de años nos reunimos todos en su casa, nos dio el guión y la cosa se puso en marcha", explica Penélope Cruz. "También en eso Macarena es diferente. Ella a esos amigos no los ha visto en todos estos años pero yo siempre había visto a unos o a otros".
Asegura que nunca se ha sentido la reina de España, aunque reconoce que nota "mucho cariño por parte de mucha gente y eso claro que se agradece". Tampoco siente presión por el precedente de los siete premios Goya que cosechó La niña de tus ojos: "La película funcionó muy bien y tiene muchos fans, pero creo que La reina de España por sí sola, incluso para la gente que no haya visto la anterior, tiene mucho atractivo y cuenta una historia que puede interesar a muchas generaciones".
HOMENAJE AL CINE
Penélope Cruz se enfrentó a un gran reto en una de las escenas de la película: cantar. "Siempre me da mucho miedo. Lo hice en Nine y esa era la primera vez en la que me enfrentaba a un número musical. Fueron muchos meses de preparación que creo que me han servido para poder cantar ahora", recuerda.
"Pensaba que me iba a doblar la misma mujer que me dobló en la primera. Fernando quiso que lo probáramos y decidió que quería que lo cantara yo. Ese día estaba sudando en el estudio... él dijo que no me había visto nunca tan nerviosa, pero lo de cantar te pone en un sitio muy vulnerable, muy desnuda", rememora Cruz.
A pesar de los nervios, disfrutó la experiencia: "Luego rodamos el número usando el playback con mi voz. Es una de las escenas que más me gustan en la película porque me encanta cómo Fernando lo ha rodado y me encanta el homenaje al cine que hay ahí (...) Me parece que enseña un poquito el maravilloso caos que hay en los rodajes".
Pese a esa parte bonita de la profesión, la de Alcobendas también reflexiona sobre las sombras. Al comparar la situación del cine español en tiempos de La niña de tus ojos con la actual, opina que "en lugar de mejorar, realmente ha ido a peor": En los últimos años el cine, más que con ayuda, se ha encontrado con muchas trabas. Incluso en algunas ocasiones diría que con zancadillas. Es una profesión de la que podrían vivir muchísimas personas; es cortarle las alas a algo que da trabajo".
Ha sido niña y reina y ahora espera un nuevo encargo para su personaje: "Fernando ya tiene una historia en la cabeza de dónde ve a estos personajes y no sé si en ocho, diez años, nos podremos volver a juntar todos y hacer una tercera parte. A mí me encantaría".
EN OTRA DIRECCIÓN
Tras dejar la corona de Isabel la Católica, Penélope Cruz se meterá en la piel de la periodista Virginia Vallejo en Escobar, película de Fernando León de Aranoa en la que por primera vez compartirá pantalla con Javier Bardem siendo ya pareja. "Llevo varios meses practicando el acento colombiano para tenerlo bien en español y pasarlo luego al inglés", apunta.
Después se montará en el Orient Express junto a Johnny Depp y más adelante se pondrá a las órdenes del iraní Asghar Farhadi de nuevo junto a Bardem: "Estará ambientada en España, todavía no sabemos dónde (...) Es un privilegio poder trabajar con él porque Una separación es de las mejores películas que he visto".
Sin embargo, tiene otras metas más allá de la interpretación. "Sí es verdad que el tema de la dirección me llama muchísimo la atención", reconoce. "Me recuerdo con 16 años en el bar de la Gloria diciéndole a Almodóvar: 'En realidad lo que quiero hacer es dirigir' y él me decía: 'Hazlo, pero hazlo ya, no esperes'. Tengo esas imágenes grabadas, de estar diciéndole eso a las dos de la mañana". Aunque ahora no se ve preparada para enfrentarse a un largometraje vaticina lo siguiente: "El día que lo haga me imagino bloqueando dos, tres años de mi vida para hacerlo en condiciones. De aquí a ocho años a lo mejor sí".
Pese al escenario nocturno de sus conversaciones con Pedro Almodóvar, Penélope Cruz aclara: "En realidad me cuidaba mucho. Nunca fui de salir hasta las tantas, ni de ponerme hasta arriba de nada, no me gusta beber, odio las drogas...".
Para ella es clave que su familia supiera darle información desde bien pronto para tomar ella las decisiones que menos daño pudieran hacerle: "Siempre que se me acerca una niña de 15 años, 16, que a veces te paran y te dicen 'Por favor, un consejo', siempre les doy ése porque sé que no me equivoco: que se cuiden".
La actriz también es defensora de la cautela ante internet y las redes sociales y de hecho sólo mantiene una cuenta de Instagram. "Yo le daría al botón de rebobinar y me quedaba un rato más en los 90". Con nostalgia, asegura que "ya nadie escribe cartas. Todo va tan rápido que casi no nos tomamos la molestia de terminar las frases que estamos escribiendo. A mí esto me da muchísimo vértigo y pena (...) Empiezo a entender a mis abuelas".
"Creo que es necesario para la salud mental tener el papel, el libro. Todo eso se va al carajo y a mí me angustia", insiste. "Mi esperanza es que luego la gente quiera recuperar las cosas que no ha tenido tiempo de vivir".