Nos colamos en una fábrica de Lush: así se hacen sus productos
¿Siempre has querido saber cómo se hacían los productos estrella de Lush?
Los compañeros de la edición británica del HuffPost han visitado las fábricas de Lush en Poole (Inglaterra) para ver cómo se fabrican algunos de sus productos más vendidos, como las bombas de baño, los jabones, los geles y las mascarillas faciales.
Las tiendas Lush son de por sí coloridas y tienen un olor intenso, pero lo de la fábrica alcanza unos niveles dignos de Willy Wonka (por cierto, los productos no se pueden comer, por muy bien que huelan).
Para hacer sus legendarias bombas de baño utilizan una especie de batidoras gigantes en las que se mezclan los polvos con las fragancias, los colorantes y los ingredientes frescos, como, por ejemplo, el aguacate.
La mezcla final se coloca a mano en moldes de plástico individuales (y reutilizables) en los que se deja reposar durante la noche en salas con calefacción o refrigeración.
Lush cuenta con varios equipos de creadores que aportan ideas para fabricar productos únicos y con un perfumista principal encargado de dar a cada creación un aroma que influya en el estado de ánimo.
Lush, tal y como se conoce hoy en día, abrió su primera tienda en 1995, aunque los fundadores de la compañía llevaban haciendo sus pinitos en el mundo de la cosmética desde finales de los setenta.
En estos 21 años, la empresa ha crecido y ha pasado de ser una tienda única ubicada en Poole (Dorset, Reino Unido) a poseer 933 establecimientos con unos 11.000 trabajadores en 49 países del mundo.
Como en Lush no utilizan los métodos publicitarios tradicionales, todo su éxito se debe al marketing a través de las redes sociales y el boca a boca.
Son los clientes fieles los que mantienen vivo y hacen crecer el negocio. Precisamente por eso en Lush se toman en serio las críticas constructivas.
Los sueños de los clientes se hacen realidad en la Lush Kitchen. ¿Te gustaría tener tu bomba de baño favorita en formato gel? El personal de Lush se encarga. Además, cada semana pone a disposición de los compradores un menú de productos descatalogados y de artículos hechos a medida.
En Lush también atendieron a quienes les pedían más productos aptos para veganos. Actualmente, alrededor del 70% de sus productos están aprobados por la Vegan Society y el 100% de la gama está aprobada por la Vegetarian Society.
Además del bienestar animal, la sostenibilidad es otro de los principios fundamentales de Lush. Aproximadamente el 40% de sus productos no llevan ningún tipo de envase y se anima a los clientes a reciclar los botes negros de los productos envasados con promociones y descuentos.
"Somos muy cuidadosos con todo lo relacionado con el origen de nuestros ingredientes y compramos productos orgánicos y de comercio justo siempre que podemos", explica al HuffPost la responsable de compra ética de Lush, Gabbi Loedolff.
"Siempre intentamos trabajar directamente con los agricultores o los productores y todos los ingredientes que compramos deben cumplir los requisitos de nuestra política contra el testado en animales".
En 2010, Lush creó la Fundación Slush (SLush Fund en inglés) para ayudar a las personas que se dedican a la producción de estos ingredientes.
La marca dona un 2% de lo que invierte en productos frescos y en envases para impulsar proyectos regenerativos y de agricultura sostenible y ya ha logrado reunir 1,2 millones de libras (1,35 millones de euros) que se han utilizado para el desarrollo de 32 proyectos en 19 países hasta la fecha.
Si quieres más información sobre la Fundación Slush y los proyectos que respalda Lush España, haz clic aquí.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición de Reino Unido de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Lara Eleno Romero.