Ocho trucos infalibles para acabar con las humedades del sótano
Olor intenso, manchas de agua, salitre, paredes y techos con moho y hongos… Es habitual que los espacios soterrados de las viviendas —o los que lindan con jardines y zonas al aire libre— sufran problemas de humedad por capilaridad, una de las más difíciles de tratar. Sin embargo, hay sistemas técnicos efectivos para hacerla desaparecer y evitar que vuelva a salir.
Te explicamos cuáles son y damos respuesta a las preguntas más frecuentes en torno a este problema tan recurrente, que puede llegar a ocasionar problemas de salud.
¿DÓNDE APARECE?
En las plantas bajas, los sótanos y entresuelos… en definitiva, en todos esos espacios que están por debajo del nivel de la calle o volcados a un jardín. Se trata, de hecho, de zonas vulnerables donde se producen la mayor parte de las humedades por capilaridad. Además, en edificios muy antiguos, que no cuentan con una adecuada impermeabilización de los cimientos, el problema se agudiza.
¿CUÁLES SON LAS SEÑALES?
Los primeros signos empiezan por las paredes. Las humedad procedente del suelo asciende por ellas y las deteriora poco a poco, haciéndose visible a través de manchaS, desprendimiento de la pintura o abombamiento del revoco.
Cuando las humedades por capilaridad no son tratadas adecuadamente, además de provocar la aparición de moho y hongos, pueden debilitar gravemente los cimientos. En el caso del ladrillo, lo termina deshaciendo.
¿SE PUEDE PREVENIR?
No resulta fácil evitar este tipo de humedad. Es importante atacarla desde su raíz de inmediato. No sirve poner parches momentáneos y remedios estéticos, porque, aunque estas humedades tienden a desaparecer temporalmente en los meses de calor, una vez que empiezan las primeras lluvias reaparecen.
¿CÓMO REALIZAR UN DIAGNÓSTICO?
Para realizar este trabajo lo mejor es contactar con una empresa especializada, que previo estudio de la vivienda, hará un “mapa de lesiones”, determinando dónde se producen las manchas o el moho y el salitre (los puntos negros).
Planteado el diagnostico, se definirá una estrategia con los pasos que se deben seguir. Es decir, el profesional presentará un proyecto con todas las mediciones y las actuaciones pertinentes.
¿ES FÁCIL DETERMINAR LAS CAUSAS?
Conocer de dónde viene el origen de la humedad no es sencillo. Puede deberse a un hecho puntual, como la rotura de canalizaciones o de una arqueta de aguas fluviales que pase por debajo de la vivienda. Pero si el episodio se repite de manera periódica, el origen suele estar en el subsuelo y, probablemente, se debe a infiltraciones exteriores (agua de lluvia, deshielo, etc.), que es absorbida por los materiales de construcción.
¿CUÁLES SON LOS PROCEDIMIENTOS HABITUALES?
En casos de humedad por capilaridad, los tratamientos que más se suelen emplear son esencialmente dos. El primero consiste en inyectar resinas hidrorepelentes en el muro para formar una barrera impermeable. Se practican una serie de taladros en la zona baja de la pared, en varias hileras. En estos agujeros se introduce el producto a presión: una resina que tapona los capilares y bloquea la humedad. Se puede aplicar en muros de ladrillo macizo, con cámara de aire, de piedra y mampostería, etc.
La electroósmosis inalámbrica es otra de las soluciones más utilizadas. Se trata de una deshumectación de la zona afectada por medio un dispositivo electrónico: una especie de centralita que se coloca en la pared. Este sistema se basa en el principio físico de electroósmosis, por el que se invierte la polaridad de las partículas del agua para frenar la ascensión de humedad en la mampostería.
Es un método no invasivo, ya que el aparato electrónico es inalámbrico y se coloca en el muro sin hacer obra. Además, no interfiere con el resto de los dispositivos que se tengan en la vivienda.
¿HACE FALTA REALIZAR OBRAS DESPUÉS?
Una vez solucionada la humedad, el trabajo requiere un último paso de saneamiento. La restauración estética es siempre necesaria y suele conllevar obra, aunque a veces esta sea mínima. Para ello, cuando se ha secado totalmente el agua, las paredes se rehabilitan con morteros especiales microporosos y pinturas antihumedad como medida de prevención y protección.