Madonna: "Si votáis por Hillary Clinton, os haré una mamada. Os prometo que soy muy buena"
La cantante Madonna es muy fan de Hillary Clinton. Y ha demostrado que, con tal de echarle un cable en su asalto a la Casa Blanca, está dispuesta a casi todo. El mejor ejemplo lo dejó el pasado martes en el Madison Square Garden de Nueva York, donde actuó de telonera de su amiga Amy Schumer.
La reina del pop, de 58 años, no se anduvo por las ramas: se ofreció a practicar sexo oral a todos los hombres que votasen a Clinton como presidenta de los EE UU.
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Rituales para el sexo tántrico
Un rotundo “sí” a los preparativos. El ambiente, los aromas, música, iluminación suave. Rodéate de belleza, ¡el tantra es la celebración de todos los sentidos! La suavidad de la piel luego de un baño hace maravillas…
Los ojos son el espejo del alma, y cuando miramos profundamente a los ojos de nuestro amante, miramos su alma. Relájate y mira amorosamente a tu pareja, no cierres los ojos, conéctate con su interior.
Respira al mismo ritmo, entrégate al mismo paso. Comienza despacio, luego, a medida que el placer crece, acelera el ritmo. Cuando la respiración encuentra el ritmo, los cuerpos se mueven a ese mismo ritmo.
Cuando colocas tu mano en el pecho de tu amor, estás creando una conexión energética directa con su corazón. Nada más profundo, y a la vez vital, que sentir los latidos de dos corazones unidos, mientras la pasión aumenta.
Si estás dispuesto a vivir una experiencia diferente y profunda, anímate a explorar diferentes sensaciones, sin llegar a la penetración. Puede no ser fácil al principio, pero practicarlo será muy placentero.
Es importante reconocer los músculos que están presentes durante el orgasmo. A medida que utilices tus músculos de manera más consciente, tus orgasmos serán más controlados y satisfactorios.
Cuando aprendes a reconocer tus músculos, también aprendes a dominarlos. Recuerda que el sexo tántrico es una invitación a prolongar el encuentro sexual, cuando llegues a tus límites, cambia de ritmo para prolongar el placer.
Mientras te dedicas al placer, deja que tu mente también se relaje y disfrute. Que la atención esté dirigida a gozar del sexo y de la magia del momento.
El orgasmo no debe ser el final, la misión por cumplir. Aprende a disfrutar y cabalgar sobre las olas de los sentidos, y el placer durará mucho, mucho tiempo.