Madrid estrena exposición sobre Alfred Hitchcock: 32 curiosidades del maestro del suspense
Muchos saben quién es el maestro del suspense incluso si nunca han visto una película de Alfred Hitchcock. Algo difícil, ya que es uno de los cineastas más prolíficos y populares de todos los tiempos, con 56 cintas entre las que destacan obras maestras tan variadas como Rebecca, Psicosis y Con la muerte en los talones.
Para rellenar los huecos en el conocimiento de esta importante figura de la historia del cine, el Espacio Fundación Telefónica de Madrid estrena Hitchcock, más allá del suspense (hasta el 5 de febrero de 2017), una exposición dedicada al cineasta y dividida en cinco secciones que exploran sus temas, sus técnicas y su figura.
A lo largo del recorrido de la muestra se desvelan curiosidades sobre el director británico y por qué se ha convertido en una figura tan importante para el cine. En El Huffington Post hemos recopilado algunas, junto a otras memorables anécdotas de sus rodajes, su nociva relación con sus actrices y su lucha contra la censura.
Los Hitchcock durante un rodaje en los años 60.
Diseños de Christian Dior y Balenciaga para las protagonistas de Vértigo y Los pájaros, expuestos en el Espacio Fundación Telefónica.
- Su carrera es una de las más prolongadas y variadas de la historia del cine porque vivió todas sus fases. Nació en el siglo XIX (1899) y presenció el origen de la industria cinematográfica, el paso del mudo al sonido y del blanco y negro al color. Incluso probó técnicas televisivas en Psicosis y rodó Crimen perfecto (1954) en 3D, aunque se estrenó cuando la primera moda de este efecto estaba decayendo, y tuvo que admitir que "fue una maravilla que duró nueve días" aunque hubiese llegado el noveno. Al final de su vida empezaba a apuntarse el nacimiento de los efectos especiales modernos y del blockbuster veraniego.
- Se crió en una familia católica que regentaba una tienda de pollos y verduras en Leytonstone, cerca de Londres (Reino Unido). La muerte de su padre le obligó a dejar los estudios y a ponerse a trabajar en una empresa de telegrafía, aunque siguió dando clases de historia del arte, dibujo y pintura. Después trabajaría como dependiente y diseñador.
- Su madre fue una figura dominante en su vida, algo visible en algunas de sus películas. Cuando le preguntaron cómo acabó desarrollando un imaginario tan macabro, el propio Hitchcock dijo: "Creo que mi madre me asustó cuando tenía tres meses. Dijo '¡bu!' y me dio hipo. Aparentemente, se quedó muy satisfecha. Todas las madres lo hacen. Así es como empieza el miedo en todos nosotros".
- Su encuentro con el cine comienza en 1920, cuando la productora británica Famous Players lo contrata para hacer títulos e intertítulos de cine mudo. En años siguientes fue rotando por otros departamentos, entre ellos Guión, Dirección de Arte y Vestuario. Incluso trabajó brevemente en Alemania en pleno auge del Expresionismo alemán que después tanto le influyó.
- Sus primeras películas, El jardín de la alegría (1925) y El enemigo de las rubias (1927), ya contienen sus grandes temas, presentes en su obra hasta el final de su vida: el voyerismo perverso, la inquietante fascinación por las mujeres de cabello claro y el hombre acusado injustamente.
- A los 27 años se casó con la que sería su compañera de por vida, Alma Reville, guionista, editora y ayudante de Dirección, que tendría una gran influencia en su carrera. Era sólo un día más mayor que él.
- Según recoge The Telegraph, era conocido que el matrimonio Hitchcock no incluía sexo, y según IMDB, el director no podía soportar la visión de su mujer embarazada. Sólo tuvieron una hija, Patricia Hitchcock, que apareció en varios capítulos de la serie Alfred Hitchcock Presenta y en tres de sus películas: Pánico en la escena (1950), Extraños en un tren (1951) y Psicosis (1960).
- Hitchcock sentía terror hacia la Policía por un castigo que le impuso su padre cuando era niño: le mandó a comisaría con una nota en la que pedía al sargento que lo encerrara durante 10 minutos. Después del encierro, le dejó marchar diciendo: "Esto es lo que le pasa a la gente que hace cosas malas".
- Pero la auténtica fobia de Hitchcock era a los huevos, a pesar de ser un gran comilón. "Me dan miedo, peor, me dan asco. Esa cosa blanca y redonda sin agujeros... ¿Has visto alguna vez algo tan repugnante como la yema rota vertiendo ese líquido amarillo? La sangre es alegre, roja. Pero la yema de un huevo es amarilla, repugnante. Nunca la he probado", dijo en una ocasión.
- Los 39 escalones es la primera película que hace uso de un recurso narrativo típico de la filmografía de Hitchcock: el MacGuffin, un objeto que todos los personajes persiguen pero que podría ser sustituido por cualquier otra cosa. Según el director, fue el guionista Angus McPhail quien acuñó el término. Un MacGuffin llevado al extremo puede verse en Con la muerte en los talones.
- Rebecca, su primera película para Hollywood, contiene un sutil tono homoerótico a través de la figura de la maligna ama de llaves. No es la única película de Hitchcock en explorar este subtexto, presente también en La soga, Extraños en un tren y Con la muerte en los talones.
- Aunque ya había hecho un cameo en El enemigo de las rubias, Easy virtue, Chantaje, Asesinato, El hombre que sabía demasiado, Los 39 escalones, Sabotaje, Inocencia y juventud y Alarma en el expreso, desde que empieza a rodar en EEUU convertirá estas apariciones en algo obligado, sin faltar una sola vez. Pero los concentraba en los primeros 15 minutos para no distraer a la audiencia.
- Su segunda película al otro lado del Atlántico, Enviado especial, fue aclamada por el propagandista nazi Joseph Goebbels.
- El director era una persona complicada que se enfrentó de forma explosiva con varios de sus colaboradores. Una de las relaciones más tormentosas que estableció fue con Raymond Chandler, guionista de Extraños en un tren. Chocaban en lo importante —Hitchcock se centraba en la potencia de las imágenes y el novelista en el desarrollo psicológico de los personajes—- y el ego del director y el alcoholismo del escritor agravaban el tema. En una ocasión en que el cineasta fue a reunirse con él, Chandler se burló de Hitchcock en público, señalando: "¡Mira al puto gordo tratando de salir del coche!"
- A partir de 1945, Hitchcock quiso que sus películas reflejaran las modas de su época y fichó para sus cintas a creadores de primera línea de todos los ámbitos, ingeniería, arquitectura, modistos y artistas de la talla de Picasso o Dalí.
- En los rodajes protagonizó memorables escenas. Cuando terminaba el té, tiraba el plato y la taza por encima del hombro, cayera donde cayera. Muchos recuerdan las frecuentes bromas y malas jugadas a las que sometía a otros miembros. Durante Los 39 escalones, fingió que había perdido las llaves de las esposas y dejó a los protagonistas atados durante horas.
- Hitchcock pasó toda su vida batallando contra la censura. En ocasiones, como los fuegos artificiales de Atrapa a un ladrón o el tren entrando en el túnel en Con la muerte en los talones, se vengó empleando una irónica metáfora visual muy sexual. Pero su mayor victoria fue en Psicosis: aunque tuvo que cambiar algunos planos, consiguió imponerse en lo importante, la escena de la ducha, y fue la primera película que mostró la cadena de un váter en funcionamiento y el primer póster en el que una gran estrella aparecía en sujetador. Para cuando realizó la violenta y sexual Frenesí, la censura era mucho más permisiva y solo tuvo que grabar planos alternativos para las emisiones televisivas.
- Ian Fleming, creador de James Bond, quiso que Hitchcock dirigiera la primera adaptación de su obra, con Cary Grant como protagonista. Director y actor trabajaron juntos en una amable parodia del género en Con la muerte en los talones.
- En sus comienzos profesionales, Hitchcock constituyó una sociedad cuyo único objeto era dar a conocer a la prensa las noticias referentes a él mismo. Décadas después consiguió convertirse en una gran estrella gracias a la serie Alfred Hitchcock Presenta, que lo introdujo en la tele de hogares de EEUU. Consciente de la importancia de la publicidad, el director prestó su nombre a varias publicaciones y convirtió su silueta en una imagen universalmente reconocible.
- El control de todos los aspectos de la película era imprescindible para Hitchcock, desde la cámara, para la que dibujaba detallados planos de movimiento, hasta el storyboard, la música y, por supuesto, el guión. Una de las consecuencias de tan meticulosa preparación es que detestaba grabar en exteriores, ya que el control que ejercía desde el estudio era total. Su negativa a los escenarios naturalistas acabó dejando su cine obsoleto a finales de los 60.
- Su obsesión por el control y su notoriedad lo llevaron a dar un paso más allá en Psicosis. Compró de su propio bolsillo todos los ejemplares del libro en que se basaba para que nadie pudiera leerlo y se arruinase la trama antes de ver su película y protagonizó la campaña promocional de la cinta: en la cartelería y los tráilers a veces no aparecían imágenes de la propia Psicosis, sino de él.
- Seguro del éxito que tendría el thriller sobre Norman Bates, renunció a su salario estándar de 250.000 dólares en favor del 60% de los beneficios netos de la película. Ascendieron a más de 15 millones.
- La famosa escena de la ducha aterrorizó a la propia actriz, Janet Leigh, que a partir de entonces evitó ducharse si podía evitarlo. Y, si no había alternativa, dejaba la puerta y la cortina abiertas y vigilaba constantemente la puerta.
- Aunque la relación con sus actrices rubias siempre fue obsesiva y llena de represión sexual, ya que controlaba hasta lo que comían y qué pintalabios se ponían, empezó a desmadrarse en Psicosis, como retrata el biopic en que lo interpreta Anthony Hopkins (Hitchcock).
- Pero fue en su siguiente película cuando perdió el control de su obsesión. Los pájaros, además de una obra maestra del terror y de los efectos especiales, constituye la cinta más oscura de Hitchcock a nivel personal. Muchos recuerdan la enfermiza relación que el director desarrolló con la joven protagonista, Tippi Hedren, una modelo que debutaba en el cine y a la que acosó y atormentó durante el rodaje. Ella llegó a llamarle "gordo marrano" después de que Hitchcock le pidiera que le tocara.
- La actriz Melanie Griffith, hija de Hedren y que entonces tenía solo cinco años, recuerda que Hitchcock le envió como regalo una muñeca vestida y maquillada como su madre en la película dentro de una caja de madera que parecía un ataúd. "Era un tipo muy raro", contó la estrella.
- Aunque había firmado un contrato exclusivo con Hitchcock, Hedren hizo solo una película más con el cineasta: Marnie, donde sometió a su personaje a una violación y que constituye una de las cintas más misóginas del director. Nunca volvieron a trabajar juntos pero tampoco le permitió trabajar para otros. Hedren asegura que hizo despegar su carrera a la vez que la arruinaba. La película La chica retrata la perturbada relación del británico con la actriz.
- A mediados de los 60, con las nuevas modas cinematográficas que llegaban de Europa, Hitchcock quiso rejuvenecer su cine y trató de convencer a Bernard Hermann de que le compusiera música pop para Cortina rasgada. El músico le contestó: "Mira, Hitch, no puedes saltar más allá de tu propia sombra. Y tú no haces películas pop. ¿Qué es lo que quieres de mí? Yo no escribo música pop".
- Hitchcock sentía gran admiración por Luis Buñuel, aunque su película favorita era Las tres luces (1921), del alemán Fritz Lang. De las suyas, su preferida era La sombra de una duda (1943) y la que menos le gustaba, Champagne (1928).
- Aunque fue nominado al Oscar cinco veces, seis a los premios del Sindicato de Directores y tres en el Festival de Cannes, nunca ganó ninguno de estos galardones. Sí recibió el Oscar Honorífico en 1968, cuando ofreció el discurso de agradecimiento más corto de la historia: "Muchas gracias, de verdad".
- Una década después recibió también el premio honorífico a toda una carrera del American Film Institute. En su discurso de aceptación, hizo un conmovedor homenaje a su esposa, entonces ya gravemente enferma. Solo deseo mencionar por su nombre a cuatro personas que me han brindado gran afecto, aprecio, ánimos... y su constante colaboración. La primera de ellas edita películas, la segunda es guionista, la tercera es la madre de mi hija y la cuarta cocina tan bien que hacía milagros en una cocina doméstica normal. Y sus nombres son Alma Reville. Si la hermosa señorita Reville no hubiera aceptado el contrato de por vida y sin otras opciones de ser la señora de Alfred Hitchcock hace 53 años, el señor Alfred Hitchcock estaría esta noche en la habitación, no en esta mesa, sino como uno de los camareros que sirven mesas ahí abajo.Comparto este premio, como he compartido mi vida, con ella.
- En una entrevista en 1963, Hitchcock confesó: "Me dan miedo mis propias películas. Nunca las veo en cine. No sé cómo la gente puede soportar verlas".