Cómo se hace realmente el café soluble
En estos días del elitismo del café, optar por la modalidad instantánea no siempre está muy bien visto. Pero eso no significa que el café soluble no tenga sus fans (los padres suelen estar entre ellos…).
Mientras que el café instantáneo es un regalo del cielo a la hora de cocinar por su fuerte sabor, su textura seca y su capacidad de disolverse, la mayoría de la gente considera su sabor inferior al del café de grano molido.
El café soluble existe desde hace algo más de cien años, pero muy poca gente conoce su proceso de fabricación. Estas son las claves:
En primer lugar, lo obvio: el café instantáneo está hecho de café real. Los granos se tuestan, se muelen y se infusionan antes de empezar su trayectoria hasta llegar a ser soluble. Lo que lo convierte en instantáneo es el momento en que el agua se elimina del producto infusionado, dando lugar a cristales de café deshidratados. Para volver a hacer café basta con añadir agua.
Hay dos métodos de hacer café instantáneo: deshidratación por aspersión y deshidratación por congelación. El primero se consigue pulverizando un concentrado líquido de café como un fino espray en aire muy caliente y seco (a unos 250º C). Cuando el café cae a la superficie, el agua ya se ha evaporado, formando pequeños cristales redondeados.
El café deshidratado por congelación implica más pasos. En primer lugar, el café se reduce hasta un concentrado. El extracto de café se enfría a -6ºC en forma de granizado. El granizado de café vuelve a enfriarse a -40ºC en una bandeja hasta que se forman bloques de café helado que luego se rompen en gránulos. A continuación se envían a una aspiradora de secado, donde el hielo se evapora y quedan gránulos de café instantáneo.
En cualquier caso, aunque seas más de café tradicional, no se puede negar que el café instantáneo utiliza una increíble tecnología. Y si eres del tipo de persona que sí disfruta de una taza de café soluble de vez en cuando, deberías saber dos cosas: que no todas las marcas los fabrican igual y que como café helado está buenísimo.
Este post fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano