Un año de la muerte de Aylan, ¿qué ha cambiado?

Un año de la muerte de Aylan, ¿qué ha cambiado?

AFP

Mañana hace un año de la foto que sacó los colores a Europa. 365 días desde que la inocencia y el futuro de Aylan Kurdi, el niño de tres años que apareció ahogado en la orilla de una playa turca, fueron arrastrados hasta el fondo del mar. Y con ellos, la humanidad de la Unión Europea. La imagen se convirtió en un icono de la crisis de los refugiados y fueron muchos los homenajes que recibieron Aylan y su familia.

Con motivo de este aniversario, la ONG Save the Children ha lanzado este jueves 423 globos de color rojo frente al Congreso de los Diputados para recordar a los niños que han muerto ahogados en el mar Mediterráneo en el último año cuando intentaban encontrar un lugar seguro huyendo de la violencia, la guerra y la persecución en sus países de origen. La organización ha instado por escrito a los grupos políticos a que se comprometan, de cara a la próxima legislatura, a proteger a los niños refugiados promoviendo vías seguras y legales para que puedan llegar a Europa.

El número de niños migrantes y refugiados que llegan a Europa ha ido creciendo en los últimos meses y, en la actualidad, representan el 40% de las personas que cruzan el Mediterráneo. ¿Sirvió de algo la repercusión pública que tuvo la foto de Aylan? ¿Qué ha cambiado desde la muerte de la familia Kurdi?

"Lo más importante es que esa foto cambió la opinión pública por completo", señala a El Huffington Post Maite Pacheco, directora de Sensibilización y Políticas de Infancia de UNICEF Comité Español, "sacudió la moral europea y eso también llegó a los políticos".

"Alemania y Suecia se mantuvieron como un bloque firme a favor de la acogida de los refugiados", explica Pacheco, "a pesar de que en Alemania, por ejemplo, les ha costado la opinión pública". "Hay que valorar su firmeza a pesar de perder votos", añade.

Esto contrasta con la reacción de otros países europeos que han hecho lo posible por evitar la llegada masiva de refugiados a sus fronteras. Sin ir más lejos, Hungría gaseó en más de una ocasión a los demandantes de asilo que trataban de cruzar su frontera.

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A esto se suma, por ejemplo, la decisión del Parlamento danés de confiscar los bienes de los refugiados. El Estado se quedaba, por persona, con el equivalente a 1.340 euros.

Por otro lado, Polonia, tras los atentados de Bruselas en marzo, anunció que no acogería a más refugiados. Además, Rusia y Finlandia decidieron cerrar durante unos meses su frontera norte a extranjeros para evitar su llegada.

Lejos de facilitar la llegada de familias que huyen del horror como la de Aylan, la Unión Europea firmó en marzo un acuerdo con Turquía que suponía un gran cambio en la gestión de la crisis de los refugiados. El pacto consistía en que se devolvería a territorio turco a todo aquel inmigrante ilegal que llegase a alguno de los veintiocho estados miembro. "Esto también removió a la sociedad", explica Pacheco, "el acuerdo quedaría vetado sólo con un voto en contra; le pedimos a Rajoy que votase 'no', podríamos haber sido los salvadores". Pero, finalmente, el acuerdo se votó en bloque y salió adelante.

Desde Amnistía Internacional denuncian que el acuerdo es "temerario" e "ilegal" y señalan que Turquía no es un "país seguro" para los refugiados. En un documento titulado No safe refuge: Asylum-seekers and refugees denied effective protection in Turkey, la organización detalla los defectos del sistema de asilo de Turquía y las dificultades que afrontan las personas refugiadas en ese país. Para Amnistía, el sistema no es sólo "ilegal", sino también "inadmisible".

Pueden esperar años hasta que se estudien sus casos

Destacan las dificultades que tiene el sistema de asilo turco para hacer frente a más de tres millones de solicitantes de asilo y refugiados. Por lo tanto, estos pueden esperar años hasta que se estudien sus casos. Durante este tiempo reciben poca o ninguna ayuda para encontrar alojamiento y sustento para ellos y sus familias. Meses después, estas devoluciones se gestionan lentamente y siguen llegando más refugiados de los que salen.

En España, la situación debería avergonzar a los gobernantes. En 2015, según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado, se denegaron 7 de cada 10 peticiones de asilo examinadas. Esto supone un "grave retroceso" y pone en peligro un derecho humano como el del asilo, según la organización. De 15.000 peticiones que se hicieron en 2015, sólo se resolvieron 3.240. De estas, sólo el 31% fueron concedidas. En la UE la media es del 50%.

Además, seguimos sin cumplir con con el compromiso de acogida de los refugiados. Según los últimos datos del Ministerio del Interior, a fecha de 24 de agosto, han llegado a España un total de 474 refugiados de los 16.000 que nos comprometimos a acoger en Bruselas entre 2016 y 2017. Además el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, confirmó en mayo que el objetivo era que a finales de junio hubiesen llegado 586 demandantes de asilo a nuestro país.

Según Interior, España sería "el quinto país" en reubicar a refugiados. Pero depende de cómo se mire. "Somos el quinto país sólo si contemplamos a los refugiados sirios con los que nos comprometimos en las cuotas", recuerda Pacheco. "A nuestras fronteras llegan muchas otras solicitudes de asilo que se procesan muy lentamente".

Según un proyecto de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la Universidad de la Ciudad de Londres y la Universidad de York al que tuvo acceso el diario alemán Die Welt, no se está haciendo lo suficiente para averiguar el paradero y la identidad de los emigrantes desaparecidos.

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A lo largo de 2015 y en lo que llevamos de 2016, las autoridades han contabilizado 6.600 personas que han perdido la vida en el Mediterráneo. Pero eso son sólo los casos identificados, no los cadáveres anónimos. Además, el estudio concluye que las autoridades de los principales países de acogida no están preparadas para enfrentar esta crisis humanitaria sin precedentes.

ESTADOS UNIDOS CUMPLE

Este lunes se cumplió el objetivo de Barack Obama de acoger en Estados Unidos a 10.000 refugiados sirios este año. Un mes antes de lo previsto. La cifra de demandantes de asilo que ha entrado en el país es seis veces superior a la del anterior año fiscal. Obama ha conseguido cumplir su promesa ante la oposición de muchos políticos republicanos, preocupados ante la posibilidad de que algunos de ellos pudieran planear atentados en EEUU.

Queda mucho por hacer

Según la Casa Blanca, EEUU prevé admitir en el actual año fiscal a al menos 85.000 refugiados de todo el mundo, entre ellos "personas y familias vulnerables de Birmania, República Democrática del Congo, El Salvador, Irak, Somalia y Ucrania". El secretario de Estados de EE.UU., John Kerry, admitió en un comunicado que "queda mucho por hacer para ayudar a aquellos que están dentro de Siria" y para "resolver este conflicto brutal que ha costado demasiadas vidas y ha obligado a demasiadas personas a dejar sus hogares".

El Partido Liberal canadiense, liderado por Justin Trudeau, se comprometió a acoger a 25.000 refugiados si ganaba las elecciones. En abril -seis meses después de llegar al Gobierno- Canadá había acogido a 26.921 refugiados en un programa llamado #Welcomerefugees en colaboración con ACNUR. Una vez que llegan al país, se les orienta, se les concede una vivienda, asesoramiento, clases de idiomas, escolarización de los pequeños...

Uno de los grandes retos de la política de asilo es la posterior integración en los países de acogida. En España, como en muchos otros países, se evalúa el expediente cuando llega. Hay un proceso de acogida en centros de la Administración, centros de estancia temporal -que se prolonga demasiado, según UNICEF- y centros subcontratados de las ONG. Así cumplen una serie de fases de integración, donde les cubren las necesidades básicas los primeros seis meses, luego se les ayuda con la integración en el idioma y la cultura y, finalmente, se les ayuda a encontrar un hogar y un trabajo.

Desde UNICEF, Pacheco denuncia que los plazos de integración son muy cortos: "Si a alguien español le cuesta encontrar trabajo, imagina un árabe sin hablar nuestro idioma, con otra cultura y un trauma porque viene de la guerra. Resulta casi imposible. Seguramente acaben en riesgo de exclusión social".

Esto se puede extrapolar a todos los países de Europa, donde hay obstáculos para la integración y la escolarización de los niños. Además se enfrentan a otro problema: la rotación. Viven cada seis meses en un centro o piso de acogida diferente, lo que prácticamente imposibilita la socialización en un lugar permanente.

"Por si la imagen del cuerpo sin vida de Aylan que avergonzó al mundo no fuese suficiente, un año después los líderes del mundo se siguen negando a actuar", señala Salil Shetty, secretario general de Amnistía Internacional, quien sostiene que en la cumbre de la ONU los líderes mundiales volverán a hacer "declaraciones huecas", mientras que muchos de los niños refugiados "siguen sufriendo".

Shetty sostiene que, hasta que los países ricos no tomen una mayor responsabilidad en la crisis que se está desarrollando ante ellos y se preocupen por la gente que huye de la guerra y la persecución, seguirán "condenando" a miles de niños a "arriesgar sus vidas en viajes desesperados o a ser retenidos en campos de refugiados sin esperanza de futuro".

"La efusión de simpatía por Aylan Kurdi vista el año pasado debe extenderse al resto de innumerables niños refugiados que están en extrema necesidad de ayuda", ha señalado, "es hora de que todos comencemos a tomarnos la crisis de los refugiados como algo personal y mostremos a nuestros líderes que les damos las bienvenidas".

La ONU acogerá a finales de septiembre una cumbre mundial sobre refugiados, propuesta por el secretario general Ban Ki-moon. ¿Recordarán a la familia Kurdi? ¿Se llegará a alguna solución?