El debate se reabre: así es como se debe conducir en una rotonda
El debate se ha reabierto por enésima vez. La semana pasada se conoció el llamado ‘timo de la rotonda’, en el que el estafador provoca un accidente leve en una glorieta para cobrar la indemnización de las aseguradoras. El asunto reavivó una discusión muy recurrente en las carreteras: ¿cómo se debe circular por una rotonda?
El procedimiento del timo es relativamente sencillo. Un coche comienza a dar vueltas y vueltas a una rotonda por el carril externo. Cuando ve que otro conductor que circula por el carril interior señaliza con la intermitencia el cambio de dirección, acelera y provoca un accidente leve, pero de envergadura suficiente como para que los ocupantes del 'vehículo estafador' aseguren que sufren lesiones.
Con el reglamento en la mano, la víctima de la estafa es la culpable porque debe ceder el paso al cambiarse de carril. Muchos conductores participaron en el debate y una muestra de ello es que la noticia publicada por El Huffington Postacumula cerca de 80 comentarios. Un usuario llamado Bautista Flores afirmaba que la información era incorrecta porque en una rotonda se considera “como en cualquier otra vía” y “siempre tiene la culpa el que viene detrás”.
Otro lector, llamado Joaquín Suero, respondía que “lo incorrecto es circular por los carriles centrales si no es para adelantar”, mientras que otra usuaria afirmaba que “en las rotondas el que va por dentro siempre tiene preferencia”.
LAS RESPUESTAS A LA ETERNA GRAN CUESTIÓN
¿En qué quedamos? ¿Cómo se circula por una glorieta? Jorge Rodríguez, experto en tráfico y transportes y jefe de proyectos de Vectio, lo explicó en El Huffington Post. Lo primero que hay que tener claro es que el vehículo que entra en la rotonda debe ceder el paso a quienes circulan ya por ella.
Una vez que estás dentro, los cambios de carril se efectúan respetando la prioridad del vehículo que circula por un carril frente a los vehículos que pretendan ocuparlo. Es decir: si vas por el carril interior y al desplazarte hacia la salida de la rotonda chocas con un vehículo que va por el exterior... la culpa será tuya.
Otro dato importante: hay que salir de la rotonda siempre (pero siempre, siempre) por el carril exterior. Pero ojo, porque técnicamente es incorrecto circular todo el rato por el exterior. "Imaginemos que estás dentro de la glorieta y tu salida es la segunda o la tercera. Deberías ir por un carril interior y desplazarte al exterior únicamente tras la salida previa a la tuya. Antes no", explica Rodríguez.
En cualquier caso, aunque circular siempre por el exterior es técnicamente incorrecto, no es algo sancionable. Lo que sí es incorrecto, y además peligroso, es pasar directamente del carril interior a la salida de la rotonda. Otros vehículos pueden ir circulando por el carril exterior y chocar contigo. Por tanto, debes desplazarte del carril interior al exterior con antelación.
Hace casi dos años, la DGT publicó una infografía que resumía todas estas indicaciones y que rápidamente se hizo viral. Aunque no convenció a todos. Y es que ya se sabe que, en este tema, todo el mundo cree tener razón y no admite más versiones.
Para intentar acabar con toda esta polémica, en España se están empezando a construir las llamadas turbo-rotondas. Este tipo de glorieta se diferencia de las convencionales en que todos los carriles tienen una función concreta porque cada uno está delimitado y 'guía' a los vehículos hacia una salida diferente.
A afectos prácticos, los conductores deben saber o tomar la decisión de qué salida coger antes de entrar en la glorieta. Es decir, tienen que situarse en el carril correspondiente con antelación. Una vez elegido, ya no hay vuelta atrás, puesto que están delimitados por líneas continuas que, legalmente, no se pueden sobrepasar. Resumiendo: si al entrar en la turbo-glorieta te equivocas de carril... lo tienes crudo.
Las turbo-rotondas eliminan, por tanto, los frecuentes choques laterales (que producen unos 6.000 accidentes al año), dado que los cambios de carril son legalmente imposibles, y aumentan el volumen de tráfico que circula por ellas, por lo que reducen las retenciones. Este vídeo te explica cómo funcionan:
En cualquier caso, no os agobies. Siempre puede ser peor:
Y nunca, nunca, nunca, cojas una rotonda así: