El enemigo público número 1 de Erdogan

El enemigo público número 1 de Erdogan

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Se llama Fetullah Gülen y en una noche como esta, en que el futuro de la democracia en Turquía pende de un finísimo hilo, las cabezas de millones de turcos lo tienen bien presente. Gülen es el enemigo público número 1 del presidente Erdogan desde hace unos años y según apunta ahora el gobierno turco, es el responsable del caos en que se encuentra el país en estos momentos. Desde hace más de una década vive exiliado en Pensilvania, Estados Unidos, pero la distancia no ha supuesto un problema para mantener una intensísima lucha de poder a través de sus seguidores con los partidarios de Erdogan.

Gülen no es precisamente un recién llegado al espacio público turco. Nació en 1938 en Erzurum, al este de Turquía y fue, desde la temprana edad de 17 años, Imán en Esmirna. Sus ideas combinan los postulados de Said Nursi – un teólogo turco de la primera mitad del siglo XX – la reivindicación del nacionalismo turco y postulados liberales en lo económico. El influyente grupo que lidera Gülen se hace llamar Hizmet, “el Servicio”, que también significa “trabajo y “deber”.

En un video fechado en 1999, cuando Gülen ya vivía en EEUU, se le puede ver arengando a sus seguidores con unos propósitos claros: “Debéis moveros por las arterias del sistema sin que nadie note vuestra existencia hasta que alcancéis los centros del poder”. El clérigo fue entonces acusado de liderar una operación contra la integridad del Estado, pero Gülen negó los cargos y, tras ser juzgado en ausencia, fue declarado inocente en 2008. Ese año la revista Prospect 1 lo elige como el intelectual público más influyente.

La victoria del AKP, Partido Justicia y Desarrollo, en 2002 brindó una oportunidad para que Gülen canalizara políticamente la influencia social, económica y religiosa que llevaba acumulando durante décadas. Desde entonces, muchos influyentes funcionarios de este movimiento fueron alcanzando puestos de responsabilidad en el Estado y se les adjudica un papel clave en el proceso de pérdida de influencia del ejército en la vida pública en Turquía. Cientos de militares fueron condenados por planear golpes de Estado.

"En el pasado era una figura próxima al gobierno turco"

En el pasado, el clérigo Gülen era una figura próxima al gobierno turco. Pero en 2013, a raíz de unos escándalos de corrupción que salpicaron a varias figuras próximas al presidente, se produjo el divorcio, supuestamente porque sería el propio Gülen quien reveló los escándalos. La policía detuvo en diciembre de 2013 a 50 funcionarios del gobierno, algunos de ellos hijos de tres de sus ministros, acusados de corrupción. Desde ese año, las luchas de poder entre el gobierno y los partidarios de Gülen por afianzar sus posiciones de poder en las arterias del Estado han sido constantes.

El influyente predicador tiene una red de fieles que mantienen posiciones influyentes en las instituciones del Estado y en la sociedad civil. Captan a seguidores para su causa con las redes informales típicas de las sectas. Algunos lo han comparado con los métodos del Opus Dei, por la discreción y la fidelidad de sus seguidores. Según el gobierno turco, este grupo dispone en estos momentos de una “estructura paralela” dentro del propio Estado y se considera especialmente influyente en el poder judicial y en los aparatos de seguridad del Estado. Hay una gran opacidad sobre su estructura.

En octubre de 2015, al calor de la lucha de poder que Erdogan libra contra Gülen, se inició un juicio contra Hizmet por presunto golpismo y se emitió una orden de arresto internacional contra su líder. Erdogan ha pedido a Obama en varios de sus encuentros la extradición de Gülen, para que pudiera ser juzgado en Turquía por conspiraciones contra el gobierno.